¿Nuevas esperanzas para los inversores en renta fija? Hay dos razones que así lo indican

En UBS AM y en Schroders creen que es el momento ideal para invertir en bonos

renta-fija

El efectivo se ha convertido en una oportunidad de inversión con un gran atractivo y muchos particulares se están decantando por esta opción más conservadora frente a los bonos, a pesar de que éstos también ofrecen rendimientos elevados, pero suponen un mayor riesgo. Esta situación ha llevado a los inversores a preguntarse si merece la pena preocuparse por invertir en este tipo de activos. Algo que tanto en UBS AM como en Schroders tienen claro: la renta fija está en un momento idóneo para entrar a invertir.

"Muchos inversores se han visto atraídos por el atractivo de los altos tipos de interés de los depósitos en efectivo. Pero, lamentablemente, ésta es una visión a corto plazo de la inversión. Para los que tienen una perspectiva a más largo plazo, los bonos pueden asegurar rendimientos más altos durante más tiempo, sin necesidad de asumir mucho riesgo crediticio", explica Duncan Lamont, CFA, responsable de Investigación Estratégica de Schroders.

En este sentido, hay que tener presente que los bancos centrales de todo el mundo están a punto de concluir uno de los ciclos de endurecimiento monetario más agresivos de los que se tiene constancia, lo que supone un hito importante para los mercados de renta fija y constituye un punto de entrada idóneo para los inversores.

"Los mercados miran hacia el futuro y en el momento en que los bancos centrales bajen mucho los tipos, los rendimientos de los bonos probablemente también serán inferiores a los actuales. Un enfoque de 'esperar y ver' podría llevar a perder oportunidades", estiman en Schroders.

La economía mundial se está normalizando casi dos años después de las primeras subidas de tipos y las expectativas del mercado apuntan a que los tipos de interés oficiales están cerca de sus máximos. Y es este cambio de postura política el que da paso al siguiente episodio para la renta fija.

"El aumento de los tipos de interés en todo el mundo ha situado las TIR de los bonos en máximos de la última década. Unas TIR más elevadas proporcionan a los inversores cierto aislamiento frente al posible impacto negativo que podrían suponer nuevas subidas de tipos o la ampliación de los diferenciales de crédito. De hecho, en lo que va de año, el efecto sobre la rentabilidad de las nuevas subidas de las TIR de la deuda pública se ha visto compensado por los mayores niveles de income, que han constituido el principal motor de la rentabilidad", afirma Jaime Raga, sénior CRM de UBS AM Iberia.

Aunque la volatilidad de los tipos de interés sigue siendo elevada, es probable que la subida de las TIR continúe respaldando la rentabilidad de la renta fija, sobre todo porque parece que los bancos centrales mundiales se acercan al final del endurecimiento de sus políticas monetarias.

"Con un atractivo potencial alcista, una buena protección contra las caídas y un atractivo punto de entrada, los inversores en renta fija tienen ante sí una oportunidad de oro", insiste Raga.

Asimismo, desde UBS AM remarcan que en muchos mercados de renta fija, la inversión de la curva se traduce en que las TIR más atractivas se sitúan en su parte corta. Pero ahora que las subidas de tipos quedan cada vez más atrás, los inversores deberían mirar hacia el futuro y, por lo tanto, diversificar la exposición más allá de la curva, donde las posibles ganancias de capital son mayores en caso de bajada de las tasas.

"La historia nos indica que el periodo inmediatamente posterior a la conclusión de los ciclos alcistas puede ser lucrativo para los rendimientos de la renta fija. Una vez que los tipos de interés empiezan a bajar, la rentabilidad total de mantener un bono de mayor duración y fecha de vencimiento durante un periodo fijo es significativamente mayor que la rentabilidad total de reinvertir repetidamente en bonos de corta duración y fecha de vencimiento", subraya Raga.

DOS RAZONES PARA APOSTAR POR LOS BONOS

Además del hecho de que los bancos centrales estén cerca de poner fin a su ciclo de ajuste, ¿por qué merece la pena decantarse por los bonos? Los expertos de Schroders destacan dos razones fundamentales.

1. El corto plazo frente al largo plazo

Esta es la más importante para la gestora, que indica que, aunque ahora mismo se pueda conseguir un 5% por el efectivo, ¿qué se podrá conseguir dentro de un año? ¿O dentro de cinco años?

Por ello, señala que depositar el dinero en efectivo significa que está expuesto a lo que los bancos centrales hagan con los tipos de interés en el futuro, lo que a veces se describe como "riesgo de reinversión". En cambio, si se compra un bono y se mantiene hasta su vencimiento, se asegura ese tipo de interés a largo plazo.

"Los bonos ofrecen esa mayor seguridad de rentabilidad a largo plazo frente al efectivo. Se puede obtener un 6,3% en bonos corporativos de alta calidad con un vencimiento medio de diez años. Los inversores que no quieran inmovilizar su dinero durante tanto tiempo pueden obtener un 6,2% en bonos corporativos a más corto plazo, con un vencimiento medio de tres años. Los que estén dispuestos a asumir más riesgo pueden obtener más del 9% en deuda de alto rendimiento (vencimiento medio a cinco años) y deuda de mercados emergentes (vencimiento medio a 12 años). Todos estos valores son muy superiores a las estimaciones de dónde se establecerán los tipos de interés al contado con el paso del tiempo", enfatiza Lamont.

2. Riesgo de recesión

Otro de los motivos para decantarse por lo bonos está relacionado con el frente económico y la posibilidad de que se produzca una recesión.

"Tradicionalmente, cuando el efectivo ha bajado, los bonos han subido. Incluso si los bancos centrales no bajan los tipos, por ejemplo, si siguen preocupados por la inflación, las compras de activos refugio podrían hacer subir la rentabilidad de la deuda pública", dicen en Schroders.

No obstante, esta situación no está tan clara en el caso de los bonos corporativos. En este escenario, los inversores probablemente exigirán una prima mayor para prestar a las empresas, dada la incertidumbre económica. "Los rendimientos de la deuda corporativa no caerán tanto como los de la deuda pública e incluso podrían subir. Este riesgo es menor para el crédito de mayor calidad que para la deuda de alto rendimiento, que es más arriesgada", matiza Lamont.

"Mientras los bancos centrales se paran a reflexionar, la propuesta de valor de la renta fija parece convincente. Las TIR más altas de la última década ofrecen un atractivo punto de entrada para los inversores, mientras que la perspectiva de tipos más bajos implica que podrían producirse importantes ganancias de capital", concluye Raga.

Noticias Relacionadas
contador