La economía mundial se tambalea: ¿nueva Guerra Fría o desglobalización limitada? 

Los expertos de Danske Bank consideran más probable el segundo escenario

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Después de décadas de expansión, basado en el aumento de los flujos comerciales y de la inversión, el futuro de la globalización que ha impulsado el crecimiento económico mundial parece muy incierto. Después de la pandemia global, las crecientes tensiones entre las dos superpotencias del mundo, China y EEUU, y las drásticas sanciones occidentales aplicadas a Rusia después de su invasión de Ucrania, apuntan hacia grandes desafíos futuros para la globalización, explican los expertos de Danske Bank.

Al mismo tiempo, la transición energética y el enfoque ESG están cambiando los equilibrios de poder globales y la oferta y la demanda global en muchas áreas. Incluso sin cambios inducidos por políticas, la economía global experimentará cambios significativos a medida que la población de los países no occidentales aumenta hasta 7.000 millones de personas, frente a los 1.000 millones en los llamados países occidentales.

"Por lo tanto, es muy probable que Occidente sea superado en tamaño económico por los mercados no occidentales en las próximas décadas", lo que tendrá profundas "implicaciones macroeconómicas de largo plazo" durante los próximos años. Así, estos expertos anticipan dos posibles escenarios.

1. GUERRA FRÍA: MENOS CRECIMIENTO Y MÁS INFLACIÓN

Según estos expertos, sería el escenario más extremo, en el que las potencias mundiales forman dos bloques en competencia: un grupo oriental liderado por China (con Rusia) y una alianza occidental liderada por EEUU.

"Este escenario implica una ruptura absoluta de la globalización y aumenta el riesgo de que una guerra fría eventualmente se convierta en una caliente. Ya sea una guerra fría o caliente, algunas implicaciones macroeconómicas podrían ser similares. Sin embargo, en una guerra caliente, muchas de las consecuencias económicas negativas serían más sustanciales, ya que los conflictos interrumpen severamente la actividad económica y reducen el potencial de crecimiento económico a través de pérdidas de capital", argumentan desde el banco danés.

Este escenario implicaría un período más prolongado de crecimiento global bajo o negativo, como resultado de un colapso severo a más largo plazo, tanto en la confianza de los consumidores como de las empresas. Este nuevo régimen global también vería los flujos comerciales globales significativamente reducidos.

Además, consideran que "las presiones inflacionarias serían estructuralmente más altas", como está demostrando la guerra de Ucrania. Esto, a su vez, obligaría a los bancos centrales a aplicar políticas monetarias más restrictivas, con tipos de interés estructuralmente más elevados. Además, pese a que la transición hacia energías verdes se acelerará, los precios de las materias primas permanecerán elevados a medio plazo hasta que ese proceso sea una realidad.

Por último, estos expertos comentan que "la polarización del sistema financiero global aumentaría significativamente los costes de las transacciones entre bloques" y reduciría el papel del dólar como divisa mundial, ya que el bloque liderado por China apostaría por el yuan como divisa de referencia.

DESGLOBALIZACIÓN Y ESFERAS DE INTERÉS

Sin embargo, los analistas de Danske Bank consideran que el escenario más probable es uno en el que se producirá "una desglobalización limitada con esferas de interés fortalecidas". Su previsión es que se produzca un "desacoplamiento" entre EEUU y China, en el que las fricciones se produzcan sobre todo en tecnología, datos, la energía, infraestructuras y finanzas, mientras que el comercio mundial de bienes de consumo continuaría fluyendo.

"En nuestro escenario base de una desglobalización limitada, esperamos una mayor reducción del comercio exterior y las inversiones durante la próxima década debido a los riesgos geopolíticos persistentes, pero los impactos negativos serían menos pronunciados que en un escenario de guerra fría", explican estos estrategas.

En este escenario, el crecimiento mundial se mantendría cerca de su tendencia potencial, con riesgos a la baja si hay conflictos que escalen de magnitud. Por su parte, las presiones inflacionistas serían más moderadas, aunque con algunos riesgos al alza. En la escena financiera global, se produciría una gran competencia entre el sistema bancario chino y el estadounidense.

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