¿Una nueva crisis bancaria? "Las tensiones tendrán consecuencias en la economía"

Los expertos creen que su impacto irá más allá del sector financiero

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Las caídas de Credit Suisse, Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank han desatado el temor a que la inestabilidad financiera que han provocado arrastre a todo el sector bancario. Sin embargo, los riesgos pueden ir más allá y tener un impacto directo en la economía mundial. "Las tensiones actuales, pese a estar localizadas, tendrán consecuencias para el resto de la economía", indica Alexis Bienvenu, gestor de fondos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier

Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM y presidente del AXA IM Investment Institute, comparte la misma opinión y cree que "no hay nada como una crisis financiera para agitar el fantasma de la deflación".

En el caso de Estados Unidos, el foco está puesto sobre los bancos regionales y su falta de liquidez. Para intentar solventar la situación y evitar un "efecto dominó" en el sistema, se podría imponer una restricción al crédito.

Este hecho, inevitablemente, derivaría en una menor financiación a las nuevas empresas, que son las que en algunos casos propician el éxito de una economía, o disminuir el apoyo a las empresas más endeudadas, que a veces son esenciales para el resto de la economía.

"Aquí, el sector inmobiliario comercial estadounidense, por ejemplo, se perfila como uno de los grandes perjudicados. Los hogares también podrían sufrir estas restricciones en un momento en el que acusan la escalada de los tipos de interés de los préstamos", estima Bienvenu.

En Europa, y a pesar de la rapidez en la toma de decisiones por parte de las autoridades suizas en Credit Suisse, el miedo a una posible fuga de depósitos se ha extendido por el Viejo Continente, al igual que un potencial contagio a otros grandes bancos, lo que ha llevado a comparar la situación con la quiebra de Lehmann Brothers.

"La situación en Europa tiene elementos idiosincrásicos y sistémicos. En algunos círculos se están haciendo las inevitables comparaciones con 2008, pero la génesis de esta crisis está en los tipos de interés y la de la crisis financiera mundial fue una crisis crediticia. Sin embargo, es posible que nos encontremos en un momento del ciclo en el que la historia de los tipos de interés se transforme en una historia de crédito", explica Iggo.

Para Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM, en cambio, "el problema de Credit Suisse no es nuevo ni se ha visto especialmente afectado por la subida de los tipos de interés. De hecho, lo más probable es que tuviera problemas similares independientemente de las condiciones monetarias pero, dado su tamaño, el problema es el contagio, con el riesgo de que se produzca una paralización de los préstamos interbancarios".

Iggo también coindice en asegurar que la crisis bancaria empeora las perspectivas de crecimiento y puntualiza que "tenderá a favorecer las asignaciones defensivas, como las estrategias de renta fija".

EL PAPEL DE LOS BANCOS CENTRALES

La inestabilidad financiera desatada a raíz del colapso de las tres entidades ha aumentado las preocupaciones a que las actuales turbulencias bancarias impacten negativamente en la economía real.

Sin embargo, los expertos prevén que, en gran medida, aún hay tiempo para mitigarlo y que todo pasa por la actuación de los bancos centrales.

Para Möec, una de las iniciativas a tomar podría ser una mayor prudencia en el ritmo de endurecimiento de la política monetaria en curso, "pero para que se materialice una pausa, los bancos centrales tendrían que estar convencidos de que las tensiones bancarias no han quedado circunscritas [...] Una reducción de la originación de créditos posiblemente sea un paso inevitable para conseguir que la inflación aterrice adecuadamente".

Aunque esta medida entraña un gran riesgo: que se desencadene una recesión. No obstante, el experto subraya que "desde el comienzo de la fase de endurecimiento hemos venido sosteniendo que, en general, los endurecimientos de las políticas acaban con una recesión".

Asimismo, la restricción del crédito, impuesta desde dentro o desde fuera, equivaldría a una nueva vuelta de tuerca monetaria y "podría disuadir a los bancos centrales de subir los tipos tanto como se prevé", vaticina Bienvenu.

La venta de Credit Suisse a UBS contó con el apoyo del Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal (Fed) y la Financial Conduct Authority (FCA) de Reino Unido, que acogieron con beneplácito las decisiones tomadas.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reiterado a lo largo de estos días, que la institución sigue de cerca la evolución del mercado y que está preparada para responder "según sea necesario" con el objetivo de preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona euro".

En este sentido, Iggo destaca que "la Reserva Federal no tiene el monopolio de las herramientas de liquidez, pero el BCE está bien situado para volver a poner en marcha operaciones de recompra a largo plazo si surgen problemas de liquidez".

Con todo, lo que parece seguro es que la dificultad para obtener financiación "no hará sino acentuarse de diferentes formas durante los próximos meses -mediante alzas de los tipos o por la mayor prudencia de los bancos- y que las repercusiones serán apreciables", concluye Bienvenu.

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