El año perdido de PIMCO: se aleja de Vanguard y BlackRock por renunciar a los ETF

Según Morningstar, su cultura de inversión es inmovilista, y no se ha aprovechado del rally de los bonos

  • Bill Gross dejó la firma en 2014 para ir a Janus Capital: no le fue demasiado bien, pero a PIMCO tampoco
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Sede de PIMCO

El 2019 va a ser un año perdido para PIMCO, como ya lo fue el 2018. Según los analistas de Morningstar, su crecimiento orgánico será de unas pocas décimas, lo que en la práctica supone quedarse en el 0%. Y todo a pesar del gran año de rentabilidad que ha tenido la renta fija. Varios de sus rivales más directos por tamaño, como son Vanguard o BlackRock, crecerán alrededor de un 5%. El frenazo de PIMCO, una de las mayores gestoras del mundo y la reina de los bonos, está en su renuncia a la gestión pasiva.

En la pasada Morningstar Investment Conference 2019 de Madrid, el analista Greggory Warren definió la cultura inversora de PIMCO como “rigurosa, exigente e intensa”. Lo hizo como sinónimo de inmovilista, ya que es una gestora cuyo acercamiento a los fondos pasivos es todavía muy tímido. Todo lo contrario de sus grandes rivales.

Sobre Vanguard, Warren aseguró que “está comprometido a servir a todos los inversores, no solo a los suyos”. Respecto a BlackRock, afirmó que “ha usado su tamaño y su conocimiento operacional en beneficio de los clientes”. De las tres gestoras analizadas, PIMCO es aquella donde el mix gestión activa-gestión pasiva está más escorado hacia la primera: un 97% de su patrimonio está bajo el paraguas de la gestión activa, y no parece que vaya a cambiar a corto plazo. Y esto tiene su reflejo en las comisiones que pagan los clientes, así como en el crecimiento orgánico de la entidad.

En PIMCO, cerca de un 30% de los activos tiene unas comisiones de gestión altas, y un 25% comisiones por encima de la media. Por el contrario, solamente un 15% son comisiones bajas. Es el peaje de intentar batir al mercado a través de la gestión activa. Comparativamente, en Vanguard el 98% de las comisiones son bajas y, en BlackRock, un 45% de las comisiones son bajas y un 20% está por debajo de la media.

El haber abrazado con convicción a los ETF y los fondos indexados les ha permitido a Vanguard y BlackRock crecer durante los últimos cuatro ejercicios. Vanguard creció orgánicamente a ritmos del 10% durante 2016 y 2017. El año pasado, el peor que se recuerda para los mercados desde la quiebra de Lehman Brothers, creció un 3,5%, y la estimación de Morningstar es que este año crezca más de un 4%. Por su parte, BlackRock creció un 4% en 2016; un 7% en 2017; solo un 2% en 2018 y este año su crecimiento estará cercano al 6%, según la firma de análisis.

PIMCO está lejos de estas cifras. En 2016, decreció un -5%, aunque en 2017 salvó los muebles creciendo casi un 11%. Pero en 2018 entró en barrera y todavía no ha salido de ahí. El año pasado creció poco más de un 0% y, según Morningstar, este ejercicio lo cerrará por debajo del 1%. Será, por tanto, un año perdido para la gestora propiedad de Allianz, ya que no ha sabido aprovechar el rally de los mercados, incluida la renta fija, el nicho donde más conocimiento tiene PIMCO. Sectorialmente, los fondos de renta fija a largo plazo se revalorizan en el año entre un 2,8% y un 4,3%, según Inverco, y los de corto plazo, entre un 0,1% y un 0,6%. La firma de inversión americana no ha querido hacer comentarios a esta información.

En septiembre de 2014, PIMCO perdió a una de sus principales bazas. Bill Gross, considerado por muchos como el mejor gestor de bonos en la historia de Estados Unidos, abandonó la firma que él mismo había fundado para recalar en un pequeño fondo de Janus Capital. Gross se ha jubilado en febrero de este año sin haber hecho unos buenos resultados en sus cinco ejercicios en Janus Henderson (la fusión de Janus Capital y Henderson en 2016), pero lo cierto es que PIMCO tampoco ha sabido digerir su marcha.

En 2018, según los resultados anuales de Allianz, PIMCO -con 1,1 billones de euros bajo gestión, un 0,5% más que en 2017- sufrió sin embargo reembolsos netos por valor de 8.000 millones de euros. Se vio muy afectada en sus estrategias de crédito con grado de inversión, renta fija tradicional y mercados emergentes. También en su negocio de ‘hedge funds’, que arrastró a las comisiones de éxito (un 4% menores) que cobra la gestora por sus buenos resultados.

PIMCO y su renuncia a la guerra de los ETF

PIMCO es una de las mayores gestoras internacionales con menos ETF en su parrilla de fondos. Según su página web, únicamente tiene ocho disponibles para la venta en formato UCITS, el estándar europeo, y de ellos cinco son de bonos a corto plazo. Sus ETF corresponden a una “gama de estrategias de índices inteligentes gestionados activamente”.

A pesar de seguir apostando en gran medida por la gestión activa, esta decisión tampoco se ha traducido en mejores resultados o en un binomio rentabilidad-riesgo más eficiente. Si bien es cierto que un 81% de sus fondos tiene ratings de Gold, Silver & Bronze por parte de Morningstar, lo que implica calidad, este porcentaje es incluso más alto en Vanguard (que, en la práctica, es del 100%) y BlackRock (un 83%) aun con menos gestión activa y más fondos indexados o pasivos. Renunciar a la guerra de los ETF le está pasando a PIMCO una factura muy alta.

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