La archifamosa estatua de la ‘niña sin miedo’ que State Street promovió en el corazón del distrito financiero de Nueva York cumple tres años. La gestora americana inició la campaña ‘Fearless Girl’ para cambiar las dinámicas predominantes de machismo que imperan en las cotizadas, con la aspiración de que sus fondos empujaran en estas compañías una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Su labor de ‘lobby’, junto a otras instituciones, ya ha dado sus primeros resultados y, en 2019, se ha logrado un hito histórico en el S&P 500.
Por primera vez en la historia, todas las empresas del S&P 500 cuentan con, al menos, una mujer en su consejo, “ayudando a definir la estrategia, establecer prioridades, contratar personal directivo y trazar el rumbo de cara al futuro”, destaca la firma. Pero no solo eso.
En una carta de Cyrus Taraporevala, presidente y director general de State Street Global Advisors, a los clientes de la gestora, el directivo afirma que las 681 compañías de todo el mundo que antes tenían consejos de administración exclusivamente masculinos han respondido a su llamamiento para incorporar a la primera mujer entre sus filas. Según la firma, en los últimos 36 meses, ha votado en contra de los consejos de 1.384 empresas por no haber tomado las medidas necesarias para promover la igualdad.
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La ‘niña sin miedo’, situada en Wall Street, representa el poder y el potencial liderazgo femenino y, para Taraporevala, “la diversidad en los consejos directivos se ha convertido en un motor de rendimientos de inversión a largo plazo”. Pero el máximo responsable de la gestora va un paso más allá y cree que “esto es solo el principio”.
DE LA IGUALDAD AL CAMBIO CLIMÁTICO
State Street Global Advisors está aplicando el enfoque de ‘Fearless Girl’ a una serie de cuestiones materiales que, incluso, superan la cuenta de resultados. A principios de este año, anunció que empezaría a utilizar los resultados de su sistema de puntuación ESG ‘R-Factor’ para ejercer presión sobre las compañías con una serie de “métricas de sostenibilidad esenciales” para obtener rendimientos a largo plazo, que van desde el clima hasta la privacidad de datos.
Los grandes inversores institucionales como State Street, cuyos fondos mueven casi 2,5 billones de dólares en activos, tienen un importante reto por delante para generar rentabilidad financiera y, a su vez, hacer del mundo un lugar más sostenible e igualitario para las generaciones venideras.
