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Volvo lo reconoce: el coche eléctrico no es tan ecológico como crees

Hay muchas evidencias que apuntan a que el coche eléctrico no es esa solución maravillosa que nos han querido vender como arma ecológica para preservar el medio ambiente. Pero las sospechas se vuelven realidades cuando esto se admite desde una marca puntera como Volvo.

De entrada, todos estamos de acuerdo en que la contaminación del aire en las ciudades se reduce notablemente con el uso de coches eléctricos. Es lógico: no hay humo de los tubos de escape. Por desgracia, hay muchas otras cuestiones a considerar aparte de esa.

Un reciente estudio patrocinado por Volvo ha puesto sobre la mesa las luces y las sombras de esta tecnología. Y la conclusión es que no es oro todo lo que reluce.

En dicho estudio Volvo compara la huella de carbono del ciclo de vida completo de varios modelos XC40 (eléctrico, híbrido y de combustión). En la ecuación introduce el coste de las materias primas y los procesos de producción necesarios para fabricar cada vehículo, hacerlo funcionar durante 200.000 kilómetros y finalmente desecharlo.

Buscando el punto de equilibrio

La sorprendente conclusión es que la fabricación de un coche eléctrico genera un 70% más de emisiones que la fabricación de uno normal de combustión. ¿Cómo es esto posible? Buena parte de esta diferencia radica en los costes de fabricación y reciclado de las baterías.

Es cierto que en el día a día, el uso de un coche de gasolina genera la quema de combustible y aumenta su huella de CO2, lo cual no sucede con el coche eléctrico. Aun así, no compensa. Falta añadir además cómo se consigue la electricidad que se usa para recargar el coche eléctrico.

No hace tanto conocimos también un estudio similar realizado por Mazda. La marca japonesa decidió equipar a su Mazda MX-30 eléctrico con una batería más pequeña de lo normal. De ese modo conseguía reducir su coste y su peso, equilibrando de esta manera el saldo negativo del coche eléctrico.

 Las conclusiones parecen ser las siguientes: Durante su vida útil, un coche eléctrico no genera emisiones contaminantes. Sin embargo, su fabricación supone una huella ecológica todavía mayor que las de un coche de motor de combustión. La duda es saber dónde está el punto de equilibrio. Y en ese sentido es donde Volvo ha anunciado que va a trabajar.

Fotos – Volvo