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Baltimore Fire Dept

La caída del puente Francis Scott Key de Baltimore, tras chocar un barco contra uno de sus pilares y provocar su derrumbe, sigue copando la atención de los inversores. Y no solo por las muertes (hay varios desaparecidos a los que ya se da por muertos debido a las bajas temperaturas), sino también por el daño que puede provocar en la economía de EEUU y en la cadena de suministro la pérdida de este nudo esencial de las comunicaciones logísticas del país.

El desastre de Baltimore ha hecho temblar al mercado, que ya calibra el impacto que tendrá el cierre del puerto de la ciudad, con un peso económico muy relevante en el estado de Maryland y también en toda la Costa Este de Estados Unidos, tras derrumbarse este martes el puente, que era uno de los más largos del país.

"La colisión del buque portacontenedores Dali, registrado en Singapur, ha causado importantes perturbaciones y ha generado preocupación sobre su impacto en las cadenas de suministro y la inflación de los bienes", comenta Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management. Y es que el incidente ha provocado el cierre del puerto de Baltimore, que es un importante centro para las importaciones de automóviles y equipos agrícolas de Estados Unidos.

Y por si eso fuese poco, también se ha cerrado una carretera importante y el tráfico de contenedores se ha desviado a otros puertos de Estados Unidos. "Este incidente se suma a las perturbaciones comerciales existentes en el Mar Rojo y a los efectos de las sequías en el Canal de Panamá", resalta el analista, que apunta que a pesar de que "el punto de partida de las cadenas de suministro es relativamente sólido, la situación plantea un riesgo clave que hay que monitorear".

Desde Oxford Economics señalan, por su parte, que el colapso del puente Francis Scott Key "es otro recordatorio de la vulnerabilidad de Estados Unidos a los shocks de la cadena de suministro". Sin embargo, pese a lo delicado de la situación, los estrategas de la firma británica creen que este evento "tendrá mayores implicaciones económicas para la economía de Baltimore que a nivel nacional".

"No anticipamos que las perturbaciones en el comercio o el transporte sean visibles en el PIB estadounidense, y las implicaciones para la inflación son mínimas", aseveran. Aunque reconocen que "es probable que se produzcan algunas perturbaciones temporales en determinadas industrias, incluidos los fabricantes de automóviles", pero nada que justifique un cambio inmediato en sus pronósticos.

En última instancia, remarcan desde Oxford Economics, "la duración de las perturbaciones en el puerto de Baltimore, junto con la rapidez con la que se pueda desviar el comercio, determinarán los costes económicos". Aunque "la buena noticia es que los puertos de Virginia y Nueva York/Nueva Jersey procesaron notablemente más contenedores en 2022 que su promedio histórico", de forma que "es probable que haya cierta capacidad para desviar la ruta desde el puerto de Baltimore".

¿Y si la interrupción se prolonga más de lo deseable? Entonces, señalan estos expertos, eso "podría alargar los tiempos de entrega" más de lo previsto, "lo suficiente como para dejar una huella" importante en la cadena de suministro de EEUU, afirman. Sobre todo, teniendo en cuenta que Baltimore es el puerto más grande del país en lo que respecta al manejo de camiones ligeros, maquinaria de construcción, automóviles y yeso importado.

El comercio total que pasó el año pasado por este puerto ascendió a unos 80.000 millones de dólares, de forma que cada día que Baltimore está cerrado hay 217 millones de dólares que no cruzan sus muelles. Además, un cierre parcial del puerto podría provocar despidos temporales directos e indirectos.

"Para los automóviles, la buena noticia es que la situación de los inventarios no es tan grave como lo fue durante los peores problemas de la cadena de suministro relacionados con la pandemia", dicen desde Oxford Economics. Aunque compañías como Ford y General Motors ya han empezado a notar el golpe.

No han perdido el tiempo buscando otras rutas para repuestos y vehículos, pero si lo hicieran, las opciones pueden implicar un transporte más costoso y tiempos de envío más prolongados. Y es que el segundo puerto del país para transportistas de automóviles está en Brunswick, Georgia, a unas 700 millas al sur.

En cuanto a los costes del transporte, desde Oxford Economics estiman que casi con total seguridad aumentarán, ya que casi 4.000 camiones comerciales usan el puente de Baltimore, de media, cada día, según la Asociación Estadounidense de Camiones.

"Los desvíos aumentarán los tiempos de entrega y los costes de combustible", indican. Cabe recordar que hay grandes empresas con instalaciones de distribución cerca del puente, entre ellas Amazon, FedEx, Under Armour y también algunos fabricantes de automóviles. Aunque en la firma británica son optimistas respecto a la inflación: "No esperamos que el aumento de los costes y las interrupciones del transporte sea generalizado o lo suficientemente grande como para elevar los precios al consumidor tanto generales como básicos".

RECONSTRUCCIÓN

La preocupación en torno a este desastre es tal que el presidente de EEUU, Joe Biden, ha asegurado que el Gobierno pagará la reconstrucción del puente. Según ha dicho, se pondrán todos los recursos federales a disposición de la administración de Maryland para reparar los daños que ha sufrido el puerto de la capital estatal.

"Vamos a reconstruir este puerto lo antes posible, y lo vamos a hacer juntos", ha afirmado Biden, que ha anunciado que buscará el apoyo del Congreso para autorizar cuanto antes las reparaciones y para reestablecer el servicio habitual del puerto de Baltimore. Aunque la tarea será titánica.

Como dicen los analistas de Oxford Economics, "reparar o reemplazar el puente Francis Scott Key será una tarea enorme", y lo comparan con lo ocurrido en la ruta I-95 en el noreste de Filadelfia tras el incendio que provocó un importante colapso. En ese caso "no tuvo un efecto notable en la economía estadounidense, pero esa interrupción duró solo seis meses", recuerdan.

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