Reapertura de China: "Otro desafío para los bancos centrales y la inflación"

Danske Bank cree que la rápida reactivación apunta a más subidas de lo que valora el mercado

Álvaro Estévez
Bolsamania | 04 ene, 2023 06:00
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El presidente de China, Xi Jinping

Los mercados la esperaban con ansía, pero no ha sido como se la imaginaban. Hablamos, claro, de la reapertura de China, que en estos momentos experimenta una auténtica explosión de contagios de Covid-19 en sus fronteras tras la relajación de su estricta política de ‘Covid cero’. Este próximo domingo 8 de enero, la enfermedad pasará a ser considerada de categoría B, poniendo fin en la práctica a las inflexibles medidas de control de Pekín. La aparentemente acelerada reapertura tendrá sus efectos positivos y negativos tanto dentro como fuera de las fronteras del gigante asiático y “pondrá a prueba la lucha de los bancos centrales contra la inflación”.

Así lo creen los expertos de Danske Bank, quienes consideran que la repentina reactivación del milenario país “apunta a un riesgo de más subidas y/o menos recortes en 2023 y en 2024 de lo que los mercados están valorando” en estos momentos. “Repercutirá positivamente en la economía mundial, pero también será un factor inflacionista por su efecto en los precios de las materias primas”, advierten desde la firma danesa.

Para la compañía radicada en Copenhague, la reapertura ha sido “más rápida” de lo esperado y ello ha provocado que revisen sus previsiones de crecimiento para la economía china. En este sentido, estiman que el PIB del gigante asiático sufra “un mayor golpe” en el cuarto trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, así como un inicio de la recuperación entre febrero y marzo, cuatro meses antes de lo esperado. “El débil comienzo de año rebaja la media de 2023, reduciendo nuestra previsión de crecimiento anual al 4,6% (antes 4,9%), mientras que un punto de partida más fuerte en 2024 eleva la previsión de crecimiento al 6,0% (antes 5,3%)”, indican.

Asimismo, Danske Bank destaca que habrá que estar atento al aumento de la demanda reprimida como resultado de la estricta política anticovid de Pekín. “Vemos un aumento del gasto, ya que el elevado nivel de ahorro de los dos últimos años ha dejado mucho efectivo en los hogares para el consumo cuando mejore el sentimiento”, explican, al tiempo que subrayan que ya se ha producido un repunte en las reservas de viaje.

“En la Conferencia de Trabajo Económico celebrada en diciembre, el Gobierno chino también señaló que el crecimiento es una prioridad máxima en 2023 y que el aumento de la demanda interna es un objetivo clave”, recuerdan.

Asimismo, los expertos del banco escandinavo subrayan que la política de ‘Covid cero’ ha agravado la crisis inmobiliaria del país, presionando a la baja la venta de viviendas durante todo el año pasado, una circunstancia que estiman que dé un giro de 180 grados en 2023. “Esperamos que la reapertura mejore la confianza de los compradores de viviendas, lo que, combinado con medidas de flexibilización más enérgicas hacia el sector inmobiliario, probablemente conduzca a un cambio de tendencia también en este ámbito”, explican.

Por otra parte, la firma danesa valora una mejora de la confianza empresarial que permita impulsar las inversiones privadas, especialmente en el sector tecnológico y manufacturero.

En cuanto a la renta variable, Danske Bank lo tiene claro: hay potencial alcista para la renta variable china en el extranjero después de recibir “una fuerte paliza en 2022” debido a sus niveles “muy bajos desde una perspectiva histórica”. “Al igual que en otros lugares, está bastante correlacionada con el ciclo económico y una recuperación del crecimiento debería apuntalar las acciones chinas”, apuntan.

Impulsar la confianza del mercado fue también un objetivo explícito de la Conferencia de Trabajo Económico de diciembre, lo que sugiere que la ofensiva de Pekín contra las grandes tecnológicas ha quedado atrás. “Los dirigentes chinos incluso subrayaron la importancia de las empresas de Internet para sostener la economía”, añaden desde la firma danesa.

Por otra parte, estos expertos también esperan que la menor prima de riesgo en los activos chinos empuje a la baja al euro/yuan ‘offshore’ (EUR/CNH) durante los próximos seis meses. “Nuestra previsión de un USD/CNH más alto en un horizonte de 6-12 meses se ve desafiada por la reapertura más rápida y el creciente apetito por los activos chinos”, sentencian.

EL CRECIMIENTO FUTURO DEPENDERÁ DE UNA MAYOR APERTURA

James Cook, director de inversiones especialistas en Federated Hermes, cree que, si bien es cierto que la reapertura de la economía y las valoraciones baratas de los valores chinos son “importantes” para la confianza del mercado, la mayoría de empresas se muestran prudentes sobre los planes de expansión de Xi Jinping para la economía del gigante asiático.

“La atención (de China) parece centrarse en la gestión de costes y la mejora de la rentabilidad. Dado que la política del Partido Comunista favorece a las empresas estatales, es probable que las empresas privadas sean menos agresivas con el crecimiento, incluso cuando el entorno se normalice”, explica Cook, quien cree que la falta de inversiones significativas del sector privado perjudicará a la economía a medio y largo plazo.

Desde su reelección en noviembre para un tercer mandato sin precedentes, Pekín ha tomado “medidas claras” para “apoyar mejor” la economía y la reunión entre Xi y Biden ha reducido el riesgo de que EEUU excluya de su territorio a cientos de empresas chinas. La tensión con Estados Unidos, la crisis inmobiliaria o cómo lidiar con el Covid-19 siguen siendo grandes retos para China, que pondrán a prueba “el modelo de crecimiento alimentado por la deuda del pasado” que se ha convertido en “irrelevante” en estos tiempos.

“Creemos que, en el mejor de los casos, el país puede lograr un crecimiento del PIB real de un solo dígito, medio o bajo, teniendo en cuenta las limitaciones a las que se enfrenta la economía”, subraya Cook. Con todo, desde Federated Hermes ven una “transformación más profunda” en el tejido económico chino que presenta “oportunidades de inversión únicas a largo plazo” en campos como la digitalización, las energías renovables, la biotecnología, la financiación del ahorro, la localización de tecnologías críticas o el metaverso.

“Aunque China ha realizado progresos encomiables en múltiples campos, la economía tiene potencial para lograr más. Sin embargo, el progreso en el futuro dependerá del ritmo de las reformas económicas y de una mayor apertura de la economía”, relata Cook. Esto, apunta, estará supeditado en gran medida a la rapidez con la que los dirigentes chinos sean capaces de reformar sus empresas estatales, haciéndolas competitivas y relevantes para el futuro.

“En todo el mundo, las economías rara vez superan los 10.000 dólares de renta per cápita sin reformas a nivel institucional. China ya ha superado este nivel gracias a su anterior modelo de crecimiento, a su énfasis en las exportaciones y a sus infraestructuras. A medida que desaparezcan algunos de estos motores, como la propiedad inmobiliaria y el excesivo apalancamiento, China tendrá que reunir rápidamente nuevos motores para mantener los niveles de renta y garantizar una mayor calidad de vida a su población”, concluye el experto de Federated Hermes.

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