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Coche eléctrico, el sonido del silencio

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Con el desarrollo rápido de vehículos eléctricos, es legítimo preocuparse de preguntas relacionadas con la seguridad de las personas, en particular para la gente que tiene problemas de visión, para quienes el silencio de estos coches supone un peligro. Algunos estudios han demostrado que los vehículos híbridos o eléctricos estaban dos veces más implicados en accidentes con peatones en velocidades inferiores a 20 km/hora, que el resto de vehículos térmicos. Muchos Estados han decidido imponer entonces un sistema de alerta sonora para los vehículos eléctricos.

En Europa, el Parlamento ha aprobado el Vehicle Alerting System, en una directiva de 2014, que da 5 años a los constructores de vehículos para adaptarse a la reglamentación. A partir de 2019, esta normativa será obligatoria en todos los vehículos eléctricos híbridos, aunque la tarea se anuncia bastante compleja de lo que parece.

Sistemas existentes cercanos a la eficacia cero

Muchos vehículos eléctricos ya van dotados con un sistema de alerta sonora. Normalmente se pone en marcha a una velocidad inferior a 30 km/hora, porque más allá, el ruido del rozamiento generado por los neumáticos es suficientemente importante para llamar la atención. Por ejemplo, el Nissan Leaf, va equipado con un sistema Vehicles Sound for Pedestrians, cuya frecuencia aumenta proporcionalmente a la velocidad del vehículo y decrece cuando reduce velocidad.

Se pone en activo durante la aceleración hasta alcanzar los 30 km/hora, y la desaceleración a partir de 25 km/hora. El sonido emitido se parece al de un platillo volante, y sin duda es algo que llama la atención. El problema es que nadie identifica esta pequeña música como si fuera una señal de alerta.

El e-vader como solución

Los fabricantes son conscientes del problema y trabajan para resolver la cuadratura del círculo, es decir crear una señal suficientemente fuerte para que sea audible en un entorno ruidoso, pero no tanto para no incrementar la contaminación sonora. También es necesario una sonoridad distintiva, que alerte de la presencia de un vehículo eléctrico, pero que no sea demasiado melodiosa, ni demasiado agresiva.

También es necesario que sea emitida, pero no de forma permanente. Por estas razones, fabricantes, investigadores e ingenieros se han puesto a trabajar en torno al proyecto e-vader, llevado a cabo por la Comisión Europea. Su objetivo es el de crear una señal innovadora e identificable por todos.

La primera cosa que estas investigaciones han puesto a la luz es que para que un vehículo eléctrico se haga oír, es necesario que el sonido que emite sea audible por todos y a una distancia suficiente para reaccionar. La frecuencia ideal, según los científicos, se sitúa en torno a los 300 Hz.

Pero esto plantea otro problema, se trata de una frecuencia más bien desagradable para la mayoría de las personas. Al modularla, la cosa parece mejor, pero es necesario que no sea muy fuerte, para no irritar a los usuarios de la carretera. La solución es una señal directiva, emitida por un haz estrecho. Para conseguirlo, el vehículo debe detectar primero a los peatones y a los ciclistas, gracias a una cámara fija en la parte superior del parabrisas.

Este reconocimiento activa el dispositivo, que emite, gracias a unos altavoces, un sonido precisamente orientado hacia el objetivo, con el fin de alertar de la presencia de un vehículo eléctrico. Contrariamente al sistema empleado por Nissan, no hay variación de la frecuencia, la cercanía o alejamiento del vehículo que se identifica por el nivel del sonido.

Este es 5 decibelios menor que el de un diesel, es decir casi 2 veces menos fuerte. Esto es la teoría. En la práctica, las cosas no parecen tan sencillas. Los tests realizados desde hace 2 años han demostrado que la solución, sin ser infalible, no era mala. Pero un estudio británico ha mostrado que los vehículos con motor térmico de nueva concepción se revelan tan silenciosos como los eléctricos.

Foto – Express