Los teléfonos móviles y los coches de empresa son dos de los medios más habituales que las compañías ceden a sus trabajadores como herramientas para desempeñar sus funciones. Pese a que en nuestro país no existe una norma establecida que regule esto, un uso inadecuado del vehículo cedido al trabajador puede causar problemas legales con la empresa.
Así lo demuestra la resolución de un reciente juicio que ha tenido lugar en Galicia, después de que un comercial de una empresa de pinturas fuese despedido tras hacer uso de un dispositivo de pago automático de peajes fuera del horario laboral por un importe de 93,50 euros. Los hechos tuvieron lugar en el año 2017 durante un periodo de baja laboral del empleado y, tras detectar actividades sospechosas, la empresa abrió una investigación interna.
Pese a la reducida cuantía de los gastos generados, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) ha admitido como válido el despido disciplinario realizado por la compañía al juzgar los hechos como "una vulneración del principio de buena fe contractual". En concreto, se ha considerado como uso inadecuado de los recursos cedidos y ocultación de esto a sus respectivos responsables.
Entonces, ¿de qué depende la posibilidad de hacer uso del vehículo de empresa en el ámbito personal? La respuesta es clara: según lo que el trabajador haya pactado con la empresa.
En caso de que el vehículo en cuestión sea considerado como una mera herramienta de trabajo y su uso sea destinado única y exclusivamente a la actividad laboral, el empleado no podrá hacer uso de éste fuera de su trabajo.
Por el contrario, el vehículo de empresa es considerado en algunas ocasiones como retribución en especie. En esos supuestos -uso mixto entre herramienta de trabajo y particular o uso exclusivamente particular-, empleado y empresa pactan la utilización del automóvil como parte del salario, al igual que la gasolina.
En cualquier caso, todo uso del vehículo fuera del ámbito laboral deberá ser concretado con la compañía, ya que sólo se considerará uso particular el desplazamiento de la vivienda al lugar de trabajo.