La inversión sostenible todavía tiene un gran déficit: la renta fija

Aunque hay asociaciones y gestoras que llevan la ISR por bandera, está muy arraigada aún en la bolsa

  • Spainsif ha cumplido diez años y BNP Paribas AM ha reformulado toda su estrategia sostenible en el mundo
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La inversión ética y sostenible ha pasado de ser un aspecto complementario para los analistas y gestores a un criterio fundamental de su proceso de decisión. Asociaciones y entidades están promoviendo la inversión socialmente responsable (ISR) a lo largo y ancho del mundo, y cada vez hay más estudios que demuestran que la ISR es más rentable y tiene menos riesgo que las inversiones tradicionales. No obstante, aún tiene un gran déficit que solventar: está muy arraigada en la renta variable, pero todavía no ha hincado el diente a la renta fija.

Según un estudio reciente de los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas (UNPRI, por sus siglas en inglés) junto a CFA Institute, los profesionales de la inversión de Europa, Oriente Medio y África (la región EMEA) no creen que los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) afecten a la conformación de precios o de spreads en la renta variable, la renta fija privada y la renta fija pública por encima del 50% en ninguno de los tres activos, en base a sus respuestas de “siempre o a menudo influyen”.

Lo estiman (en promedio) al 36% en las acciones, al 27% en los bonos corporativos y al 23% en los bonos públicos. En concreto, el único criterio que supera el 50% es el gobierno corporativo, y lo hace solamente en las acciones al 60%.

Por otro lado, el porcentaje de gestores y analistas que incorporan los criterios ESG en su análisis “siempre, a menudo o en ocasiones” es del 71% en la bolsa y del 57% en la deuda, aunque aquellos que reajustan sus modelos de inversión en función de los resultados de este análisis son el 51% en el primer caso y el 44% en el segundo.

El estudio también hace proyecciones a cinco años vista. Los criterios que afectarán en 2022 -los datos iniciales son de 2017- por encima del 50% a la generación de precios o spreads son el gobierno corporativo en las acciones y los bonos privados, en un 69% y un 58%, respectivamente, así como lo ambiental también en las acciones, en un 54%, según el informe de PRI y CFA Institute. Se observa así que la ISR está mucho más avanzada en la renta variable que en la renta fija y, sobre todo, que su gran déficit es la deuda pública soberana, no tanto el crédito.

DE SPAINSIF A LAS ‘3E’ DE BNP PARIBAS

Lo que antes era un debate alternativo, hoy es indispensable para elaborar una buena cartera o fondo de inversión. Incluso, en la UE se baraja si aprobar una ‘Green MiFID’ obligatoria, una vez MiFID II ya está vigente. Mientras tanto, las asociaciones y las compañías son quienes se están autorregulando en materia de ISR por adelantado.

En España, la asociación para la Inversión Sostenible (Spainsif) acaba de cumplir su décimo aniversario. Nació con 32 socios fundacionales y hoy tiene más del doble, hasta los 69 asociados. Su labor de lobby en gestoras, bancos, aseguradoras, consultoras, fundaciones o sindicatos ha logrado que los activos bajo gestión con enfoque ISR en España pasen de 80 millones de euros en 2003 a más de 186.000 millones en 2017.

Su presidente, Jaime Silos, ha presentado las líneas principales del plan estratégico de Spainsif para el periodo 2019-2021, que pasan por “fijar las huellas de la inversión sostenible, potenciar las finanzas sostenibles y aportar cada vez más valor a los asociados”.

Pero donde la ISR más avanzada está es en los países nórdicos y en Francia. Precisamente, desde este segundo país, BNP Paribas Asset Management ha lanzado una ambiciosa estrategia de sostenibilidad para toda la compañía. En primer lugar, ha establecido una definición clara de la inversión sostenible y de cómo se aplica en los activos que gestiona la firma, con cuatro componentes clave: integración de criterios ESG, corresponsabilidad, exclusiones y perspectiva de futuro. En el cuarto punto, sobresalen las ‘3E’ de BNP Paribas: medioambiente, igualdad y energía (EEE, sus siglas en inglés).

BNP Paribas AM lanzó su primer fondo ISR en 2002. Hoy cuenta con un importante centro de sostenibilidad con 25 profesionales, 14 de ellos contratados desde mediados de 2018, con más de diez años de experiencia en la industria.

LA ISR SÍ COMPENSA

De acuerdo a una investigación llevada a cabo por la también francesa La Financière de l’Echiquier, la ISR sí compensa a los inversores. Un informe de la gestora afirma que la diferencia de rendimiento entre una cartera con los mejores perfiles ESG y otra cartera compuesta por los peores perfiles ESG a nueve años es de 2,3 veces, a favor de la primera.

Además, prosigue el informe de Echiquier, la diferencia de rentabilidad anual media mínima a nueve años cuando la calificación ESG aumenta, aproximadamente, en un punto es del 3,6%. Según el estudio desarrollado por la gestora gala, entre los criterios E, S y G por separado, el criterio social es el que más contribuye positivamente a la rentabilidad. Por el contrario, las malas calificaciones de gobierno corporativo son las que más lastran las rentabilidades.

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