Bolsamania

El Toyota i-ROAD se convierte en realidad

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Asombroso vehículo revolucionario o engendro de tres ruedas, el Toyota i-ROAD cosechó elogios y feroces críticas a partes iguales desde su presentación en el pasado Salón de Ginebra. En cualquier caso, los japoneses han tomado una decisión y Toyota se dispone a convertirlo en una realidad e iniciar su producción, aunque de momento solo de forma limitada.

El i-ROAD protagonizará un ensayo de movilidad bajo la fórmula de carsharing en la red denominada Ha:mo, un sistema de transporte urbano diseñado para combinar todas las formas de transporte público y privado. El gran objetivo es la mejora del flujo de tráfico y la reducción de emisiones contaminantes.

La apuesta de las tres ruedas

Como ya hemos visto en esta web anteriormente, el i-ROAd fue presentado como un vehículo de movilidad personal de tres ruedas y dos plazas con motor eléctrico. Un diseño fuera de lo común que no ha dejado a nadie indiferente.

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El i-Road cuenta con un motor de 5,4 CV que hace girar las ruedas delanteras y posee una autonomía de 50 kilómetros. Sus medidas son muy compactas: 2,3 m de longitud por una altura de 1,44 m. Su anchura es similar a la de un vehículo convencional de dos ruedas: 0,88 m. Ahí está la clave del posible éxito del i-ROAD: es muy práctico para circular por ciudad y encontrar aparcamiento en casi cualquier lugar.  

Esta apuesta de Toyota por las tres ruedas va a ser llevada a cabo con ciertas precauciones. Un centenar de unidades para alquiler estarán disponibles este mismo mes de octubre en 17 ciudades de España.

El i-ROAD cuenta con una batería de ión de litio que impulsa un par de motores eléctricos de 2 kW cada uno montados en las dos ruedas delanteras. Su autonomía aproximada es de 50 kilómetros y el tiempo de recarga es de unas tres horas.

Pero sin duda lo más novedoso, el verdadero hallazgo que nos propone este vehículo es la nueva e intuitiva tecnología Active Lean de Toyota, de Inclinación activa. Por definirlo de algún modo, podríamos decir que se trata de tener todas las ventajas de la conducción de una motocicleta dejando que sea el propio vehículo el que estabilice el vehículo en las maniobras a baja velocidad o en parada: no hace falta poner el pie en tierra.

El sistema mueve automáticamente las ruedas hacia arriba y hacia abajo en sentido opuesto, y aplica un ángulo de inclinación para contrarrestar la fuerza centrífuga del viraje. ¿Seremos capaces de acostumbrarnos a este nuevo modo de conducción?

Fotos – El Mundo