Los inversores están confundidos. A la incertidumbre generada por la guerra en Ucrania, la tensión geopolítica entre China y EEUU por Taiwán, la persistente y elevada inflación y la amenaza de recesión en las economías desarrolladas, se ha sumado en el mes de marzo la crisis bancaria en Estados Unidos y Europa.
Esto ha provocado unos movimientos insólitos en algunos activos, como los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU. Por ejemplo, el bono a 2 años experimentó su mayor caída en un día desde 1987, en torno al desplome del Lunes Negro", explica Alexander Roll, estratega de Inversiones en Global X, firma especializada en fondos cotizados (ETF) que pertenece a la gestora surcoreana Mirae Asset Financial Group.
"Las recientes turbulencias están pesando mucho sobre la confianza de los inversores y presentan un desafío adicional para los principales bancos centrales a nivel mundial, que todavía están tratando de combatir la inflación persistente", argumenta este experto. "Sin embargo, están surgiendo puntos brillantes en el mercado para los inversores más exigentes", añade.
En este escenario, identifica "valoraciones atractivas en temas de crecimiento secular a largo plazo que pueden ofrecer a los inversores entradas de menor riesgo" y oportunidades para diversificar sus carteras.
Porque si bien los inversores buscan activamente un posicionamiento defensivo para protegerse de posibles caídas, los vientos de cola estructurales permanecen intactos, lo que puede brindar a los inversores oportunidades para "posicionarse a largo plazo, particularmente en temas como la ciberseguridad".
LA SEGURIDAD CIBERNÉTICA
Para este experto, la seguridad cibernética puede beneficiarse de los riesgos macroeconómicos y al mismo tiempo proporcionar una cobertura contra el riesgo geopolítico.
"Con las preocupaciones sobre las amenazas cibernéticas vinculadas a las tensiones en curso entre EEUU, China y Rusia, es probable que las empresas que se especializan en seguridad cibernética vean una mayor demanda", explica Alexander Roll.
Este escenario se ve reforzado por la Estrategia Nacional de Ciberseguridad anunciada recientemente por la Administración Biden, que respalda aún más las perspectivas de crecimiento de la industria, ya que impulsa a los fabricantes de software y a las empresas a asumir una mayor responsabilidad por la seguridad de sus sistemas.
El potencial de crecimiento se destaca aún más por la creciente prevalencia de los ataques cibernéticos que se originan en dispositivos móviles, con el 45% de las empresas experimentando una violación, intrusión o robo de datos en el último año, según un informe de Verizon, añade este estratega.
"Vemos el tema de la ciberseguridad como una cobertura eficaz contra los riesgos geopolíticos en curso. Las empresas dentro de este tema han demostrado un fuerte poder de fijación de precios y tienen buenas oportunidades de venta cruzada, lo que hace que la demanda de sus productos sea bastante inelástica a la inflación de precios", argumenta.
LOS METALES PRECIOSOS
Otra temática que destaca Alexander Roll para amortiguar el riesgo de mercado es aumentar la exposición a metales preciosos a través de las mineras de plata, que pueden actuar como una estrategia de diversificación debido a su baja correlación de rendimientos y reducen riesgo general de la cartera.
Así, indica también que hay una batalla global para poseer materiales disruptivos y cobre, en una tendencia secular a largo plazo.
"Un compromiso global continuo con las transiciones de energía más limpia y los incentivos para acelerar la capacidad de fabricación de tecnologías verdes hacen que los materiales disruptivos y las mineras de cobre sean un tema de inversión convincente", sentencia. "Los inversores pueden encontrar valor a largo plazo en empresas involucradas en la exploración, minería, producción y refinación de estos materiales", añade.
Porque independientemente de cómo evolucionen las inestabilidades geopolíticas y los desafíos actuales en el sector bancario, las tendencias estructurales de décadas que alimentan la demanda de soluciones disruptivas acelerarán la demanda de materiales disruptivos y metales preciosos.
