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Amaxofobia, el miedo a conducir

Lo mismo que hay personas que sufren un miedo irracional a volar en avión, a muchas otras les sucede lo mismo a la hora de ponerse al volante de un automóvil. Es la amaxofobia, el miedo a conducir, un problema que sólo en España afecta, según los estudios, a más del 20% de la población.

No hay que confundir inseguridad con fobia: un conductor novato que se pone nervioso las primeras veces que conduce no es un amaxofóbico. Quien realmente padece este trastorno sufren verdaderos ataques de pánico cuando se atreven a conducir incluso por una carretera poco transitada: sudan, tiemblan, sienten angustia y palpitaciones y, en muchas ocasiones, se paralizan, incapaces de superar la prueba.

Cómo superar el miedo a conducir

El origen de la amaxofobia, que curiosamente se da más entre mujeres que entre hombres, puede estar en una experiencia traumática anterior, un accidente de tráfico o un recuerdo doloroso, por ejemplo.

Sin embargo, igual que sucede con la aerofobia, existen métodos y sistemas para superarla. Todas las terapias y soluciones se basan en tres fases: reconocer el problema, tratar el problema con técnicas de relajación y control, y finalmente volver de forma progresiva a sentarse en un coche, tomar el volante e intentar de nuevo conducir, poco a poco, a base de pequeños avances.

Puede parecer un problema menor, pero las personas que sufren amaxofobia experimentan sensaciones muy desagradables a la hora de hacer algo tan cotidiano y a primera vista sencillo como dar una vuelta con el coche. Además, a largo plazo existe el riesgo de desarrollar otros problemas psicológicos relacionados con la baja autoestima.

Fotos – psiconet.es