
"Un cambio de régimen". Eso es lo que está experimentando Europa en estos momentos, según Nicolas Wylenzek, estratega macroeconómico en Wellington Management.
En su opinión, esto tendrá efectos importantes en los mercados financieros y de renta variable europeos. "Europa adoptará un enfoque más interno e intervencionista, centrado en una serie de prioridades clave como la seguridad nacional y la digitalización. Aunque el equilibrio entre crecimiento e inflación será complicado, los tipos de interés serán estructuralmente más altos debido a la persistencia de la inflación y a una mayor disposición a respaldar las prioridades políticas mediante el gasto fiscal", argumenta este experto.
Desde la perspectiva de la renta variable, esto se traducirá "en una rotación de valores con exposición internacional hacia empresas más centradas en los mercados nacionales, con los países periféricos como ganadores relativos, y una transición de acciones de crecimiento (Growth) a acciones de valor (Value)".
LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL PIERDE ATRACTIVO
Según Wylenzek, el aumento de las tensiones geopolíticas, las guerras comerciales y la deslocalización son los mayores desafíos a los que se enfrenta la globalización. A medida que crecen las tensiones geopolíticas y las restricciones comerciales, es posible que la participación del comercio internacional en la economía mundial comience a disminuir.
En este contexto, las multinacionales europeas orientadas al exterior pierden atractivo como opciones de inversión. Por ello, este experto señala como primera idea de inversión que "los sectores con un enfoque interno y las compañías de baja capitalización tengan un mejor desempeño que los grandes exportadores. Asimismo, es probable que los mercados periféricos sigan superando a los de las economías centrales", sobre toco bajo un segundo mandato de Donald Trump.
INFLACIÓN Y TIPOS MÁS ALTOS
Por otro lado, Wylenzek espera que el freno de la globalización, la mayor intervención política, la continua expansión fiscal y el envejecimiento de la población mundial generen niveles de inflación estructuralmente más altos.
En su opinión, esto hará más complicado a los bancos centrales bajar los tipos de interés, y generará un contexto de intereses estructuralmente más altos.
Por ello, su segunda idea de inversión implica varias apuestas. En primer lugar, "las acciones Value tienden a ser menos sensibles a las subidas de tipos que las acciones Growth, ya que gran parte de sus flujos de caja se generan a corto plazo. Dado que la diferencia de valoración entre ambos segmentos sigue siendo extrema, veo un gran potencial en las empresas Value con modelos de negocio sostenibles y niveles de apalancamiento razonables. Los mercados europeos de renta variable están sobreponderados en valores Value", comenta.
En segundo lugar, Wylenzek afirma que "las empresas establecidas también podrían beneficiarse, ya que el aumento de los costes de financiación podría limitar el avance de los disruptores. Europa cuenta con pocos actores innovadores, pero con muchas empresas afectadas por ellos. Los tipos más bajos han permitido a los innovadores acceder a financiación barata y operar durante más tiempo sin necesidad de ser rentables. Sin embargo, el incremento en los costes de financiación podría hacer inviables muchos de sus modelos de negocio".
En tercer lugar, destaca que "los bancos fueron los grandes perjudicados de los tipos negativos, que comprimieron sus márgenes netos de intereses. No obstante, el panorama está cambiando. La valoración de los bancos europeos aún no refleja la mejora en la rentabilidad del sector, resultado de una menor dependencia del apalancamiento y de ratios de capital extremadamente sólidos".
CAMBIO DE ACTITUD FRENTE AL GASTO FISCAL
Además, este economista subraya el cambio de actitud frente al gasto fiscal, ya que "cada vez es más evidente la necesidad de un gasto fiscal más coordinado en una serie de áreas clave, como la transición energética, la defensa, la desindustrialización y la digitalización".
También señala que "los problemas en la cadena de suministro durante la pandemia, la crisis energética, la invasión rusa de Ucrania y el aumento de las tensiones geopolíticas han provocado un cambio en esta tendencia. La independencia energética, la capacidad de defensa, la resistencia de las cadenas de suministro y el acceso a recursos clave son ahora objetivos políticos importantes para las autoridades europeas y nacionales. Es previsible que estas nuevas prioridades se traduzcan en políticas más intervencionistas, con cambios importantes en las subvenciones y un marco regulador favorable en industrias clave".
Por ello, su tercera idea de inversión pasa por "las empresas del sector de defensa, los operadores de telecomunicaciones (en el contexto de la digitalización) y los operadores de redes eléctricas (la transición energética)", que "son posibles beneficiarios de esta tendencia. Es previsible que las empresas del sector de defensa sean las primeras beneficiadas, ante la urgencia de aumentar el gasto de la OTAN y los esfuerzos acelerados de la UE por fortalecer la industria europea de defensa".
IMPACTO DEL ENVEJECIMIENTO
En cuarto lugar, Wylenzek llama la atención sobre el impacto cada vez mayor del envejecimiento de la mano de obra. La población europea envejece a gran velocidad, lo que hace prever una disminución de la fuerza laboral en los próximos años. Esta situación explica la retención de empleo y el fuerte crecimiento de los salarios, incluso en un contexto macroeconómico débil", afirma.
"Una de las principales consecuencias del cambio demográfico es el aumento de la inversión en automatización, eficiencia y aprendizaje, lo que podría beneficiar a determinadas empresas de bienes de equipo y software", explica, como cuarta idea de inversión.
EXPOSICIÓN AL PRÓXIMO SUPERCICLO
En quinto lugar, este experto indica que, hasta ahora, Europa ha tenido muy poca exposición al actual superciclo tecnológico. Pero añade que "varias empresas europeas son líderes del mercado en áreas clave de la transición energética. Es probable que esta transición impulse lo que podría ser el próximo superciclo, respaldado por importantes estímulos fiscales y normativos".
En este contexto, "42 empresas europeas, que representan en torno al 15% de la capitalización de los mercados bursátiles europeos, son líderes en los ámbitos de la energía verde y la sostenibilidad. Sin embargo, no todas las compañías que operan en el amplio espacio de la transición energética están protegidas por barreras de entrada elevadas; por ejemplo, las empresas fabricantes de bombas de calor y paneles solares han demostrado ser vulnerables. Esta divergencia entre ganadores y perdedores debería ofrecer un abanico de oportunidades a los inversores activos", relata Wylenzek.
Por último, señala que su estrategia ideal sería adoptar una "estrategia de 'barbell' (equilibrada entre activos de bajo riesgo y otros más volátiles), centrada en los ciclos domésticos (empresas expuestas a los consumidores, la construcción y los bancos europeos) y la resiliencia de los beneficios, junto con una exposición selectiva a los probables ganadores del enfoque intervencionista de Europa en pos de la seguridad nacional".
"A largo plazo", concluye este experto, "también animaría a los inversores a que vigilaran de cerca a los posibles ganadores y perdedores del superciclo de la transición energética y otras tendencias clave, como la demografía, que están transformando el panorama inversor europeo".