Cinco claves para 2022: "Fuerte recuperación global y riesgos cambiantes"

De la difícil situación a la que se enfrentan los gobiernos, al exceso de ahorro o la desinflación

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La recuperación es el objetivo de las economías mundiales y las empresas. El golpe que supuso el coronavirus todavía colea en muchos sectores, que no han logrado igualar los niveles anteriores a la crisis. 2022 es el año marcado por todos para volver a la 'normalidad', aunque el peligro de que una nueva ola de Covid lo tumbe todo sigue presente. No hay más que ver la situación actual en Europa. Por ello, desde Oxford Economics han puesto la mirada en cinco claves que serán determinantes en los próximos 12 meses.

"La disminución de las perturbaciones e incertidumbres económicas derivadas de la pandemia y de los consiguientes cuellos de botella son un buen augurio para una recuperación todavía más sólida en 2022", dicen estos expertos. "Sin embargo, el año que viene se vivirá una nueva fase de la recuperación, impulsada por distintos cambios en las principales tendencias macroeconómicas", añaden. Así, destacan cinco elementos clave a tener en cuenta: la situación "difícil" de los distintos gobiernos, el exceso de ahorro de los hogares, la desinflación, la incertidumbre en torno a la política monetaria y la recuperación a dos velocidades.

LA "DIFÍCIL" SITUACIÓN PARA LOS GOBIERNOS

El endurecimiento de la política fiscal será el hilo conductor de las economías avanzadas a medida que se vayan retirando las medidas de apoyo de emergencia. "La consolidación fiscal nunca está exenta de dolor y la presión de 2022 puede ser más dura que la de los años de austeridad de hace una década", anticipan desde Oxford Economics.

Desde la entidad también opinan que el incremento de los impuestos se podrá hacer frente con lo ahorrado por parte de las familias gracias a las restricciones. "Aun así, será difícil recortar los déficits presupuestarios sin que se estanque la recuperación", sentencian.

Estos economistas han calculado que el endurecimiento fiscal será "especialmente grande" en EEUU, por valor de alrededor del 6% del PIB en 2022. En la eurozona, el ajuste será probablemente mucho menor, en su opinión, pero todavía "muy significativo", de alrededor del 1% del PIB "incluso si se tiene en cuenta el gasto del Fondo de Recuperación de la UE".

EL EXCESO DE AHORRO DE LOS HOGARES

La eliminación del gran exceso de ahorro acumulado por los hogares puede suavizar el golpe de una política fiscal más estricta, remarcan estos economistas. "Dado que estos ahorros no fueron planificados, los hogares pueden estar más dispuestos a gastar esta reserva que los incrementos normales de riqueza", explican. No obstante, muchos de los problemas de la pasada década reflejaron un exceso de ahorro global, lo que sugiere que la reducción del ahorro de los hogares podría ser fácilmente insuficiente, advierten.

Para Oxford Economics, los países dependen de dos "transiciones suaves" el próximo año: que los gobiernos pasen con éxito el testigo del crecimiento al sector privado y que los hogares más ricos asuman la carga del gasto. Con todo, incluso si el exceso de ahorro relacionado con la pandemia se deshace, el exceso de ahorro global - demasiado ahorro deseado y poca inversión deseada - perdurará. "De hecho, en China, la posibilidad de que se reduzca la inversión residencial y de que los consumidores se muestren cautelosos a corto plazo puede agravar el problema del exceso de ahorro a nivel mundial", explican.

VUELVE LA PREOCUPACIÓN POR LA DESINFLACIÓN

Sobre la subida de los precios, la tasa del IPC a nivel mundial llegará a superar el 5% a finales de año, según los cálculos que han realizado estos economistas. Poco después, y siempre según el modelo recogido en el informe de la entidad, caerá constantemente a menos del 3% dentro de un año, "un poco más débil que antes de la pandemia".

Esta caída se basa en el descenso de los precios del petróleo, gas y carbón; el desbloqueo gradual de las cadenas de suministro; una subida de los precios de los bienes más débil, a medida que los hogares redirijan su gasto hacia los servicios; y los pocos efectos de la 'segunda ronda' de inflación.

Para finales de 2022, estos analistas esperan que la inflación general y la no energética hayan convergido bruscamente hacia las tasas de 2019 y que algunos bancos centrales se enfrenten al tan conocido problema de la inflación por debajo del objetivo. "Es cierto que crecen las dudas sobre si los tradicionales disyuntores de la inflación seguirán funcionando y evitando los efectos de segunda ronda, pero hay varias razones para el optimismo", indican.

Así, explican que las presiones salariales pueden no ser tan elevadas como parecen, al tiempo que precisan que el aumento de los salarios "no desencadenará automáticamente una espiral". Además, el cambio de régimen no se produce "de la noche a la mañana". "Nuestras investigaciones anteriores han demostrado que cuando las economías pasan a un nuevo régimen de inflación, tiende a ser una respuesta gradual a una una serie de acontecimientos a lo largo de varios años", afirman desde Oxford.

"Por lo tanto, es poco probable que los acontecimientos relacionados con la pandemia reciente provoquen un cambio repentino y permanente en el proceso de generación de la inflación, incluso si debilitan los disyuntores de la inflación", concluyen al respecto.

UN CONTEXTO DE POLÍTICA MONETARIA "MUY INCIERTO"

Oxford Economics considera que la reticencia de la mayoría de los bancos centrales de las economías avanzadas a subir los tipos "está justificada" y afirma tajante que subir los tipos en este momento puede ser visto de la misma manera que las subidas "erróneas" del Banco Central Europeo (BCE) en 2008 y 2011.

"A finales del primer trimestre esperamos que la inflación general siga una trayectoria descendente, lo que debería contribuir a aliviar la presión sobre los bancos centrales para que endurezcan su política monetaria y darles más tiempo para evaluar si se están produciendo realmente cambios en el proceso de generación de inflación", anticipan. "Sin embargo, no nos sorprendería que las economías avanzadas que ya han subido los tipos de interés, o que están a punto de hacerlo, sean criticadas por cometer un error de política similar a las subidas del BCE en 2008 y 2011, que fueron rápidamente revertidas", apuntan.

UNA RECUPERACIÓN "SALUDABLE" PERO DESIGUAL

Si bien la recesión mundial de 2020 y la recuperación inicial tras ésta se han producido de manera muy sincronizada, el crecimiento del PIB del próximo año será más desigual, anticipan estos expertos. "La recuperación será desigual a nivel mundial debido a los diferentes impactos de la escala del impulso de la reapertura de las economías, unido a la normalización de los patrones de gasto, la interrupción de los suministros, las diferencias en el tamaño del ahorro de los hogares y las políticas económicas que implante cada país", explican.

Los estados que han implantado políticas de 'cero contagios' (Asia-Pacífico) crecerán más a medida que se vayan relajando las restricciones, según estos expertos, mientras que en Europa o EEUU este cambio se notará menos. "Las economías especializadas en la producción de automóviles pueden ser las más beneficiadas por la reducción de los cuellos de botella en la cadena de suministros. Las que dependen del turismo se beneficiarán de un reequilibrio del gasto de los consumidores y del aumento de los viajes al extranjero", sentencian.

Los mercados emergentes se verán más perjudicados por las subidas de los tipos de interés y la reducción en el precio de las materias primas. Asimismo, tendrán menos margen para impulsar el gasto de los consumidores a través del exceso de ahorro. Esto se traducirá en un crecimiento del PIB "decepcionante", tal y como concluye el informe.

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