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Nissan Kicks: un desconocido de Pulsar y Qashqai

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El Nissan Kicks no solo hace buena imagen, se conduce bien. Un coche completamente desconocido en Europa. Con un largo de 4,30 el brasileño se fabrica sobre la plataforma del Micra y es hermano del Juke.

Comparado con éstos tiene mucho que ofrecer, al menos en temas de capacidad de maletero (432 litros). Vio su comercialización puntualmente con los juegos de Rio. Es un coche que gusta a primera vista, no hablamos de un vehículo de diseño unitario sino de un auténtico atractivo para las miradas.

Tiene mancos como el tema de la aceleración. Le falta espontaneidad y reacción tanto al pisar como al quitar el pied del acelerador. Otro incoveniente que ha heredado de sus hermanos sería la llamada CVT – Continuosly Variable Transmission -. Un cambio contínuo que a más de un conductor de Juke ha llevado a la exasperación.

Pero ofrece muchas cosas que los clientes en Europa también encuentran en sus Nissan. Una cámara 360º ayuda al aparcar con la colaboración de una adicional en la zaga. En el salpicadero se puede configurar de manera amplia la parte izquierda del tablero de instrumentos.

Sobre las carreteras estrechas y mal acondicionadas del Brasil, el Kicks se conduce mejor de lo que aparenta. Su dirección reacciona como se le exige: ni blando ni deportivo. El Kicks se conduce bien por curvas angostas.

La amortiguación resiste bien la embestida de irregularidades gordas. Cuando va en línea recta quizás es cuándo se dennotan ligeras desviaciones. Pero en general es un coche incluso más confortable en temas amortiguación que algún conocido europeo.