
La política arancelaria de Donald Trump ha convertido la volatilidad en la 'nueva normalidad' del mercado, con unas bolsas que se disparan o se hunden al son que marca el presidente de EEUU a golpe de publicación en su red social, Truth Social, convertida en altavoz de cualquier novedad relacionada con la guerra comercial que él mismo ha desatado. Así, y pese a que la incertidumbre se ha adueñado de los inversores, en Schroders aseguran que conviene tener en cuenta que en renta variable global siempre hay oportunidades presentes.
Por ello, y atendiendo al proverbio que dice que 'los árboles no deben impedirnos ver el bosque', en la gestora aconsejan prestar atención a cinco claves, puesto que los mercados no siempre siguen el guion geopolítico.
1. La geopolítica es increíblemente difícil de predecir. "La geopolítica es algo increíblemente difícil de predecir, por eso, como gestores de fondos, nos centramos en las cosas que podemos controlar y conocer", indican los analistas de la firma.
Y es que, oportunidad y amenaza suelen ser dos caras de la misma moneda. "Constantemente nos preguntamos al invertir en una determinada empresa o con una determinada tesis, ¿estamos suficientemente diversificados? ¿Nos estamos limitando a una única opción? ¿El resultado de una determinada situación geopolítica va a influir enormemente en la cartera? Y eso es precisamente lo que intentamos evitar", añaden.
2. Las tendencias llegan a su fin en algún momento. Es más, en Schroders subrayan que estos entornos de mercado complejos están muy relacionados con los sesgos conductuales.
"La gente tiende a mirar al pasado y asumir que la historia se repite, sin mirar necesariamente hacia delante. Sin embargo, es evidente que las cosas cambian. En términos de inversión, Estados Unidos ha sido el país dominante en los últimos 100 años. Gracias a una relativa estabilidad, el mercado bursátil estadounidense ha sido extraordinariamente rentable para los inversores", afirman.
Una serie de factores, como la elevada tasa de innovación, siguen favoreciendo a Estados Unidos, si bien es poco probable que este dominio persista indefinidamente. De hecho, en la gestora creen que el excepcionalismo estadounidense podría tener consecuencias imprevistas, como el ascenso de China como nuevo líder mundial.
"A más corto plazo, es interesante observar que las bolsas europeas ya han superado materialmente a las estadounidenses este año, basándose en la idea de que quizá las expectativas se han vuelto demasiado negativas. Algo parecido podría ocurrir en China, donde partimos de una base muy baja", señalan estos expertos.
3. Separar la política, la economía, la bolsa y la selección de valores. "La demografía a largo plazo, el telón de fondo político y muchas de las cosas que diríamos que son tendencias estructurales están bien establecidas y se entienden bastante bien. Algunas de ellas cambiarán con el tiempo". Pero la pregunta que se hacen en Schroders es: ¿cuánto se paga por ellos?
"La otra cuestión es que, incluso en los mercados que están bien establecidos, hay empresas que tienen dificultades, y viceversa. Muchos inversores se dejan seducir por los mercados emergentes debido a los elevados niveles de crecimiento del PIB a lo largo del tiempo. Sin duda, es un aspecto atractivo y pueden ser economías muy dinámicas", consideran.
Sin embargo, enfatizan que los inversores suelen olvidar que no existe correlación alguna entre el crecimiento del PIB de un país y el de su mercado bursátil.
4. Disrupción, volatilidad y oportunidades para las estrategias cuantitativas. En un contexto marcado por la caótica política comercial de Trump, la única certeza de los mercados a estas alturas del año es que la incertidumbre va a continuar.
"La disciplina en torno a la recogida de beneficios y el reaprovechamiento de esos ingresos hacia las áreas que potencialmente se han visto menos afectadas o que han capeado la tormenta un poco mejor será esencial", aseveran en Schroders.
En todo caso, los estrategas de la gestora recuerdan que en los dos últimos años han lidiado con mercados que eran más fáciles de navegar ya que la volatilidad no estaba tan presente. "Este año apunta en la dirección contraria de los dos últimos años: habrá disrupciones y la volatilidad presentará oportunidades, y corresponderá a los gestores activos aprovecharlas".
5. Los inversores con horizontes a largo plazo tienen mejores oportunidades. "Los inversores deben tener una visión a largo plazo. La inversión en renta variable debe adoptar un horizonte temporal de entre 5 y 15 años, sobre todo entre inversores jóvenes, capaces de adoptar esa perspectiva y de afrontar la volatilidad a corto plazo", remarcan.
Con todo, el coste es sin duda un factor, e invertir en productos con comisiones bajas, como los fondos pasivos, resulta útil. No obstante, "invertir con gestores" que apuestan por la inversión activa, por añadir valor a los índices de referencia pasivos, puede ser "increíblemente gratificante" con el paso del tiempo.
"Incluso una tasa de capitalización del 1% o 2% por encima de un índice de referencia puede suponer una enorme diferencia con el paso del tiempo. Por ello, pensamos que es importante contar con componentes tanto pasivos como activos a la hora de construir una cartera", concluyen en Schroders.