La alta demanda de oro como refugio ante el Covid-19 provoca escasez de lingotes

Grandes fondos están pasando sus posiciones de oro financiero a oro físico

  • Los bancos de inversión están cerrando sus posiciones cortas, y eso apoya el precio al alza
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Lingotes de oroSzaaman, Wikimedia Commons

El oro está recuperando su valor como refugio a medida que avanza la crisis del coronavirus y las previsiones de los expertos es que su demanda se multiplique en los próximos meses como antídoto frente a la inestabilidad en los mercados de acciones o bonos. Un primer síntoma de su renovada pujanza es que, durante varias semanas, la alta demanda de oro físico ha provocado la escasez de los lingotes más pequeños, y algunos de los grandes fondos internacionales ya están pasando sus posiciones de oro financiero a oro físico.

La firma alemana Degussa, que se dedica a vender oro físico en lingotes y monedas como producto de inversión, da cuenta del mayor apetito de los españoles por este activo en marzo y abril a causa de la incertidumbre económica y política generada por el Covid-19. Durante el mes pasado, sus ventas de oro físico de inversión -a partir de dos gramos y exento de IVA en España- aumentaron un 150% frente al mismo mes del año anterior, mientras que el importe medio de compra se incrementó en un 43% respecto a la media del trimestre.

Su producto más demandado está siendo los lingotes de 100 gramos, cuyo precio de venta se sitúa en los 5.439 euros y su precio de recompra, en los 4.810 euros. Pero la escasez ha llegado por el lado de los lingotes de 20 gramos, a 1.157 euros la venta y a 962 euros la recompra, según los precios actuales.

“Algunos productos se nos agotaron en el pico de la crisis, pero se han repuesto. Nuestra matriz sí disponía de stock, fue más bien que los tiempos se hicieron más lentos en el transporte internacional por las restricciones de los gobiernos”, explica Tomás Epeldegui, director de Degussa en España. La gran mayoría de esos pedidos se tramitaron con fecha de entrega a un mes vista. Los inversores se han lanzado a por los lingotes de menor tamaño para tener una “liquidez fácil”, esto es, que se puedan almacenar en casa y que, en caso de querer venderlos en un futuro, se encuentre una contrapartida rápidamente -alguien dispuesto a comprar- por sus precios manejables para el inversor medio.

Lo que ha vivido el oro físico durante las últimas semanas es un “desacoplamiento” con el oro financiero. Por culpa de la pandemia y las restricciones impuestas, se han cerrado minas y se han limitado los vuelos. Incluso, explica Epeldegui sobre el mercado del oro físico a nivel internacional, “se han tenido que contratar vuelos chárter para mover el oro entre Londres y Nueva York”, dos de las plazas más importantes en el mundo para el negocio dorado.

La reapertura de tres refinerías en Suiza -en el cantón de Tesino, al sur del país- cerradas previamente por el Covid-19 garantiza en estos momentos el suministro de oro. En torno al 60% del oro que circula por el mundo se procesa en las refinerías del país helvético, a las que llega tanto mineral procedente de las explotaciones mineras como del reciclaje. Su reapertura se ha producido en momentos en los que el precio del oro ha alcanzado máximos históricos. El 13 de abril, la onza llegó a los 1.762 dólares, su nivel más alto de los siete últimos años -en euros- y muy cerca de los 1.771 dólares, el nivel máximo que logró en septiembre de 2012. Ahora ronda los 1.713 dólares.

Entre medias, algunos proveedores de ETF han sacado tajada. Por ejemplo, la gestora Invesco ha captado más de 100 millones de euros en su fondo cotizado de oro físico en el último mes por parte de los inversores españoles, que atesoran unos 500 millones en este vehículo. El fondo Invesco Physical Gold ETC ha superado por primera vez los 10.000 millones de dólares (unos 92.000 millones de euros) de activos en todo el mundo, tras registrar el mejor trimestre de su historia.

FACTORES QUE APOYAN LOS PRECIOS AL ALZA DEL ORO

Estas refinerías han empezado a entre un 30% y un 40% de su capacidad, produciendo lingotes de 400 onzas (unos 12,5 kilos), las grandes piezas que compran los bancos centrales para sus reservas. Los organismos monetarios también se están lanzando a por el oro físico, al igual que los fondos de inversión y de pensiones. Uno de los mayores fondos de pensiones de Suiza, el Seguro de Vejez y Supervivientes (AVS/AHV), está cambiando desde marzo sus ‘swaps’ de oro por oro físico. En 2018, este fondo tenía más de 680 millones de francos suizos (casi 650 millones de euros) en oro y, minoritariamente, plata.

Otro factor que apoya la escalada de precios en el oro es que, según Degussa, los grandes bancos de inversión que protagonizan el mercado de metales preciosos están cerrando sus posiciones cortas sobre el activo y, por tanto, “el oro subirá más si cabe”.

En líneas generales, aunque el oro ha oscilado y en marzo defraudó a los inversores con su caída, quienes pensaron que había dejado de servir como refugio, lo cierto es que, en relativo, ha caído menos que las bolsas y después ha subido con fuerza. “El oro sigue siendo un activo refugio, y ya lleva una rentabilidad de más del 10% en el año. En un espacio de tiempo más amplio, siempre se acaba viendo la correlación negativa con los mercados”, subraya Epeldegui, que recomienda, no obstante, diversificar la inversión en oro físico a través de distintos tamaños de lingote por si volvieran a aparecer problemas de escasez ante un recrudecimiento del coronavirus.

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