
Los aranceles impuestos por la administración estadounidense de Donald Trump han sacudido a las bolsas a uno y otro lado del mundo ante el temor a un posible repunte de la inflación y a una eventual recesión. No obstante, los expertos de Inversis pronostican un 2025 de "resiliencia económica" a pesar de las amenazas del presidente de Estados Unidos.
Con todo, Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de la firma, cree que no se pueden descartar "sorpresas" que vendrán marcadas por la agenda económica del presidente de EEUU, como el efecto en el crecimiento y por tanto en las futuras decisiones de los bancos centrales de esas posibles tensiones comerciales. También por las dudas de cómo abordar la fiscalidad en un entorno de bajada de tipos de interés y subida de aranceles o el impulso desregulador en sectores como el energético o el tecnológico.
Y es que el escenario actual es muy diferente al que Trump se encontró en su primera llegada a la Casa Blanca en 2016, con más déficit y deuda. La primera de estas dudas, apunta Muñoz-Alonso, llega precisamente de esa amenaza de subida de aranceles. Las guerras comerciales pueden representar una caída de "más de un 1,3% del PIB americano" y un aumento del 0,3% de inflación, lo que para el ciudadano medio americano "se traduciría en una pérdida de unos 2.600 euros por año con el coste político que conlleva".
Por otro lado, las políticas fiscales anunciadas, "parecidas a las de 2017 para bajar el tipo fiscal medio al 15%", supondrían aumentar el déficit público por encima de la tendencia estimada actual, mientras que sobre la inmigración y el anuncio de deportaciones masivas podría provocar una subida de medio punto de la inflación y una caída del 0,4% del PIB por el efecto en la base laboral del país. "Lo mismo ocurre con la inflación por el efecto de la desregulación en sectores claves como el energético, el tecnológico en especial las criptomonedas", agrega Inversis.
"Todo esto nos lleva a preguntarnos si Trump va a ser capaz de poner en marcha estas medidas por los efectos negativos que tienen y su coste social y político, en términos de popularidad", reflexiona el experto de la entidad española.
CRECIMIENTO SIMILAR AL DE 2024
Con este contexto y con perspectivas de alzas inflacionistas, Inversis estima que las previsiones de crecimiento global estarían en el entorno del 3,3%, un nivel muy parecido al de 2024.
Por regiones, en EEUU Inversis espera un crecimiento en un rango del entre el 1,9% y el 2,7%, en línea con las previsiones de la Fed (2,1%), precios en el 2,5%, una tasa de paro contenida y fondos federales en el 3% o en el 4%. "Esperamos un repunte de las rentabilidades en EEUU, impulsada por el consumo y un mercado de trabajo robusto. Déficit fiscal al alza, con una ratio de deuda sobre PIB lejos de adaptarse", explica la firma española.
En cuanto a la inflación, tras crecer en diciembre por tercer mes consecutivo, se mantiene resistente a bajar a pesar de que la subyacente da un respiro y comienza a corregirse, aunque de forma muy lenta. "Con este panorama la Reserva Federal ha decidido poner el freno y, tras la suspensión de esta semana pasada, nos inclinamos por solo dos bajadas en 2025 para dejar los fondos federales en el 3,9%", señala Inversis.
Por su parte, Europa será el "contrapunto" de lo que ocurre en EEUU. Para Inversis, es más que posible que en la eurozona "hayamos tocado fondo" en cuanto a las bajas cifras de crecimiento. El consenso apunta a un 1% o un 1,1% en 2025 muy en línea también con el Banco Central Europeo (BCE).
En cuanto a la inflación, la firma española cree que veremos cifras "cercanas" al objetivo del 2%, paro "contenido" y un déficit fiscal que "debería empezar a contenerse". "Todos los componentes de la inflación se comportarán bien menos el sector servicios, más obstinado y que lastra la inflación subyacente del índice general. El crecimiento europeo se verá empujado por el consumo privado gracias al mercado de trabajo y los salarios, además de por el consumo público, ambos justifican 2/3 del crecimiento europeo", explica Muñoz-Alonso.
Con este entorno, los escenarios del BCE pasan por unos tipos de depósito entre el 1,2% y el 2% con hasta cuatro bajadas en 2025. "Con lo peor de la crisis superada, los retos de la eurozona se centran en la consolidación fiscal y las tensiones comerciales con EE.UU., con mayor impacto en Alemania", agrega la firma española.
Por último, China mantiene los problemas estructurales que se han visto tras la reapertura tras la pandemia, en concreto el consumo. En los últimos meses parece que se ha registrado algo más de actividad que podría anticipar cierta recuperación, pero las ventas minoristas aún siguen bajas y se mantienen las dudas en el sector inmobiliario. Hay factores que invitan a pensar que el consumo va a seguir contraído durante algunos meses. Las palancas de China para salir adelante serán por un lado el estímulo fiscal y de otro el comercio exterior, con políticas comerciales más agresivas.
¿EN QUÉ INVERTIR?
En este contexto, y tras un 2024 con donde no se ha materializado la recesión, Inversis cree que está comenzando una "recuperación con repunte en rentabilidades asociadas a la victoria de Trump", pero también "a las consecuencias de sus desregulaciones y medidas fiscales".
Por ello, la firma española se muestra "muy positiva" en todos los segmentos de renta fija. En soberanos, Inversis ve que las curvas "empiezan a recuperar la pendiente positiva, con las primas a corto plazo escorándose por debajo de las rentabilidades a 10 años". "Nos mostramos positivos a mantener una posición parecida infraponderando sectores más volátiles", explica. En cuanto a la eurozona, Inversis también ve "normalización de la curva de tipos, no veremos decisiones del BCE disruptivas en un entorno de crecimiento normalizado". "Nos inclinamos hacia el crédito de calidad europeo", añade.
En cuanto a la renta variable, y siendo conscientes de la "situación de agotamiento" tras dos años muy buenos para los mercados bursátiles, Inversis ve que "al menos en EEUU queda recorrido de retornos positivos" tras las medidas prometidas por Trump, especialmente en lo relativo a la fiscalidad de las empresas.
"En definitiva, apuesta por la renta variable americana y por los sectores: tecnológico, relativizando por tanto la irrupción de las IA chinas, el consumo discrecional, energía, salud y defensa, tras el aumento de inversión militar con la llegada de Trump", sentencia Muñoz-Alonso.