Qué gastos puedo desgravar de mis inversiones

Invertir equivale a pagar impuestos y por eso todo inversor debería buscar fórmulas para ahorrar en el IRPF. Una de ellas es no olvidarse de los gastos y comisiones que puedes deducir por tus inversiones. ¿Sabes cuáles son? ¡Te los contamos!

No hay ahorro completo sin inversión. De hecho, al hacer tu plan de inversión deberías diferenciar entre el beneficio bruto, el neto y el real, que descuenta los impuestos por invertir y también la inflación. Por es importante conocer cómo funcionan nuestras inversiones a efectos fiscales.

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En su momento ya explicamos como tenemos que pagar impuestos por nuestros ahorros e inversiones al hacer la declaración de la renta. Lo que no comentamos es que, al igual que quien alquila un piso, Hacienda permite desgravar ciertos gastos aparejados a la inversión. En el fondo, es lo que ya se aplica en la fiscalidad del alquiler, donde el casero puede restar del beneficio que obtiene el coste de alquilar la casa -IBI, comunidad, intereses de la hipoteca…-. La única diferencia es que los gastos y comisiones deducibles por invertir son diferentes y varían dependiendo del producto.

¿Qué gastos tiene invertir?

Esto es quizás lo primero que debemos tener claro. Aunque cada producto cuenta con sus propios costes, cualquier persona que haya contratado una cuenta corriente sabe que toda entidad cargará una serie de comisiones, que ahora mismo son además una parte crucial para su negocio.

Éstas son las comisiones más habituales al invertir y sobre qué productos se aplican:

  • Comisión por mantenimiento y administración. Se aplica principalmente en las cuentas corrientes, aunque también puede cargarse en concepto de administración a otros productos.
  • Comisión por transferencia. Es un dinero que nos cobra el banco por hacer transferencias a cuentas de fuera de la entidad y a cuentas en el extranjero.
  • Comisión por retirada de efectivo. Es una comisión que el banco puede cobrar en caso de retirar dinero en efectivo en una oficina distinta de donde está domiciliada la cuenta. Las tarjetas de crédito también pueden cobrar este dinero, aunque aquí no estaríamos hablando ya de un producto de inversión
  • Comisión por cancelación anticipada. Esta comisión se puede aplicar a la mayoría de productos que establezcan un plazo de inversión, desde depósitos hasta hipotecas. En el caso de los fondos de inversión su homólogo sería la comisión por retirada fuera de las ventanas de liquidez que establece cada fondo.
  • Comisión por descubierto en cuenta. Se trata del dinero que cobra el banco cuando gastamos más de lo que tenemos en la cuenta y el banco accede a ‘prestarnos’ ese dinero.
  • Comisión de suscripción o comisión por apertura. Esta comisión se cobra tanto en fondos de inversión como en hipotecas y depósitos por el mero hecho de contratar el producto.
  • Comisión por reembolso o retirada. Esta comisión se aplica a los fondos de inversión cada vez que recuperas tu dinero.
  • Comisión de gestión. Esta comisión es propia de los fondos de inversión. Es el dinero que cobra la gestora por gestionar el fondo. Es decir, el porcentaje de la inversión o de los beneficios que se lleva por su trabajo de hacer crecer tu dinero.
  • Comisión de depósito. Se cobra en fondos y acciones y lo cobra la entidad depositaria. Sería el símil de la comisión de mantenimiento en cuentas corrientes.
  • Comisión de corretaje. Esta comisión es propia de las acciones y de los bróker, como una suerte de comisión por servicio.

En el caso de las acciones también puede haber comisiones adicionales por acudir a ampliaciones de capital o cobrar dividendos, aunque cada vez son menos las entidades que las cobran.

Además, hay productos, como los fondos de inversión, donde las comisiones están limitadas. Por ejemplo, la comisión de gestión de un fondo nunca podrá superar un 2,25% o un 1,35% si además se aplica una comisión por éxito.

Estos son los máximos y mínimos:

Comisiones máximas de un fondo de inversión

¿Qué gastos se pueden deducir?

Y ahora que ya conoces las comisiones que te cobra tu entidad por invertir tu dinero llega el momento de averiguar cuáles de estas comisiones de tus productos de inversión puedes desgravar o, mejor dicho, restar a los beneficios que obtienes. Y es que en realidad estos gastos no deducen, sino que se tienen en cuenta a la hora de terminar qué cantidad concreta has ganado al invertir.

Para que lo entiendas mejor, lo que haces es restar el coste de las comisiones a las ganancias que obtengas o sumarlos a las pérdidas, si se trata de una minusvalía.

El siguiente cuadro recoge de forma muy esquemática el funcionamiento del impuesto.

Gastos deducibles al invertir

Entonces, ¿que comisiones y gastos se pueden reducir en la renta? La Ley de IRPF especifica que, para determinar el rendimiento integro de una inversión, podrás reducir varios costes. Según el tipo, son los siguientes.

Gastos de administración y depósito

Entre los gastos deducibles de invertir figuran los gastos de administración y depósito de la participación en fondos de inversión propios de entidades financieras.

Esto aplica a lo los gastos que te puedan cobrar por cobro de dividendos –aquí puedes ver cómo tributan después-, las primas de asistencia a juntas o la cesión de tus acciones para ventas a corto, entre otras cosas.

Una reciente consulta vinculante a la Dirección General de Tributos amplía estos gastos deducibles en fondos de inversión y acciones a los gastos de administración y custodia generales. Es decir, también podrás minorar el beneficio que obtengas con la comisión de depósito de los fondos de inversión.

En concreto, la consulta V2117-19 establece que “Los gastos de administración y custodia (depósito) de dichas acciones o participaciones cargados al cliente por la entidad comercializadora, siempre que se ajusten a los criterios establecidos para su exigibilidad por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, tendrán el tratamiento de gastos fiscalmente deducibles del rendimiento del capital mobiliario”.

Comisiones de suscripción, reembolso, compraventa y corretajes

La mayoría de entidades cargan también comisiones por comprar y vender acciones o por suscribir, traspasar o reembolsar fondos de inversión.

Estas comisiones de compraventa y corretajes del bróker se pueden deducir del beneficio obtenido al tributar por tus ahorros en la renta .

En esta línea, también se pueden minorar las comisiones de suscripción y reembolso en fondos de inversión. La mayoría de gestoras liquidarán directamente estas comisiones dentro del valor liquidativo. Es decir, que ya se restan antes de que el dinero llegue a tu cuenta. Así, no tendrás que hacer nada en el IRPF.

Lo que no se puede deducir al pagar impuestos por tus inversiones es el coste del asesoramiento financiero.Si has contratado a un asesor financiero independiente que cobra por sus servicios una comisión adicional, no podrás desgravarla.

¿Qué ocurre si tras restar las comisiones hay pérdidas? Que podrás seguir restándolas al resto de ganancias a la hora de compensar pérdidas y ganancias patrimoniales.

Imagen  – Ismagilov en Shuttterstock

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