Recesión global, shock energético... ¿provocará la guerra un mercado bajista como en 1973?

"Los inversores deben ser defensivos al máximo", aconsejan desde Bank of America

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Recesión, estanflación, shock energético, espiral inflacionista, crash económico... la guerra en Ucrania está haciendo saltar todas las alarmas entre los economistas y expertos financieros.

Bank of America destaca que el conflicto bélico amenaza con una crisis de precios y una "recesión global" provocada por "accidentes en los mercados financieros, la subida del petróleo y un ciclo de escalada de sanciones militares".

En su opinión, mientras no haya señales de un final de la guerra, "los inversores deben ser defensivos al máximo" porque "la guerra es inflacionaria". Buena prueba de ello es que los precios de las materias primas han registrado su comienzo de año más alcista desde 1915.

Además, indican que "la guerra también es estanflacionaria" y ponen como ejemplo la guerra del Yom Kippur y la crisis del petróleo del 73, que provocó un desplome del 40% en el S&P 500 desde sus máximos. En aquella época, recuerdan que la Fed endureció su política, pero los precios del petróleo no se revirtieron en 1974 y se mantuvieron estructuralmente altos a pesar del cese de las hostilidades.

Así, el mercado bajista y la recesión terminó solo una vez que la Fed cambió de rumbo, cuando recortó la tasa de los fondos federales del 14% al 3%.

Para estos expertos, nos encontramos ante un "cambio de régimen" que incluye pasar de la globalización al aislacionismo (humano, social, regional), intervencionismo (sanciones, confiscación, aranceles) e inseguridad (desconfianza en un sistema financiero global), lo que significa una nueva era de ciclos inflacionarios.

EL SHOCK DE PRECIOS CONDUCIRÍA A UNA RECESIÓN MUNDIAL

Para los analistas de RaboBank, la guerra entre Rusia y Ucrania ha amplificado un shock de "oferta" que ya estaba en marcha. Con su gran exposición a los principales productos de importación rusos/ucranianos, Europa es más vulnerable que las otras grandes economías del mundo.

Una inflación significativamente más alta este año es casi un hecho, pero una desaceleración económica más pronunciada también es la consecuencia más lógica a la luz de los acontecimientos recientes, aunque el alcance de este impacto también depende de las sanciones adicionales que Occidente pueda imponer.

"Pronosticar una recesión, con todos sus efectos secundarios, siempre está lleno de riesgos, pero creemos que nos hemos acercado mucho más a ese escenario", señalan desde el banco holandés.

Además, señalan que los roles clave de Rusia y Ucrania en los mercados de trigo, fertilizantes y otras materias primas, así como las correlaciones de precios entre diferentes materias primas, sugieren un impacto generalizado en los precios, no solo un impacto petrolero. "El shock de los precios de las 'commodities' conduciría a una recesión mundial", alertan, a través de dos canales.

El primero es un canal de demanda directa. Una perturbación de los precios de las materias primas transfiere el poder adquisitivo de los importadores netosa los exportadores netos. Estos últimos suelen tener una mayor propensión a ahorrar que los primeros o tardan en reciclar sus excedentes en la demanda de bienes manufacturados exportados por los importadores. Como resultado, la demanda mundial cae.

El segundo canal está relacionado con la política. Tanto en los importadores como en los exportadores de materias primas, la inflación se acelera debido al aumento de los precios. En los países exportadores, el aumento de los ingresos debido a la perturbación positiva de los términos de intercambio puede aumentar las presiones inflacionarias. En los países importadores, por el contrario, la pérdida de ingresos es desinflacionaria.

"Es probable que los bancos centrales endurezcan la política, incluso en los importadores de materias primas, lo que deprimirá aún más el crecimiento global. Y dado que el shock es global, la mayoría de los países endurecerán las políticas en sincronía, es decir, la demanda externa agravará las debilidades de la demanda interna", concluyen.

¿QUÉ DEBEN HACER LOS INVERSORES?

Vincent Mortier y Matteo Germano, expertos de Amundi, se preguntan si el conflicto bélico puede provocar un doble mercado bajista en la renta fija y la variable.

"El gran riesgo está relacionado con las posibles repercusiones del conflicto Rusia-Ucrania, con un impacto significativo en las perspectivas de crecimiento e inflación", indican. "Este es el punto crucial al que deben estar atentos los inversores", añaden.

Los mercados bajistas de renta variable, recuerdan, se producen durante las recesiones (salvo en el lunes negro de 1987). "No esperamos ver una recesión, pero el riesgo de que se produzca en Europa está creciendo por la presión inflacionaria, en un momento en que el BCE planea reducir su expansión cuantitativa", afirman.

En su opinión, es probable que esta abrupta subida tenga efectos graves sobre el crecimiento y la inflación en Europa, con expectativas de revisiones a la baja del crecimiento del PIB y al alza de la inflación (estanflación).

Dado que los riesgos geopolíticos son muy difíciles de evaluar (cualquier cambio positivo podría conducir a un repunte de alivio, mientras que si continúa la escalada podría aumentar la presión sobre los mercados), aconsejan que los inversores deberían seguir intentando aprovechar la recuperación, principalmente en mercados de renta variable de forma selectiva, pero también estar preparados para lo peor (ajustando las coberturas para hacer frente a una situación aún más desfavorable).

En definitiva, comentan, el tema de la inflación se sigue reforzando, lo que nuevamente exige una preferencia a medio plazo por el value de calidad en renta variable, aunque es posible que veamos algunas pausas a corto plazo en la rotación value.

Su previsión es que la incertidumbre en el mercado seguirá siendo alta, porque nos enfrentamos a un periodo de baja visibilidad respecto a los acontecimientos geopolíticos y las implicaciones económicas. La volatilidad en renta variable se mantendrá elevada, ya que, dada la alta liquidez de la renta variable, serán el primer objetivo si hubiera que ajustar rápido el riesgo, lo que también podría ofrecer oportunidades para comprar en caídas y volver a entrar en algunas áreas del mercado sobrevendidas.

Por último, señalan que "el marco temporal de esta crisis será crucial, ya que un periodo prolongado de incertidumbre con nuevas escaladas podría llevar a nuevas revisiones de precios en las primas de riesgo globales". La atención estará puesta en los bancos centrales, que en algún momento tendrán que ajustar sus agendas para abordar el creciente riesgo de estanflación. "Para los inversores, todo esto significa que deben mantenerse bien diversificados, aumentar sus coberturas y centrarse en áreas resilientes a la alta inflación", concluyen.

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