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En los Estados Unidos, los coches eléctricos deben hacer ruido

 Coche-eléctrico

Los Estados Unidos han aprobado una nueva norma de seguridad en carretera: a partir de 2015, los coches eléctricos e híbridos recargables deberán emitir un ruido por debajo de los 30 km/h. Esta norma, ¿tendrá algún tipo de repercusión en Europa? Los coches eléctricos deben hacer ruido para evitar los accidentes con los peatones.

La agencia para la seguridad de las carreteras de los Estados Unidos, la NHTSA acaba de aprobar una nueva norma sobre el ruido de los coches eléctricos. A partir del año 2015, los coches eléctricos, los coches híbridos recargables y los coches utilizando una pila de combustible a hidrógeno deberán emitir una señal sonora, mientras circulen a una velocidad inferior a 30 km/h.

Esta medida debe, según la agencia, evitar 2800 incidentes o accidentes implicando a peatones, y 35 muertes al año relacionadas con el silencio de los coches eléctricos. Frente a este riesgo de accidente para los peatones, la agencia explica que el coste del dispositivo sonoro no cuesta más de 15 euros para un coche eléctrico.

El ruido del coche eléctrico

Esta decisión americana merece ser debatida. Mientras que desde hace años se busca limitar el ruido de los coches en ciudad, habrá que imponerle a un vehículo silencioso un generador de ruido artificial. Se acaba de imponer la molestia, porque la ciudad ya está acostumbrada. ¿Y por qué no obligar a los coches eléctricos a que emitan una nube de humo negro para indicar que están acelerando?

El coche eléctrico hace ruido: el de la circulación, el de su desplazamiento aerodinámico, el de su motor eléctrico. En París, por ejemplo, se escucha circular a los coches Autolib. Se les oye incluso más que a los Velib. El coche eléctrico dispone de un nivel sonoro cercano al de un coche térmico desembragado. Y a estos no se les impone emitir ningún tipo de señal sonora cuando desaceleran.

Esperemos que el sentido común de los conductores, como de los peatones, prevalecerá sobre las normas que no tienen ningún sentido.

Foto – Autodeclics