¿Concienciado con el medio ambiente? Debes seguir las tendencias de inversión sostenible

El futuro de las inversiones se dirige hacia las emisiones cero junto a una mejora de la gestión del riesgo

inversion sostenible

Actualmente, debido a la crisis ocasionada por el Covid-19, vivimos un proceso de reestructuración en todos los ámbitos. La pandemia ha puesto en un primer plano aspectos que debemos cambiar en nuestra vida cotidiana y uno de los más destacados, y quizás también inesperado, ha sido el aumento de la concienciación acerca del cambio climático. También a la hora de invertir.

Poco a poco, vamos escuchando cada vez más hablar acerca de la olvidada Agenda 2030 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. María Neira, directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró el pasado mes de octubre que la llegada de una pandemia era “cuestión de tiempo”, porque “hemos tenido una pésima relación con el medio ambiente”.

En este contexto, ha aumentado el compromiso no solo de los gobiernos estatales o de los políticos, sino que poco a poco vemos que los inversores quieren adaptarse a estos cambios, sin perder por ello ni un ápice de seguridad. Estamos asistiendo a un creciente interés en migrar hacia una economía con un descenso en las emisiones de carbono, lo que supone un mayor apoyo al crecimiento sostenible y también más preocupación por mejorar la gestión del riesgo de las carteras de los inversores.

¿Es posible aunar una inversión sostenible a la par que segura? Desde UBS AM creen que sí. A continuación, enumeramos las 10 tendencias para este 2021 que, según esta gestora, deberán tener en cuenta los inversores:

1. Compromiso de los inversores

Los inversores serán los principales afectados y, por supuesto, los mayores interesados. Por eso, se espera que ellos mismos fuercen a las empresas a mejorar sus datos en sostenibilidad, además de presionar para crear nuevos planes de transición energética, que sean claros y cuantificables.

En numerosas ocasiones los propios gobiernos son incapaces de conseguir estos avances mediante las presiones, pero se cree que los inversores pueden ejercer dicha presión de una manera más notable.

2. Inversión de impacto

Los inversores deben conocer los numerosos objetivos de sostenibilidad que se han propuesto en varios foros mundiales, así como la Agenda 2030 o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mencionados al comienzo.

Deben saber identificar las oportunidades que ofrecen y centrarse en aquellas áreas que más les interesen, ya sea desigualdad económica, cambio climático o incluso el acceso a la atención sanitaria.

3. Transporte eléctrico

El transporte eléctrico ha venido para quedarse. Es probable que para 2040 los transportes estén casi totalmente descarbonizados. Por poner algún ejemplo, Ford se ha propuesto que sus coches sean "totalmente eléctricos" en Europa en 2030 y TEMSA, una empresa que comercializa autobuses eléctricos, acaba de desembarcar en Rumanía.

La perspectiva para los próximos años es que cada vez más empresas sigan apostando por un transporte eléctrico y libre de emisiones, por lo que habría que tenerlo en cuenta a la hora de invertir.

4. Red cero

El 5 de junio de 2020 se presentó la campaña ‘Race to Zero’, la carrera hacia el cero creada para “movilizar el liderazgo y el apoyo de las empresas, las ciudades, las regiones y los inversores en favor de una recuperación sana, resiliente y con cero emisiones de carbono, que cree puestos de trabajo, desencadene un crecimiento inclusivo y sostenible, y reduzca el riesgo de crisis futuras”. El objetivo es que para 2050, a más tardar, las emisiones netas de CO2 sean cero.

Son numerosas las empresas que se están adhiriendo a esta ‘carrera’. Entre ellas, PwC, que ya se ha comprometido a alcanzar las cero emisiones netas en 2030. Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM Iberia, cree que sería buena idea comenzar a invertir en este tipo de acciones sostenibles, en lugar de realizar nuevas inversiones en, por ejemplo, los fósiles.

5. Las Big Oil

Es necesario cambiar la visión que tenemos de las grandes compañías de gas y petróleo. Si bien es cierto que se percibe cierto riesgo, este puede ser traducido en una oportunidad. Es innegable que las compañías perderán en esta transición a unas energías más renovables y respetuosas con el medio ambiente, pero puede implicar también inversiones de más de 1 billón de dólares al año, algo inconcebible sin las actuales empresas.

6. Diversidad

Este 2021 podría suponer el año en el que la diversidad se haga más patente en las empresas. Estamos asistiendo a un proceso de concienciación con la brecha salarial, la necesidad de la igualdad de facto y una mayor visibilidad de la diversidad. Hay estudios de Credit Suisse, Exane y Morgan Stanley que muestran la existencia de una correlación positiva entre la diversidad de los empleados y el comportamiento de la cotización de las acciones de una empresa.

Cada vez aumentan más las presiones por parte de los inversores para que exista esta diversidad e inclusión en las compañías, en su compromiso con la sociedad y con la adaptación a los nuevos tiempos que estamos viviendo y viviremos.

7. Carnes de origen vegetal

UBS AM prevé que el mercado mundial de la carne de origen vegetal alcanzará los 51.000 millones de dólares en 2025. Sería una buena opción tener en mente este tipo de inversiones, ya que esta cifra implica que se triplicará la penetración en el mercado desde los niveles de 2019.

Tan solo en España, en junio de 2020, un 10% de la población ya tenía una alimentación principalmente vegetal. La previsión es que esta cifra vaya cada vez más en aumento, ganando poco a poco terreno al consumo de carne de origen animal.

8. Pruebas de estrés climático

Sin duda el cambio climático irá ocupando cada vez más hueco en las agendas de todo el mundo: gobiernos, empresas, inversores, clientes… 2021 será un año previsiblemente marcado por este problema que adolece a toda la población mundial. Hemos asistido a nevadas históricas como la que dejó la borrasca 'Filomena' en el centro de España, lluvias torrenciales, sequías extremas, temperaturas insólitas… Según Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), estamos en un "punto de quiebre" para el clima.

En noviembre de 2021 se celebrará una reunión de líderes mundiales que trabajarán en el plan sucesor al Acuerdo de París de 2015, aumentando los objetivos que ya se plantearon en aquel año y comprometiéndose realmente a alcanzarlos.

Son ya muchos los países que se han comprometido a alcanzar las cero emisiones para mediados de siglo. Estas decisiones tomadas a nivel nacional afectan, por supuesto, a las empresas, por lo que previsiblemente los gobiernos establecerán diversos impuestos que afecten a aquellas compañías menos ‘eco-friendly’.

9. Datos sostenibles

Vuelven a tener un papel fundamental los inversores, ejerciendo presión para que las empresas publiquen los datos de los avances que están realizando en sostenibilidad. Estas presiones harán que la demanda de datos aumente, y por tanto, las presiones a los proveedores de índices y empresas de datos de mercado también se incrementarán, a la vez que crearán ofertas de sostenibilidad. La gestora cree que este aumento de la demanda podría hacer que el mercado de datos aumente su tamaño hasta superar los 5.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

10. La revolución de la transparencia

El punto número 9 tiene relación con esta última tendencia, ya que las presiones para publicar los datos de avances en sostenibilidad llevarán consigo una exigencia de que esos datos sean verdaderos. Tanto inversores como reguladores colaborarán para que esto sea posible, para que la toma de decisiones acerca de inversiones futuras sea lo más fiable y segura posible.

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