Bolsamania

Canamasas, feliz tras su debut con un F1

sergio

No sólo de Fernando Alonso vive el hombre, ni tampoco los aficionados españoles al motor. Existen multitud de pilotos que cada día pelean en el fango para hacer hueco en uno de los deportes más competitivos. Este es el caso de Sergio Canamasas, que ya ha debutado con un monoplaza de Fórmula 1. “Fue el momento que he estado esperando desde que comenzó mi carrera en el karting, así que estoy muy contento. Mi próximo objetivo es realizar un test completo para experimentar el poder de estos coches al máximo«, dijo al terminar el test aerodinámico con Caterham, la escudería de la que es probador. El catalán terminó satisfecho y aseguró haberse divertido: «Es un privilegio, muy poca gente en España ha tenido la oportunidad, y la verdad es que ya tocaba. Lo esperas desde pequeño. El número de personas es mucho más elevado, la profesionalidad ya es muy alta en la GP2, pero aquí se busca aún más excelencia, incluso en los mecánicos«.

El piloto catalán, a sus 27 años, ha cumplido un sueño y ahora no se cierra ninguna puerta. Eso sí, de momento se mantiene realista y se centra en las pruebas en las que compite. «Las principales diferencias que vi respecto a un GP2 fueron la increíble aceleración y las capacidades de frenada, que se diferencian mucho de lo que había probado hasta ahora. Ahora es momento de centrarse en las carreras de GP2 que tendremos en el Gran Premio de Gran Bretaña, dentro de una semana«, añadió en referencia a la próxima prueba. Y es que la vida de un corredor probador es muy sacrificada. Cada prueba en la que compite es una oportunidad para dar el salto. Para llegar a lo más alto son necesarios varios factores: una importante base económica, una gran dosis de talento y, por supuesto, suerte.

Por último, Canamasas realizó su particular homenaje a un mito. «Me he acordado mucho de María de Villota. Sabes que hay un riesgo, nunca puedes bajar la guardia. Intentas no pensar en lo mal que puede salir, pero tienes un reflejo instintivo que te hace pensar en aquello. Por suerte no ha pasado nada malo, lo de María fue un accidente con mucha mala pata y tienes que pensar que nunca puede pasar, pero siempre me pongo triste cuando pienso en ese momento«, recordó. Desde aquí nuestro más sincero reconocimiento a aquellos pilotos anónimos, porque lo que hacen tiene mucho mérito.