¿Está cerca el suelo del S&P 500? 'Puede caer entre un 10% y un 20% más'

Wolf von Rotberg, estratega en J. Safra Sarasin Sustainable AM, espera más bajadas

wall street generico

¿Está cerca el suelo del S&P 500 y del actual mercado bajista? Esa es la pregunta que se hacen todos los inversores y que intenta contestar Wolf von Rotberg, estratega de renta variable en J. Safra Sarasin Sustainable AM.

El S&P 500, considerado el principal índice bursátil a nivel mundial y el que marca el paso a todos los demás índices relevantes de los diferentes mercados, llegó a marcar el pasado 13 de octubre un mínimo anual (y desde 2020) en 3.491 puntos. Pero desde ahí rebotó con fuerza ese mismo día y ahora ha repuntado hasta niveles de 3.750 puntos.

Algunos analistas consideran que ya hemos visto el suelo, y que los 3.500 puntos del S&P 500 son un soporte tan relevante (supone el ajuste del 50% de toda la subida desde mínimos de la pandemia hasta máximos históricos de principios de año y coincide con la media móvil de 200 semanas), que no será perdido.

Sin embargo, Wolf von Rotberg espera que "las bolsas sigan bajando, ya que el contexto macroeconómico y de tipos sigue deteriorándose. Nuestro objetivo de final de año de 3.300 puntos para el S&P podría ser superado a la baja. No obstante, 3.000 puntos nos parece un punto de entrada en el que debería romperse la doble dinámica desfavorable de debilitamiento de los datos macro y aumento de la inflación".

Por tanto, este estratega anticipa una caída adicional de entre el 10% y el 20% desde los niveles actuales, algo que también han anticipado otras grandes firmas como Bank of America y Morgan Stanley.

"Valorar la tendencia a la baja en 2022 se ha complicado. El mercado está viviendo su peor racha en años y podría marcar el final del entorno ‘goldilocks’ posterior a la gran crisis financiera", añade Wolf von Rotberg.

Según su análisis, el mercado sigue de cerca el impulso macroeconómico en Estados Unidos, que marcan los cambios de seis meses en el ISM manufacturero. Sin embargo, en 2022, la renta variable se ha comportado peor de lo que habría sugerido el impulso macroeconómico, ya que la bolsa de EEUU ha quedado un 10% por debajo de los niveles previstos por el ISM.

"El aumento de los rendimientos ha agravado la situación. Mientras que la caída de los rendimientos de la deuda suele proporcionar cierto apoyo a las valoraciones en una recesión, en el último año se han desvinculado completamente del ciclo y han subido a medida que la inflación se aceleraba bruscamente. Curiosamente, este desacoplamiento ha sido impulsado por los rendimientos reales, no por las expectativas de inflación", argumenta.

Este experto recuerda que todas y cada una de las recesiones de los últimos 20 años han visto ajustes del PER (ratio precio-beneficio) más pronunciados que los vistos hasta ahora. "Teniendo en cuenta que la subida de los tipos reales este año no tiene precedentes, los niveles actuales de PER siguen pareciendo generosos para el contexto del mercado", señala.

En este escenario, se pregunta cuál es la posibilidad de que la Fed tenga que pivotar en su política monetaria y vuelva a bajar los tipos de interés. Y esto dependerá de las perspectivas para la inflación, que "siguen bajo presión en el lado de los servicios, que tienden a estar más estrechamente correlacionado con los salarios".

Y comenta que los alquileres han comenzado a repuntar en los últimos meses porque "la vivienda es ahora el mayor impulsor de la inflación subyacente", lo que complica la tarea de la Reserva Federal, ya que los alquileres suelen subir lentamente, pero de manera sostenida.

Además, la subida de los alquileres afecta al poder de compra de los hogares, una razón que refuerza la previsión de Wolf von Rotberg de que "la economía estadounidense se dirige a una recesión en 2023".

Sin embargo, añade que "incluso si la Fed cambiara de rumbo en los próximos meses, es poco probable que se produzca una revalorización significativa de la renta variable", porque falta por producirse una revisión a la baja significativa de los beneficios empresariales. "Con las valoraciones prácticamente inalteradas, nuestro objetivo de final de año para el S&P son los 3.300 puntos", concluye este experto. Su previsión implica niveles un 10% por debajo de los actuales.

Aunque Wolf von Rotberg añade que "si asistiéramos a una contracción más pronunciada de los datos económicos, lo que no requiere mucha imaginación, el objetivo del S&P disminuiría de forma equivalente: cada punto porcentual de caída del crecimiento del PIB reduce los beneficios en un 5% aproximadamente, mientras que cada aumento de 10 puntos porcentuales del rendimiento de los TIPS reduce el PER en un 2,5% aproximadamente".

"Por lo tanto", concluye, "no hace falta mucho para asistir a un escenario en el que el S&P caiga por debajo de 3.000 puntos. Sin embargo, pensamos que esto marcaría un punto de entrada interesante, ya que las presiones inflacionistas deberían ceder claramente una vez que la economía estadounidense se contraiga, lo que daría margen a la Reserva Federal para relajar de nuevo su política de tipos".

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