Bolsamania

Comienza la guerra civil en Red Bull

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La única pena fue que Fernando Alonso no la pudo vivir en directo, pero la guerra de Red Bull en el Gran Premio de Malaisia fue espectacular. El gigante austríaco lleva años intentando hacer ver –a la galería- que no es una escudería al uso, que allí no hay líder, que ganará el mejor. Pamplinas. Sebastian Vettel se saltó a la torera todas las órdenes de equipo y le birló la victoria a Mark Webber. Al parecer, el germano obvió las indicaciones que recibió desde ‘boxes’ y atacó brutalmente a su compañero, que a pesar de intentar ponérselo difícil, tuvo poco tiempo para reaccionar y se vio adelantado por el tricampeón del mundo.

Mientras, en el seno del equipo austríaco no sabían dónde meterse. De hecho, la carrera terminó con un doblete para el equipo de la bebida energética y los rostros de los ingenieros parecían más propios de un funeral. Todas las miradas estaban puestas en la reacción de los pilotos al término de la prueba. En un principio, Webber ni siquiera miró a Vettel, aunque finalmente le reprochó lo sucedido. Aunque lo bueno vendría después, en el propio podio. El maestro de ceremonias no se cortó un pelo y preguntó de forma directa a los dos corredores por lo que había pasado. La respuesta del teutón fue la esperada, ya que intentó restarle importancia al altercado y centrarse en lo importante que había sido una victoria para todo el equipo.

Pero aún quedaba Webber y no decepcionó. «Podía haber ganado la carrera porque el equipo tomó una decisión. Pero al final, Vettel ha tomado sus propias decisiones y así ha acabado«, aseveró en lo alto del tercer escalón. Por si había alguna duda, el australiano sentenció con una frase lapidaria: «Me habían dicho que la carrera había acabado, pero Vettel tomó su decisión y, como es habitual, lo protegerán«. Sin duda, esta situación ha hecho que el abandono forzoso de Fernando Alonso tengo menos peso mediático del previsto. Tan sólo llevamos dos carreras de Mundial y los ánimos en Red Bull están muy caldeados. Eso beneficia al asturiano, que puede pescar en río revuelto. Webber ya está de vuelta de todo y sabe que le quedan pocos años en su carrera profesional, por lo que lo más posible es que siga diciendo las cosas tal y como son. Esta vez Vettel le pilló a traición, pero no creo que en ocasiones venideras se lo ponga sencillo. La guerra civil en la escudería austríaca ha comenzado.