¿Hay una burbuja en las inversiones verdes o la fiebre está justificada por la rentabilidad?

Los criterios de sostenibilidad pueden contribuir a mejorar el perfil de riesgo-rentabilidad de la inversión

inversion sostenible

La creciente importancia de los criterios de sostenibilidad para las empresas ha suscitado la alerta de entidades como el Banco Internacional de Pagos (BPI) y de destacados medios financieros. Ven ciertos indicios de sobrevaloración de las acciones relacionadas con lo que consideran una moda o burbuja de las inversiones verdes. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, según Allianz Global Investor, ya que “apenas se puede hablar de sobrevaloraciones, especialmente cuando se tienen en cuenta las influencias sectoriales o incluso los estilos de inversión”.

En un extenso informe, Hans-Jörg Naumer, director Global Capital, Markets & Thematic Research de la gestora, asegura que “los criterios de sostenibilidad pueden contribuir a mejorar el perfil de riesgo-rentabilidad de la inversión y permitir así invertir para un mundo mejor”. “Las altas valoraciones no implican necesariamente que determinados sectores de inversión estén sobrecalentados; podría tratarse simplemente de un fenómeno general del mercado”, explica el experto.

“Podría ser una cuestión tanto de cambios económicos como de cambios en las preferencias de inversión, es decir la disposición a pagar más por inversiones más sostenibles”, prosigue. Por otra parte, llama el experto a contemplar que el factor verde no sea realmente la causa subyacente de una supuesta prima de valoración, sino que se deba a otras circunstancias sectoriales.

Es imposible pasar por alto hasta qué punto las "finanzas verdes" han crecido en importancia, algo que se remonta al éxito triunfal de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en el universo de la inversión. Ya en 2006 se lanzaron los Principios de Inversión Responsable (PRI), una iniciativa formada por gestores de activos, bancos y propietarios de activos, como fondos de pensiones y compañías de seguros, que se han comprometido a basar sus decisiones de inversión en criterios ASG. Según datos de septiembre de 2021 gestionan colectivamente activos por valor de unos 120 billones de dólares.

A esto le siguió una amplia gama de otras iniciativas destinadas a ayudar al sector financiero que también se centran explícitamente en la lucha contra el cambio climático. Algunos ejemplos recientes son la Network for Greening the Financial System y la Net Zero Asset Managers. Asimismo, el experto de Allianz Global Investors recuerda que también influye la taxonomía de la Comisión Europea, que intenta proporcionar un marco jurídico uniforme para las decisiones de inversión.

Por lo tanto, Naumer indica que “a medida que aumenta la conciencia del cambio climático y se ha visto acompañada de ajustes normativos así como las iniciativas de los organismos del mercado financiero, se ha producido un cambio notable, y probablemente permanente, en las preferencias de los inversores con respecto a criterios de sostenibilidad”. Según la Asociación Alemana de Fondos de Inversión, las entradas netas en fondos sostenibles en 2021 se triplicaron de un año a otro. Esto significa que el 16% del patrimonio total de los fondos se invierte en productos con características de sostenibilidad.

En el caso de fondos de inversión, esta cifra es del 31% en Alemania, mientras que la media de la UE ha alcanzado el 40% de los activos de los fondos de inversión. En lugar de una "burbuja verde", “los datos muestran que los valores relacionados con ESG presentan un mejor perfil de riesgo/rendimiento”, afirma el director Global Capital, Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors. Esta circunstancia, “favorece las inversiones sostenibles y, de hecho, incluso busca deliberadamente una transformación hacia la sostenibilidad, que va acompañada de un cambio en el panorama macroeconómico”, sostiene el experto.

También en este caso, el cambio climático dicta el camino a seguir. Tanto Estados Unidos como Europa han anunciado su intención de alcanzar las emisiones netas de carbono para 2050, mientras que Alemania ha elegido 2045, China 2060 e India 2070. “Lo que esto significa que estamos en la senda hacia la descarbonización de nuestras economías. Aquellos que no adapten sus procesos de producción y productos se encontrarán con una enorme desventaja competitiva, hasta verse obligados a salir del mercado”, concluye el analista.

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