MADRID, 25 FEB. (Bolsamania.com/BMS) .- Grecia y España centraron, la semana pasada, la atención de los mercados a ambos lados del Atlántico. Los problemas de Grecia y las “odiosas” comparaciones con nuestro país estuvieron en boca de economistas, expertos y ciudadanos de a pie, que se mostraron muy preocupados por la delicada situación que atraviesan ambos países. Bolsamanía.com, consciente de esta preocupación, ha querido despejar algunas dudas de la mano de Josep Castellà, economista y socio director de Focus Partners, compañía especializada en servicios de consultoría empresarial. 1.- En primer lugar, debemos mencionar el asunto de Grecia. Algunos expertos ven similitudes con el caso de España, otros dicen que son dos casos muy distintos. ¿Quién tiene razón? Grecia y España son dos países muy diferentes. Coinciden en que han recibido a la vez los ataques de los mercados internacionales, pero no tienen ni el mismo tamaño (España es la 8ª o 9ª economía mundial, mientras que Grecia apenas significa el 2,5-3% del PIB del total de la Zona Euro), ni los mismos mecanismos de apoyo, ni la misma credibilidad sistémica en la gestión de sus finanzas públicas. Grecia está mucho peor. Sin embargo, el problema de Grecia es “sólo” el déficit público, mientras que en España, tenemos el problema añadido de “apalancamiento” en empresas y familias. 2.- ¿Sería una buena alternativa que Grecia abandonara el Euro? No, en absoluto, pero no tanto por Grecia como por el sistema. Podría verse como un signo de debilidad del proyecto “Euro” (uno de los éxitos más relevantes de la economía de los últimos 50 años) y traducirse en una incapacidad de gestión de problemas por parte del resto de países. 3.- La CE se muestra reacia a prestar ayuda, pero ¿se tendrá que ver obligada a hacerlo? Y en ese caso, ¿cómo cree que se podrían llevar a cabo? En mi opinión ya lo está haciendo, ya que está presionando para que rectifique el modo de gestión de sus finanzas públicas. Pero no creo que ofrezca préstamos de dinero como el FMI. Como mucho, garantías y contragarantías del BCE para dar solvencia al Estado central griego, un poco al estilo de la metodología utilizada en los grandes bancos privados europeos. Aunque no creo que tengamos que llegar a tal extremo. 4.- Lo que hemos visto en Grecia, ¿podría darse en otro país europeo? No lo creo. La competencia de los Estados por colocar deuda pública podría haber convertido a Grecia en la cabeza de turco de los ataques, por su tamaño y por la salud de sus finanzas, pero no creo que vaya a suceder con otro país. 5.- Si hablamos de futuras subidas de tipos en Europa… ¿la situación de Grecia podría provocar cambios en la política monetaria del BCE? ¿Cuándo estima usted que tendrán lugar las primeras subidas de tipos en Europa? No creo que la situación de Grecia provoque cambios en la política monetaria del Banco Central Europeo, básicamente por una cuestión de tamaño; es difícil pensar que la situación de un 2,5% del total del PIB de la Zona Euro condicione al 97-98% restante. Respecto a las primeras subidas de tipos en Europa, creo que lo mejor es comparar las curvas de tipos entre Europa y Estados Unidos. La semana pasada, Estados Unidos subió 25 puntos básicos el precio de descuento. Si tenemos en cuenta que la curva de tipos en Europa sigue una curva aproximada respecto de los tipos en EEUU de entre 9 a 12 meses, podríamos pensar que los movimientos de tipos en Europa se iniciarán a finales de 2010, aunque me inclino más en apostar por inicios del 2011, y de forma muy ligera. 6.- Se están publicando muchos resultados empresariales en los últimos días con distinto signo. Daimler, por ejemplo, dijo la semana pasada que no hay ninguna razón para pensar que la crisis ha terminado. ¿En qué quedamos? El error común más extendido es creer que la crisis actual es como otras crisis ya vividas. Está claro que mientras sigan los apoyos públicos y los estímulos a la demanda que actualmente están dando los gobiernos y bancos centrales no podemos decir que la crisis ha acabado. Sí que hay bastante consenso en que lo peor ya ha pasado, otra cosa es definir el perfil de salida de la crisis; en forma de “V”, de “U”, de “L”, de “W”, etc. Asimismo, aprovecho para mencionar que los resultados empresariales que se publican están presionados por el corto plazo, y algunas empresas se “abrazan” a la situación de crisis para conseguir otros objetivos, desde la renegociación de deuda a la reestructuración de plantilla. 7. Pongamos la vista ahora en España, ¿qué debe hacer realmente nuestro país para mejorar su situación económica? ¿Y cómo debe hacerlo? España tiene muchos deberes todavía por hacer, aunque, principalmente, debe corregir 3 problemas graves: el excesivo déficit público, la reforma laboral (una mayor flexibilización) y la restauración del crédito a empresas y familias. ¿Cómo? Pues con las famosas reformas estructurales del mercado laboral, el sistema tributario, sistema educativo, sector energético, ley del suelo etc. Hay que recuperar la competitividad, y cuanto antes mejor. 8. ¿Para cuando vaticina Ud. mejoras en el paro, el crecimiento y el sector inmobiliario? Cada uno de estos tres indicadores es distinto y tiene “tempos” distintos. Si todo se hace bien, podríamos empezar a notar mejoras en el crecimiento a finales de este año, comienzos del siguiente. Lo primero que habría que hacer es aumentar el crecimiento. Está comprobado que la economía española crea puestos de trabajo cuando el PIB crece a niveles del 2,5% o 3%. Hasta que esto no ocurra costará mucho disminuir el paro. Y mucho más si no se ejecutan políticas de estimulo al empleo. En cuanto al sector inmobiliario, el problema está en el ya famoso “stock” de un millón de viviendas sin vender; este es el reto: cuanto antes empiece el mercado a absorber este excedente, antes vendrá la recuperación. Los precios de la vivienda tienen que seguir bajando. De ser así, podríamos apreciar una mínima recuperación en 2-3 años. 9. Y finalmente, ¿para cuándo la normalidad de la concesión de préstamos? ¿Volverán los bancos y las empresas a tener la misma relación que tenían antes de la crisis? Lo primero que hay que apuntar es que la situación previa a la crisis no era de normalidad como se cree. Para que esta “normalidad” llegue, las entidades financieras deben reconocer las pérdidas actuales (básicamente centradas en el desplome del negocio inmobiliario). El no reconocerlas es lo que está dificultando que fluya el crédito. Para hacerlo, podemos seguir dos modelos de “digestión”; el “japonés”, que no reconoció las perdidas de forma rápida y eso llevó al estancamiento crediticio, o bien el modelo “sueco” en el que, gracias a una rápida actuación, se solventó el problema con cierta rapidez. Hasta que no afloren estos resultados parece difícil que se normalice la situación crediticia en España. Respecto a la relación banca-empresa, creo que ahora se está normalizando. Antes de la crisis muchos bancos hacían de directores financieros y de expansión en las empresas, lo que exageró el endeudamiento. Ahora se está recuperando la relación de cliente-proveedor entre banca y empresa, lo que ayuda a controlar más el endeudamiento empresarial. Sara Busquets Pérez
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