La Unión Europea aprueba intervenir de emergencia el mercado eléctrico

Da el visto bueno al impuesto a empresas de combustibles fósiles, entre otros

Álvaro Estévez
Bolsamania | 30 sep, 2022 12:55 - Actualizado: 13:20
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Banderas de la UE en la sede de la Comisión Europea en Bruselas.ALEXEY VITVITSKY / SPUTNIK / CONTACTOPHOTO

Era cuestión de tiempo y finalmente se ha llegado a un acuerdo. Los Estados miembros de la Unión Europea (UE) han dado el visto bueno al paquete de medidas de Bruselas para intervenir el mercado energético comunitario, con medidas como el impuesto "solidario" a las empresas de combustibles fósiles, el tope a los ingresos de tecnologías inframarginales y la reducción del consumo en horas punta.

La Comisión Europea (CE) cifra la recaudación que se conseguirá con estas medidas en más de 140.000 millones de euros, lo que servirá para aliviar a los hogares en un escenario de inflación récord. El texto, aprobado este viernes en un Consejo de Energía extraordinario, no registra cambios significativos respecto a la propuesta inicial del Ejecutivo comunitario.

Así, estipula un gravamen del 33% a los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles, como petroleras y gasistas, además de la limitación máxima a 180 euros por megavatio hora (MWh) para renovables y nucleares y la obligación de consumir un 10% menos de luz, la mitad (5%) en las ya mencionadas horas punta.

Cabe destacar que el paquete de medidas aprobado por los titulares de Energía de los Veintisiete da margen de actuación a los países con legislaciones que actúen en este frente y permitirá la aplicación de medidas que persigan los mismos objetivos que el paquete comunitario. Este es el caso de España, que podrá mantener el impuesto del 1,2% a los ingresos de las compañías energéticas, así como el mecanismo para topar el precio de las inframarginales en un 90% a partir de los 67 euros/MWh, que se complementarán con la llamada 'excepción ibérica'.

Estas medidas, señala Bruselas, deben tener una duración “limitada” y tienen que empezar a aplicarse, como tarde, el 1 de diciembre de 2022 y permanecer hasta el 31 de marzo de 2023. Asimismo, la Comisión se ha comprometido a revisar estas herramientas antes del 28 de febrero del próximo año.

Los ingresos recaudados por los nuevos gravámenes deberán ser destinados a aliviar las facturas de los consumidores expuestos a los elevados precios de la electricidad. Bruselas cree que la cifra que se pueda obtener de estos impuestos superará los 117.000 millones de euros, aunque “la cantidad exacta de ingresos por Estado dependerá de la cantidad de electricidad generada a partir de tecnologías inframarginales y del nivel de precios de la electricidad” durante el tiempo de aplicación de las medidas.

Antes de la reunión, el ministro de Energía checo, Josef Sikela, cuyo país ostenta la presidencia de turno del club comunitario, aseguró que el paquete representa un paso clave en la reacción de Europa ante la crisis energética. “No podemos parar aquí. Estamos en una guerra energética con Rusia. El invierno se acerca y debemos actuar ahora. Y ahora significa ahora”, sentenciaba Sikela.

Por su parte, la ministra francesa Agnès Pannier-Runacher aseguró que tendrían “que ser más rápidos, ir más allá y hacer otras propuestas” en el futuro.

EL GAS SIGUE GENERANDO DESENCUENTROS

Es el principal quebradero de cabeza de la Unión y el actor protagonista de la crisis energética. El gas natural sigue despertando diferencias de opiniones entre los Veintisiete, que no han llegado a un acuerdo para limitar los precios del gas. Según ‘Reuters’, al menos quince países, entre ellos Francia, Italia, España o Polonia, pidieron esta semana a Bruselas que implementara esta medida.

Asimismo, la agencia de noticias asegura haber tenido acceso a una nota remitida a la Comisión en la que estos países demandaban fijar un tope al gas “en un nivel lo suficientemente alto y flexible como para permitir a Europa atraer los recursos necesarios”. De acuerdo con esta información, los países cuestionaron la afirmación del Ejecutivo comunitario de que un límite amplio del precio del gas requeriría "recursos financieros significativos" para financiar las compras de gas de emergencia en caso de que los precios del mercado rompieran el límite de la UE. Los firmantes creen que, al limitar el precio del gas, se contendrá artificialmente la factura de la electricidad.

"Todas estas medidas temporales están muy bien, pero para encontrar la solución que ayude a nuestros ciudadanos en esta crisis energética, necesitamos poner un tope al precio del gas", afirmó el ministro de Economía croata, Davor Filipovic, a su llegada a la reunión. Por su parte, su homóloga belga, Tinne van der Straeten, apuntó que solo se necesitarían 2.000 millones de euros para financiar las compras de gas debido a que la mayoría de las importaciones comunitarias están sujetas a contratos de largo plazo o llegan por gasoducto sin que haya compradores alternativos.

Finalmente, esta idea no ha llegado a buen puerto. Según el portal ‘Euronews’, la Comisión considera que esta idea es “radical y arriesgada” y no ha presentado ninguna propuesta en este frente, alineándose claramente con el bloque liderado por Alemania, Austria y Países Bajos, las economías más dependientes del gas. ‘Reuters’ indica que este trío de países cree que la medida podría dejar a los países con dificultades para comprar gas si no pueden competir en los mercados internacionales.

Estamos decepcionados con la falta de propuestas de la Comisión. Es consciente de que se trata de un tema delicado y no ha conseguido encontrar el espacio en el que todos los países puedan responder positivamente a una propuesta”, criticó la ministra de Transición Ecológica de España, Teresa Ribera, a su llegada al Consejo de Energía. Asimismo, la ministra española recordó que no se debe dar el mismo trato a países como Noruega o Argelia igual que a Rusia.

"Tampoco es razonable mirar para otro lado cuando hay muchas operaciones que se están cerrando a precios que no tienen nada que ver ni con los costes de producción ni con los precios que se pagan al proveedor", añadió Ribera.

En un documento publicado en vísperas de la reunión, la Comisión explicó que un tope de precios para todas las importaciones de gas alteraría las fuerzas del mercado y exigiría la creación de una nueva "entidad" que garantice una distribución justa e ininterrumpida de los suministros entre los 27 Estados miembros.

"Decidir sobre los flujos de gas de forma administrativa no tiene precedentes en Europa y actualmente no hay nadie a nivel de la UE (...) que tenga esta experiencia y capacidad técnica para llevar a cabo esta tarea", reza dicho documento.

Bruselas, en cambio, sí contempla un tope a los precios del gas ruso, como anunció recientemente la comisaria de Energía Kadri Simson. "Los distintos Estados miembros esperan soluciones diferentes, pero la Comisión tiene que presentar una idea que cuente con un amplio apoyo general”, añadió Simson.

La propuesta se ha topado con el rechazo de los países de Europa Central y Oriental, especialmente de Hungría, ya que el régimen de Orbán ha sido de los más críticos con las sanciones impuestas por Europa al régimen de Vladimir Putin.

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