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Mercedes S 500 cabrio: competencia directa para Bentley y Rolls Royce

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Con el cabrio son ya seis los derivados de la clase S. La competencia directa para el descubierto proviene de Bentley y Rolls Royce.

Mercedes ha desarrollado a lo largo de los años la clase S en un subderivado de la marca que recoge más dinero que Smart y Maybach juntos. Durante décadas no ha habido ningún cabriolet de la clase S de Mercedes. Ahora, los de Stuttgart de boca de Ola Källenius, director de ventas Mercedes, dicen que “la clase S simboliza la pasión por la individualidad y la movilidad atemporal y exclusiva“.

La variante descubierta no solo corona ésta línea de modelos, en cosas de precio pues no se puede viajar de manera más exclusiva en un Mercedes cabriolet clase S sin comprar un Bentley Continental o un Rolls Royce Dawn.

Técnicamente el cabrio esta muy relacionado con el cupé de la misma gama. Por ello que el S 500 cabriolet no sea realmente, al igual que la variante con techo rígido, un cuatro plazas auténtico. Niños sí tendrían buena cabida en la parte de atrás pero para dos adultos no son muy recomendables los asientos de la segunda fila.

Mientras que en el cupé de la clase S o del algo más olvidado SL roadster, se dispone respectivamente de un agregado V6 con 367 caballos, la clase noble cabrio de Mercedes tan solo ofrece un ocho y doce cilindros de dobleturbo. El S500 es toda una ocupación brillante, gracias a sus 455 caballos y un par motor potente de 700 Nm a partir de las 1.800 revoluciones, uno no tiene nada que añorar a los AMG.

La única problemática de tenerla, sería su sobrepeso. Un coche que no se deja impresionar por las actuales tecnologías de construcción ligera poniéndo sobre la balanza y sin tener en cuenta la tracción a las cuatro ruedas, 2,1 toneladas.