Las empresas europeas muestran una "abundancia de atractivos" para 2023

Su expansión fuera del Viejo Continente y las bajas valoraciones son un reclamo para los inversores

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Un avión en el campus de Airbus en GetafeEUROPA PRESS/C.Luján.POOL - Europa Press

Las empresas de todo el mundo se comerán este año las uvas con un alto grado de incertidumbre sobre lo que está por venir en 2023, un año para el que la mayoría de analistas coincide en señalar un "escenario catastrófico" marcado por una posible recesión global, si bien no todas las compañías reaccionarán de igual manera a la ralentización económica, y las europeas presentan una serie de fortalezas que pueden llamar la atención de los inversores.

Caroline Gauthier, codirectora de renta variable en Edmond de Rothschild AM, subraya la "abundancia de atractivos" que presentan las empresas del Viejo Continente, entre las que destaca "sus valoraciones por los suelos" y su expansión internacional.

"Las empresas europeas han expandido su negocio mucho más allá de las fronteras (las empresas del EUROSTOXX generan alrededor del 50% de su volumen de negocio fuera de Europa) y algunos estarían tentados de confundir nacionalidad y exposición geográfica: si la economía europea se ralentiza, nuestros grupos europeos también se beneficiarán de la mejor salud de la economía estadounidense y posiblemente de la reapertura de China, si se produce", destaca.

Además, señala que "los múltiplos de valoración, afectados por la subida de tipos, ya han alcanzado niveles muy bajos, en torno a 11 veces los beneficios previstos para 2023, y el movimiento de compresión de los múltiplos parece haber quedado atrás, si es que se confirma el punto álgido del endurecimiento monetario a mediados de 2023".

La analista apuesta por centrar la atención en compañías de segmentos que siguen siendo boyantes, como la eficiencia energética, y reafirma su posición de favorecer a las empresas con una elevada rentabilidad por dividendo y crecimiento, que ya dio sus frutos en 2022 y "seguirá dándolos el próximo año".

LA LLEGADA DE LA RECESIÓN

Si finalmente no se produce una fuerte recesión o se prevé una salida de la crisis más rápida de lo esperado, el foco de atención podría centrarse en las empresas cíclicas que han quedado rezagadas y cotizan con grandes descuentos. En este sentido, las empresas de pequeña y mediana capitalización, debido a su carácter más cíclico y doméstico, han alcanzado "niveles de valoración pocas veces vistos", tanto en términos absolutos como en relación con las grandes capitalizaciones.

Con todo, Gauthier destaca que, de cara al próximo año, "el escenario de recesión es cada vez más creíble", lo que afectaría también al poder adquisitivo del consumidor, si bien existen algunos factores de apoyo que lo compensarán, como las políticas de estímulo fiscal y los aumentos salariales.

"Este último factor afectará a los márgenes, que, por el contrario, se verán respaldados a medida que mejoren las condiciones de la oferta. Una caída de los beneficios de alrededor del 10% de media no es impensable, dado que el consenso espera actualmente resultados planos. Estaríamos, pues, lejos de la caída de beneficios observada durante las recesiones pasadas (como la crisis financiera mundial o la del Covid-19)", agrega.

Además, las compañías de Europa ya han mostrado su capacidad de resistencia en los últimos años, gracias en parte a a una demanda que sigue siendo "muy fuerte", lo que permite a las empresas mejor posicionadas flexionar su poder de fijación de precios, generando un fuerte crecimiento de los beneficios, apoyado por un nivel del dólar ventajoso para las empresas altamente exportadoras.

"Lejos del desastre anunciado, se espera que reporten un crecimiento de beneficios del 18% en 2022 según el consenso para el índice Stoxx Europe 600 (tras, recordemos, un +57% en 2021)", asegura.

Más allá de estos factores positivos para las firmas del continente, es cierto que existen razones para los temores a un "escenario catastrófico que aún no se ha materializado", y hay algunos indicios que no invitan al optimismo, como "las salidas netas durante más de cuarenta semanas consecutivas en Europa y la consiguiente asignación históricamente baja en la región".

"Los inversores se han enfrentado sucesivamente a los efectos de la guerra en Ucrania, la crisis energética y los impactos del racionamiento de gas en la industria europea, su pérdida de competitividad con un coste del gas cinco veces superior al de Estados Unidos, el cierre de China y su impacto en la economía alemana en particular, la crisis política en Italia y la fragmentación financiera de la zona, la presión de la inflación y el aumento de los tipos de financiación sobre los márgenes y la salud financiera de las empresas", concluye.

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