Los cuatro bancos europeos más atractivos para ganar en bolsa en 2023

El sector "cotiza a seis veces el beneficio por acción estimado" para el próximo año

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Logo del banco HSBC.CGI - Archivo

Tras un 2022 de mucha volatilidad y severos reveses en el mercado, muchos inversores ven el 2023 como un buen año para remontar el vuelo pese a la posible recesión que se cierne sobre las economías. Para Barclays, un buen sector en el que invertir son los bancos ya que, “aunque los inversores puedan ser reacios hasta que se perciba una inflexión en la macroeconomía”, la banca “cotiza a seis veces el beneficio por acción estimado para el ejercicio 2023”.

“Los signos visibles de estrés sólo son probables en la segunda mitad del próximo año. Según las normas contables los bancos tendrán que constituir provisiones para pérdidas de préstamos por adelantado (creemos que en el segundo semestre de 2022 o en el primero de 2023)”, indican desde la firma británica.

En este sentido, el nivel de cobertura de las provisiones junto a la combinación de productos, la resistencia de los clientes y el nivel de cobertura de las provisiones en estas carteras serán el centro de atención, mientras que la situación económica de las zonas geográficas a las que estén expuestos también será un factor que afectará directamente a los clientes minoristas y comerciales y aumentará los riesgos relativos a los bonos soberanos. Asimismo, desde Barclays esperan que los beneficios de la subida de los tipos de interés continúen en 2023, aunque esto variará según la geografía.

“El diferenciador clave entre los bancos será ver si el crecimiento de los ingresos supera a los costes a medida que aumentan las presiones de la inflación y nuestros bancos preferidos suelen generar ‘jaws ratio’ positivas”, añaden.

Al mismo tiempo, destaca Barclays, hay margen para una “fuerte generación de capital” respaldada por la mejora de la tasa RoTE (‘Return on Tangible Equity’) y creen que “con la valoración en niveles moderados”, las recompras de acciones se han vuelto “una forma atractiva” de retribuir al accionista. “Vemos riesgos limitados de intervención de los reguladores para cancelar o limitar los dividendos (a diferencia de lo que ocurría durante la pandemia), ya que los bancos parecen estar bien posicionados para gestionar un deterioro gradual del contexto macroeconómico”, subrayan.

En resumen, la firma inglesa espera en 2023 un “aumento de los beneficios en términos interanuales, impulsado por el crecimiento de los ingresos gracias a la subida de los tipos, con una compensación parcial por el aumento de los costes y el mayor reconocimiento de las provisiones para insolvencias”. Los bancos que obtendrán unos mejores resultados serán los expuestos a Francia, Irlanda, los países nórdicos y Reino Unido, mientras que los riesgos son a la baja para Alemania, Italia y Austria debido a su dependencia energética de Rusia.

“Las expectativas de consenso han aumentado en los últimos seis meses en un 5%, pero dada la rápida evolución del contexto, no está claro hasta qué punto el consenso refleja la situación actual”, alertan, al tiempo que señalan que “los múltiplos de valoración probablemente seguirán siendo moderados a corto plazo, ya que los inversores están preocupados por la sostenibilidad de los mayores ingresos si los tipos de interés se normalizan a niveles más bajos y por los riesgos de la calidad de los activos de cara a una recesión”.

Teniendo todo esto en cuenta, Barclays cree que los suecos Swedbank y Handelsbanken y los británicos HSBC y NatWest son los valores que mejor encajan con el escenario anteriormente descrito.

En el caso de HSBC, que recientemente ha vendido su negocio canadiense a RBC por 10.000 millones de dólares, la firma inglesa ve un “viento de cola adicional” derivado de la “mejora de la actividad económica, especialmente en relación con Hong Kong y China, a medida que las restricciones del Covid vayan disminuyendo”, y le otorgan a sus títulos un precio objetivo de 780 libras esterlinas.

“El control de los costes debería proporcionar un sólido ‘jaw ratio’ y un RoTE en 2023 superior al 13%. Los vientos en contra de la ratio CET1 son temporales y unos beneficios más sólidos impulsarán los dividendos por encima del consenso: pronosticamos una rentabilidad anual del 11%/12% del capital a partir de 2023, con un margen de subida adicional por la posible venta del negocio en Canadá, que podría liberar hasta 8.000 millones de dólares de capital”, indican.

Sin embargo, el banco preferido para Barclays en Reino Unido es NatWest, a cuyas acciones otorgan un precio objetivo de 400 libras esterlinas para un potencial alcista del 52%. “Esperamos un RoTE de más del 17% en 2023 y 2024 que a su vez respalde la distribución de más del 40% de la capitalización bursátil a los accionistas en 2024, a través de una combinación de dividendos, acciones especiales y recompras”, explican, al tiempo que subrayan el “balance defensivo de cara a una posible recesión en el Reino Unido”.

En tierras nórdicas, Barclays se decantan por que “buena parte de las noticias negativas” de la caída de precios de la vivienda sueca ya están descontadas en Swedbank, un valor al que otorgan un precio objetivo de 191 coronas suecas. “Creemos que si Swedbank viera un repunte notable en los deterioros relacionados con la cartera hipotecaria sueca, esto estaría más relacionado con un aumento del desempleo (y al menos un aumento de más de 100 puntos básicos) que con los precios de la vivienda sueca”, añaden. En cuanto a Handelsbanken, cuyos títulos valoran en 116 coronas suecas, el anuncio de la venta del negocio danés debería permitir a la entidad ofrecer “una rentabilidad por dividendo del 11% frente a la media nórdica del 7%”.

Por último, en el lado contrario de la balanza se sitúan UBS y el belga KBC. Sobre el primero, Barclays recalca la “presión” que sigue observando sobre “los niveles de activos bajo gestión, los márgenes y la actividad de los clientes”. En cuanto al segundo, estiman que “algunos de los mercados clave se volverán más difíciles en Europa Central y del Este, ya que vemos que las economías se ralentizan y los tipos empiezan a bajar”. “Con unos beneficios más bajos, pensamos que la generación de capital y, por tanto, la rentabilidad del mismo, también serán inferiores a las expectativas del mercado”, sentencian.

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