Bolsamania

El Mercedes 540 G4 que Hitler regaló a Franco

Hoy va de coches clásicos y de dictadores, porque vamos a poner nuestros ojos en el Mercedes 540 G4 W131 que hoy forma parte del Patrimonio Nacional y que en su día el mismísimo Adolf Hitler regaló a Francisco Franco. El coche llegó al Palacio Real de Madrid procedente de Alemania el 24 de enero de 1940, cuatro meses después del inicio de la II Guerra Mundial y apenas medio años después del final de la Guerra Civil. Hay quien sostiene que el Führer quería agasajar al Caudillo para que España entrara en la guerra en el bando del Eje, cosa que pese a la afinidad entre ambos regímenes, jamás sucedió.

Pero dejemos la historia y la política a un lado para centrarnos en las características de este peculiar vehículo, un pesado y robusto todoterreno del que sólo se construyeron tres unidades: una para Franco, otra para Mussolini y otra para el propio Hitler. Estamos hablando pues de una valiosa pieza de colección además de un objeto histórico.

Un regalo incómodo

Este Mercedes 540 G4 es una variante del 500 G (la «G» es de Geländewagen, que significa todoterreno en alemán) uno de los coches emblemáticos de la Alemania nazi. De hecho el ejemplar que perteneció a Franco conserva todavía le color de la pintura original, el clásico gris de la Wehrmacht, el ejército alemán.

En términos puramente mecánicos, el coche es un verdadero trasto de 3.550 kg de peso que a pesar de sus 115 CV de potencia era incapaz de superar los 70 km/h de velocidad. Eso por no mencionar su demencial cifra de consumo, alrededor de 50 litros a los 100 km. Cabe suponer que por aquel entonces Hitler contaba con que conseguiría acceso ilimitado al petróleo del Cáucaso. El consumo elevado no tenía que ser un problema.

El devenir dela guerra fue la principal razón por la cual este coche presenta hoy un grado de conservación tan bueno. Al parecer, Franco sólo lo utilizó en contadas ocasiones y una vez que el III Reich y sus aliados fueron derrotados, el dictador consideró que lo más sensato era ocultar cualquier vínculo o simpatía entre su régimen y el de los derrotados nazis. De este modo, el Mercedes 540 G4 W131 fue confinado a un oscuro garaje, bien resguardado y a salvo de miradas indiscretas.

Fotos – ABC

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