Bolsamania

Sebastian Vettel, de paseo en Brasil

Llega el Gran Premio de Brasil también para el dominador absoluto de la temporada, Sebastian Vettel. El líder de Red Bull ya está en Brasil, donde disputará la última prueba del curso deportivo. «Esta carrera siempre es muy loca. Es una vuelta muy corta y es bastante complicado adelantar en Interlagos. La carrera es larga con más de 70 vueltas, y ejerce mucha presión en el cuello debido a las largas curvas a izquierdas, por lo que las fuerzas centrífugas empujan en una dirección igual a la de las agujas del reloj. El récord de victorias consecutivas es fenomenal; es muy complicado de entender. Es uno de esos récords que pensaba que iba a durar para siempre. No me subo al coche pensando sobre récords; lo que me hace subirme al monoplaza es simplemente la diversión”, ha señalado el germano.

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Además, el ya cuatro veces campeón del Mundo ha hecho especial hincapié en la gran vocación que tiene para seguir siendo piloto profesional: “Me encanta pilotar. Cada vuelta es diferente y cada carrera es diferente, y bajarse del coche y estar completamente satisfecho, después de haber completado buenas vueltas, es una sensación buena que tienes siempre al final. Y, si a parte de todo eso, tienes éxito, entonces llega eso extra que hace que todo sepa más dulce, así como el hecho de que te den un trofeo y puedas lanzar el champán«. Desde luego, cosechando victorias sin parar todo es más sencillo.

El que se despide definitivamente de la escudería de la marca de bebidas energéticas es Mark Webber. El veterano corredor australiano entrará a formar parte de Porsche el próximo curso y la de Brasil será su última prueba en Red Bull. «La de Interlagos es una de mis carreras favoritas, el ambiente en la pista es fantástico. El circuito se asienta en una depresión terrenal, lo que le da el aire de anfiteatro. Es como el Brands Hatch en el Reino Unido, donde la gente se sienta casi encima de los coches y se crea un ambiente fantástico durante el día de la carreraEste evento me ha ido bien, porque he ganado dos veces, y simplemente me encanta estar en Sao Paulo. El circuito está situado a una gran altitud, por lo que es duro para los motores, y rodar en la dirección opuesta a la de las agujas del reloj pasa factura físicamente a los pilotos. Hay más circuitos en los que se gira a izquierdas al final del calendario que en otros años, por lo que el cuello se ve condicionado por ellos, pero aún así es un buen ejercicio», ha dicho.