Los fondos sostenibles de Union Bancaire Privée se fijan en Red Eléctrica y Siemens Gamesa

Los fondos de impacto han pasado de los mercados privados a las acciones y los bonos

  • Entrevista a Rupert Welchman, cogestor del fondo UBAM-Positive Impact Equity
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Rupert Welchman, cogestor del UBAM-Positive Impact Equity Fund en UBPUnion Bancaire Privée

El mundo está cambiando a pasos acelerados como consecuencia del Covid-19, y la sostenibilidad en las inversiones será un factor determinante en la nueva normalidad. Gestoras y bancos privados están haciendo notables esfuerzos por estrechar lazos entre la economía financiera y la economía real, incluyendo los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en su proceso de inversión, así como desarrollando fondos de impacto social. Uno de los proyectos más ambiciosos en este terreno es el de la suiza Union Bancaire Privée (UBP), que ha montado una plataforma con fondos de impacto que ya empieza a dar sus primeros frutos. Entre sus primeros hitos, está el haber entrado en las españolas Red Eléctrica y Siemens Gamesa, abanderadas de un futuro más verde.

UBP se ha estrenado tarde en la inversión de impacto, pero lo ha hecho con ganas. Su primer fondo de este tipo, el UBAM-Positive Impact Equity, con 95 millones de euros, llegó en septiembre de 2018, pero desde entonces no han parado de agrandar este nuevo brazo de inversión. En noviembre de 2019, se reunió por primera vez su consejo asesor, formado por los expertos Tony Juniper (con una larga carrera en WWF), Kanini Mutooni (ex Bank of America) y Jake Reynolds (University of Cambridge), y ahora acaban de lanzar el fondo UBAM-Positive Impact Emerging Equity.

“El proceso que hemos creado siempre ha sido pensado para ser utilizado en una familia de fondos que puedan compartir una intencionalidad y un enfoque similar a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas”, explica Rupert Welchman, cogestor del primero de los fondos, en una entrevista para Bolsamanía. Este equipo busca combinar en los fondos la rentabilidad financiera para los partícipes con una mejora del bienestar social y del medio ambiente.

Desde su creación, el UBAM-Positive Impact Equity baja más de un 5%, impactado en los dos últimos meses por la crisis del Covid-19, aunque su índice de referencia -el MSCI Europe- ha caído casi un 8% en el mismo periodo, por lo que ha aguantado mejor el estrés del mercado. En 2019, el fondo había subido cerca de un 28%, año en el que sus compañías invertidas dejaron una huella de carbono un 41% menor que el índice MSCI ACWI, el equivalente a 6.000 coches viajando a lo largo de 100 kilómetros, y gastaron cuatro veces menos de agua, el consumo de 122 personas. En la actualidad, un 80% de las empresas de su cartera muestra esfuerzos por usar energía de fuentes más limpias, según su informe de sostenibilidad.

La inversión de impacto tiene sus raíces en los mercados privados y, en particular, en los inversores de las fundaciones, las organizaciones benéficas y los individuos de alto patrimonio. Pero ahora su foco es mucho más vasto. “La transición hacia los mercados de acciones y bonos es una ampliación natural y constructiva del movimiento de impacto, que busca desplegar un conjunto de fondos financieros lo más amplio posible hacia todos los objetivos finales que implica hacer del mundo un lugar mejor, tal como se establece en los ODS de Naciones Unidas”, según Welchman.

RED ELÉCTRICA Y SIEMENS GAMESA

En ese camino hacia un mundo mejor, el UBAM-Positive Impact Equity se apoya en nombres como Laureate Education (que hasta hace poco ha sido la propietaria de la Universidad Europea de Madrid), Thermo Fisher, Basic-Fit, Corticeira Amorim, Norway Royal Salmon, Valeo, Arcadis o DS Smith, algunos de los cuales son comunes entre las carteras de los gestores ‘value’ españoles.

Sus apuestas españolas se centran en Red Eléctrica, que pesa un 3,80% en el fondo, y Siemens Gamesa, con una atribución del 2,41%. UBP entró en Red Eléctrica porque “ha incrementado su compromiso de invertir detrás de la red eléctrica en su búsqueda de desempeñar un papel de liderazgo en la descarbonización de la economía ibérica. Su enfoque en una red interconectada más fuerte que integre los activos renovables la convierte en una candidata fuerte para un fondo de impacto como facilitador de una sociedad futura más sostenible”, señala Welchman sobre la compañía presidida por la exministra socialista Beatriz Corredor.

Respecto a Siemens Gamesa, uno de los tres principales fabricantes de turbinas eólicas del mundo, el gestor considera que “la generación de energía eólica es un mercado en crecimiento a largo plazo y clave en la batalla para sustituir la electricidad derivada de combustibles fósiles”, algo “particularmente relevante” para la española, que tiene una posición de liderazgo en el mercado de turbinas eólicas marítimas. Tanto Siemens Gamesa como Red Eléctrica “encajan dentro de nuestra temática de estabilidad climática”, subraya Welchman.

El fondo de UBP también está invertido en Befesa, con un 3,49% y dentro de la temática de comunidades sostenibles. La compañía española, antigua filial de Abengoa y especializada en el reciclaje de residuos tóxicos en las industrias del acero y el aluminio, cotiza sin embargo en Alemania.

El banco privado suizo confía en que “la nueva normalidad que surge de este duro paso del tiempo estará más enfocada socialmente, así como a más largo plazo en su enfoque hacia los recursos que ofrece el planeta”, y los fondos de impacto estarán cada vez más en el epicentro.

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