Bolsamania

Ford Falcon de 1960, el padre del Mustang

El Ford Falcon, comercializado en Estados Unidos entre 1960 y 1970, no es muy conocido en Europa. Sin embargo se trata de un modelo de importancia mayúscula en la historia de la marca, pues fue el banco de pruebas a partir del cual sería creado el Ford Mustang (ese sí que lo conoce todo el mundo). Vamos a rendirle nuestro humilde homenaje.

Casi imposible de encontrar en Europa, al otro lado del Atlántico podemos hacernos con una de estas viejas joyas de los sesenta por poco más de 10.000 euros, aunque el precio puede multiplicarse si hablamos de la variante deportiva Sprint, como la de la imagen siguiente:

La primera generación del Ford Falcon ve la luz en 1960, disponible en varias versiones de carrocería: dos y cuatro puertas sedán y un station wagon con tres y cinco puertas.

Su diseño no tardó en seducir al público. Sus virtudes: unas dimensiones externas no demasiado voluminosas para los estándares norteamericanos  (no superaba los 4,60 m de largo), un consumo relativamente bajo consumo y un diseño muy práctico, con tres asientos delanteros). En vista del éxito en 1963 se lanzaría la versión descapotable de techo rígido y al año siguiente, el coupé.

El motor con el que fue lanzado este modelo era un 2.4 de seis cilindros y 91 CV  de potencia (un motor delantero), aunque la gama se amplió rápidamente con motores que llegaron a alcanzar los 4,9 litros.

Fue precisamente ese, el Ford Falcon coupé que cruzó el charco y asombró a todos en el legendario Rally de Montecarlo de 1964 (con él los suecos Bo Ljungfeldt y Sager Fergus alcanzaron el segundo escalón del podio), el modelo que sería el embrión del futuro Mustang, que iba aparecer a finales de ese mismo año marcando un punto de inflexión y relegando para siempre al Falcon al papel de segundón.

En la foto de abajo, y para rematar el post, podemos visualizar ese punto de inflexión: el Falcon de 1960 junto a su «hijo», el Ford Mustang de 1965. Una imagen histórica.

Fotos- Cartype