Bolsamania

Audi, nuevo dueño de Alfa Romeo y Magneti Marelli

Después de muchos años en la cuerda floja, parece que para Alfa Romeo ha llegado la hora de tirar la toalla y la emblemática marca de coches italiana pasará a manos extranjeras. Faltan por cerrar algunos flecos en la negociación pero todo indica que el nuevo dueño será Audi.

En varias ocasiones hemos leído las declaraciones del CEO de Fiat, Sergio Marchionne, repitiendo una y otra vez que «Alfa Romeo no está en venta», pero parece que por detrás las negociaciones avanzaban. Seguro que no se trata de un plato de buen gusto para los italianos, ya que Alfa Romeo forma parte del grupo turinés desde el año 1987.

Magneti Marelli y la planta de Pomigliano, en el paquete

Naturalmente no han trascendido los detalles de la operación, aunque sí han llegado muchos rumores a la prensa italiana. Uno de los más consistentes es el que apunta a que en el paquete estaría incluida la planta de fabricación que la marca dispone en la localidad de Pomigliano d’Arco, cerca de Nápoles, un sitio histórico en la historia de Alfa.

También Audi estaría interesada en comprar la filial de Fiat Magneti Marelli, dedicada al desarrollo y la fabricación de sistemas, módulos y componentes para la industria de la automoción,estaría también en venta. La razón: Fiat necesita capital urgente para completar sus proyectos en Europa y de cara a su futura asociación con Chrysler.

Seguro que los flecos a los que nos referíamos tienen mucho que ver con lo que digan los poderosos sindicatos que tienen mucho peso en la industria automovilística del país. Sin ir más lejos, en Pomigliano d´Arco trabajan miles de operarios que no están dispuestos a perder sus trabajos o a aceptar drásticas reducciones de plantilla con el desembarco de Audi.

Por su parte, los alemanes tampoco quieren meterse en un avispero, temiendo que el negocio acabe reportando más problemas que beneficios. De momento, no hay nada oficial, pero seguro que antes del verano tenemos noticias de Alfa Romeo y sus nuevos dueños.

Fotos – La Stampa