El capital riesgo teme una fuga de 'start-ups' por el blindaje anti-OPA del Gobierno

Es una de las medidas económicas extraordinarias más sonadas frente al Covid-19

  • Se deslocalizarán y los fondos internacionales no invertirán tanto en España, frenando la recuperación
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Salida de emergenciaBernard Hermant, Unsplash

El nuevo mecanismo anti-OPA que ha establecido el Gobierno para blindar a empresas consideradas estratégicas a causa del Covid-19 puede generar sin desearlo un importante daño colateral a la economía española. Muchas ‘start-ups’ de los sectores afectados están pensando en deslocalizarse fuera de España para poder acceder a financiación extranjera, normalmente procedente de fondos de capital riesgo internacionales. Y sin esos grandes fondos invirtiendo en España, la recuperación de la economía será más lenta.

El pasado 17 de marzo, Pedro Sánchez anunció la creación de un mecanismo para que los grupos de fuera de la Unión Europea no puedan lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) sobre alguna empresa española que pertenezca a sectores estratégicos. El Gobierno intenta evitar que se aprovechen de las fuertes caídas en bolsa para hacerse con el control de alguna de estas compañías.

Con la modificación de la ley, se suspende cualquier compra para "ostentar una participación igual o superior al 10% del capital social de la sociedad española, o cuando como consecuencia de la operación societaria, acto o negocio jurídico se tome el control del órgano de administración de la sociedad española". Entre otros sectores protegidos, están las infraestructuras aéreas, el agua, las energéticas y las eléctricas, las telecos, los medios de comunicación, la defensa, la robótica o las nanotecnologías y biotecnologías.

Con caídas de las bolsas de más del 30%, el primer problema se ha resuelto. Pero se ha generado uno nuevo que no se contemplaba a priori. Un directivo de un importante fondo de capital riesgo advierte sobre la creciente posibilidad de que ‘start-ups’ españolas que, en sus rondas más avanzadas de financiación tienden a dar entrada a fondos internacionales, se vean incentivadas a deslocalizarse para acceder a estos capitales. Algunas ya lo están barajando, coinciden varios gestores de capital riesgo. Con este parapeto anti-OPA, se pierden empresas y se disuade, en general, a la inversión extranjera, “que tan necesaria va a ser para la recuperación”.

Según Ascri (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión), el número de fondos internacionales de capital riesgo con inversión en España no ha dejado de crecer desde 2005, y los niveles de inversión en empresas españolas han ido al alza desde el segundo gran bache de la crisis financiera global, en 2012, con máximos el año pasado. Cuatro de cada diez operaciones se concentran en la tecnología de la información, telecomunicaciones e Internet, por cerca de un 11% en sanitario. A la luz de las cifras, si la recuperación económica no ha sido más lenta incluso, es gracias al capital riesgo extranjero. Lo que no pudo la quiebra de Lehman Brothers, quizá lo consiga indeseadamente el Covid-19 y la acción del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

¿UN MOMENTO DE ORO PARA EL CAPITAL RIESGO?

Lo cierto es que esta medida extraordinaria anti-OPA choca contra la lógica del sector del capital riesgo, que se frota las manos ante los precios de ganga. Pero si hay limitaciones gubernamentales a las adquisiciones, se puede perder una oportunidad histórica de compra.

En su blog corporativo, Bewater Funds explica en qué punto (teórico) se encuentra el mercado ahora mismo: “Si en recesión se crean menos nuevos fondos, existirán menos participantes en el mercado compitiendo por las buenas compañías. Si hay menor competencia, se comprará más barato. Y si se compra más barato, se obtendrán mejores retornos para los inversores años después, cuando haya que devolverles el dinero”. Es un momento de oro.

Pero los fondos de capital riesgo, al menos los españoles, están siendo cautelosos. Nadie sabe la verdadera magnitud de esta crisis y “la prioridad para todos en este momento es la gestión de la cartera de participadas, minimizar el impacto del parón de actividad y que todas las compañías sobrevivan para poder recuperar su negocio y niveles de empleo cuando la actividad se retome”, destaca Miguel Zurita, presidente de Ascri y codirector de Inversiones en Altamar Private Equity.

Más afilados tienen los dientes los fondos internacionales, los grandes del capital riesgo, que incluso están estudiando dar el salto y comprar cotizadas en bolsa. Según una fuente sectorial, los fondos de capital riesgo siempre han sido compradores en bolsa (‘public to privates’), especialmente cuando la bolsa está baja, por lo que “podría venir esa oportunidad”. Pero se trata de operaciones grandes, por lo que “tienden a ser gestoras internacionales”.

Preguntado por este último punto, Juan Luis Ramírez, socio fundador de Portobello Capital, no cree que vaya a ocurrir y descarta un festín generalizado, con la excepción de operaciones puntuales de los grandes fondos en importantes compañías españolas, como ya ha ocurrido con las energéticas Cepsa y Naturgy. Ramírez ve más probable que los fondos de capital riesgo se fijen en compañías de pequeña capitalización con la intención de sacarlas de la bolsa.

Otra fuente financiera descarta que el capital riesgo vaya a lanzarse en tromba a por cotizadas en el corto plazo. “Es muy pronto para este tipo de actividad. Evidentemente, las valoraciones de las empresas son más atractivas, pero también hay que comprar una empresa con flujos de caja predecibles, y eso va a ser muy difícil hasta dentro de varios meses. Además”, subraya esta fuente, “la compra de una empresa también requiere reuniones y acuerdos con el ‘management’, algo igualmente complicado durante meses”.

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