Abróchense los cinturones que vienen curvas. En esta frase se condensa la tesis de Trond Grande, el vicepresidente ejecutivo del megafondo noruego del billón de euros que viene de anunciar pérdidas de 21.000 millones de dólares por la crisis del coronavirus.
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Grande ha reconocido durante una entrevista concedida a la agencia Reuters que la pandemia no está bajo control "de ninguna de las maneras" y seguirá siendo el mayor quebradero de cabeza para los inversores durante largo tiempo.
Solo en el primer trimestre del año, el megafondo soberano ha perdido 153.000 millones de dólares. Desde entonces, ha rebotado algo igual que el resto de bolsas y valores, pero no lo suficiente para dejar atrás los números rojos en el año. "Ya hemos empezado a vislumbrar una especie de recuperación en forma de 'V' en los mercados", observa Grande con cierta precaución.
Actualmente, el patrimonio que gestiona posee acciones en más de 9.200 compañías en todo el mundo, es decir, un 1,5% de las cotizadas a escala global. Algunas de las principales culpables del mal rendimiento del vehículo inversor noruego son las petroleras.
PETRÓLEO Y TECNOLÓGICAS, LA CARA Y LA CRUZ
El desplome del crudo, con un West Texas que llegó a entrar en territorio negativo por primera vez en su historia, hace que las petroleras en las que está invertido el fondo se dejen un 33,1% en lo que va de año pese al rebote protagonizado por el oro negro desde sus mínimos.
La otra cara de la moneda en este megafondo han sido valores como Apple, Microsoft y Amazon, cuyas meteóricas subidas al calor del subidón tecnológico han ayudado a mitigar las pérdidas. "Todos los mercados, algunos más que otros, están teniendo una recuperación", ha señalado Grande durante una intervención en Bloomberg.
Según el Instituto del Fondo de Riqueza Soberana, Noruega tiene el mayor fondo soberano del mundo atendiendo al total de activos, seguido por la Corporación de Inversiones de China y la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi.
