Tesla: «Nunca antes una marca de coches había quemado su reputación tan rápido»
|Tesla atraviesa su momento más delicado en años, y no es por la competencia feroz de los fabricantes chinos ni por la ralentización de la demanda global de coches eléctricos. Esta vez, el problema tiene nombre y apellidos: Elon Musk. Así lo asegura el último informe de JPMorgan, que ha recortado drásticamente sus previsiones de ventas para el primer trimestre de 2025, anticipando una caída que podría oscilar entre el 8% y el 28% respecto al trimestre anterior.
La entidad bancaria apunta directamente al papel cada vez más controvertido de Musk en la política global. Convertido en una figura central dentro del nuevo Gobierno de Donald Trump, como director del denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el multimillonario ha pasado de ser un icono de la innovación y el progreso tecnológico a un personaje polarizador. «Nos cuesta pensar en algo parecido en la historia de la industria automotriz, que una marca haya perdido tanto valor tan rápidamente», explica Ryan Brinkman, analista de JPMorgan, en su nota a inversores.
Un boicot sin fronteras que golpea en los tres pilares de Tesla: EE. UU., Europa y China
Lo que más preocupa a los analistas es que el boicot contra Musk y, por extensión, contra Tesla, no tiene fronteras. El rechazo a su figura se extiende tanto en Estados Unidos como en Europa y China, los tres principales mercados de la compañía. Brinkman subraya que hasta ahora, los boicots a marcas extranjeras habían sido fenómenos geográficamente limitados, como ocurrió con la caída de ventas de las marcas japonesas en China tras las disputas territoriales por las islas Senkaku entre 2012 y 2017. Esta vez, la situación es distinta: la campaña de rechazo es global y no tiene visos de remitir.
En Estados Unidos, su implicación directa en el Ejecutivo de Trump ha erosionado su apoyo entre los consumidores progresistas, históricamente más proclives a la compra de coches eléctricos. En Europa, sus polémicas declaraciones en favor de Rusia en la guerra contra Ucrania, sus ataques a la OTAN y su respaldo a partidos de extrema derechahan terminado por alienar al que era su público más fiel. Un escenario impensable hace solo dos años, cuando Tesla lideraba las ventas de eléctricos en mercados como Alemania, Países Bajos o Noruega.
«Estamos viendo un cambio de paradigma», afirma un analista del sector consultado por este medio. «Tesla construyó su éxito sobre una base de compradores que no solo buscaban eficiencia y tecnología, sino también un compromiso con valores de sostenibilidad y progreso social. Ahora muchos de esos clientes están optando por otras marcas, como BYD o Volkswagen, que les ofrecen alternativas sin el bagaje político que hoy representa Tesla».
Caída libre en bolsa y previsiones sombrías para el futuro inmediato
El informe de JPMorgan no solo ajusta las previsiones de ventas. También rebaja el precio objetivo de las acciones de Tesla a 120 dólares, menos de la mitad de su cotización de apertura este jueves. Nada más abrir la sesión en Wall Street, Tesla cayó otro 5%, reanudando una tendencia bajista que comenzó en diciembre y que ya ha eliminado más del 50% de la capitalización bursátil de la compañía en solo tres meses.
Los inversores, que hasta hace poco veían en Musk a un visionario que adelantaba el futuro, ahora empiezan a valorar seriamente si su continuidad es sostenible. Algunos grandes fondos de inversión estarían presionando al consejo de administración para forzar su dimisión o, al menos, apartarlo del foco mediático. Pero por ahora, Musk parece decidido a redoblar su apuesta, convencido de que el tiempo le dará la razón.
El futuro de Tesla, ¿sin Musk?
Los analistas de JPMorgan lo resumen con claridad: la única solución viable parece ser la marcha de Elon Musk. Algo que, de momento, parece poco probable. Pero si la presión de los mercados se intensifica y las cifras de ventas siguen desplomándose, no se puede descartar un giro radical. «Es difícil imaginar una Tesla sin Musk», reconoce Brinkman. «Pero lo que hasta ahora era una ventaja competitiva, su fuerte personalidad, se ha convertido en una amenaza existencial para la marca».
Los próximos resultados trimestrales serán clave. Si las previsiones de JPMorgan se cumplen, Tesla no solo estará ante su peor trimestre en años, sino que podría enfrentarse a una crisis de confianza que ponga en entredicho todo el modelo de negocio que ha sostenido su meteórico ascenso en la última década.