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¿Merece la pena un híbrido enchufable? (PHEV)

Durante los últimos años, los híbridos enchufables (PHEV) se han presentado como la opción más equilibrada para quienes quieren una transición suave hacia la electrificación sin renunciar del todo al motor de combustión. Pero esa supuesta virtud intermedia se está quedando sin espacio: las nuevas normativas europeas de emisiones, los objetivos de CO2 por fabricante y la llegada de eléctricos más asequibles están empujando a los PHEV a un rincón del mercado cada vez más estrecho.

La Unión Europea endureció los requisitos para que un PHEV pueda contar como «coche de bajas emisiones». Desde 2022, los modelos que no ofrecen al menos 60 km de autonomía eléctrica (WLTP) ya no se benefician de ciertas ventajas fiscales. Y a partir de 2025, el ciclo WLTP incluirá nuevos factores que penalizan a los híbridos enchufables que apenas se usan en modo eléctrico, algo habitual en flotas o usuarios que no cargan el coche de forma regular.

En este contexto, varios fabricantes están reorientando su estrategia. Mercedes-Benz ha anunciado que no desarrollará nuevas generaciones de PHEV. Volvo hará lo mismo, centrándose en su gama Recharge 100% eléctrica. Ford ya ha retirado del mercado europeo el Kuga PHEV en algunos países, y Stellantis (Peugeot, Opel, Jeep, DS…) se plantea reducir su oferta plug-in a medida que llegan versiones eléctricas más competitivas.

También influye el cambio en los esquemas de ayudas. En España, el Plan Moves III incluye subvenciones para PHEV, pero solo si superan los 30 km en modo eléctrico y no pasan de 50 g/km de CO2. La realidad es que muchos modelos se quedan fuera, especialmente los SUV más pesados, a pesar de montar baterías grandes. Además, la Comisión Europea está estudiando eliminar las ayudas a los híbridos enchufables a partir de 2026.

A nivel de ventas, los datos reflejan esta incertidumbre. En 2023, los PHEV representaron solo el 5,5% del mercado español de turismos, según ANFAC, frente al 10,5% de los 100% eléctricos. En lo que va de 2025, la cuota sigue bajando mes a mes. Las matriculaciones se están viendo afectadas por una combinación de precios elevados, dudas sobre el futuro regulatorio y la mejora de la autonomía en los BEV.

Desde el punto de vista del usuario, el PHEV solo tiene sentido si se carga a diario y se aprovecha la parte eléctrica para la mayoría de los trayectos. En ciudad, pueden reducir mucho el consumo; pero si se usan como un híbrido tradicional, el peso extra de la batería penaliza claramente. Y con precios medios por encima de los 40.000 euros, empiezan a perder su atractivo frente a eléctricos puros como el Tesla Model 3, el MG4 o el nuevo Renault Scenic E-Tech.