
La incertidumbre reina en los mercados en medio de la caótica política arancelaria de Donald Trump. Y es que los continuos cambios en las decisiones comerciales del presidente de EEUU están sumiendo a los inversores en tal grado de inquietud que han optado por reducir el riesgo de sus carteras. Ante este escenario tan convulso y agitado, en la gestora Fidelity ponen el foco en los dividendos.
"La atención reforzada a los dividendos como componente de la rentabilidad total puede brindar apoyo en este mercado caracterizado por una mayor incertidumbre", indica Neaaz Ahmed, especialista sénior en inversiones de la gestora.
En más, considera que un "enfoque riguroso" de los tres pilares fundamentales de la rentabilidad de las inversiones a largo plazo (dividendos, resistencia de los beneficios y disciplina de valoración) puede ser clave en un entorno en el que la volatilidad se ha convertido en una constante.
"Las empresas que históricamente han mantenido y aumentado sus dividendos a lo largo de los ciclos de mercado suelen mostrar una menor volatilidad y menores caídas durante las correcciones bursátiles", señalan desde la firma.
De hecho, subrayan que esta resistencia es un reflejo de la solidez financiera que se necesita para aumentar de forma constante los dividendos y de la estabilidad de los modelos de negocio subyacentes.
En este sentido, en Fidelity ponen como ejemplo el MSCI AC World Index Dividend Aristocrats, integrado únicamente por empresas que han aumentado sus dividendos cada año durante los últimos 10 años, y que ha generado mayores rentabilidades con menor volatilidad que el MSCI AC World Index durante la última década.
"Aunque los dividendos proporcionan un componente tangible y directo de la rentabilidad total, la sostenibilidad y el crecimiento de estos dividendos dependen en última instancia de la calidad y resistencia de los beneficios de una empresa", agrega Ahmed.
Por ello, cabe destacar que la trayectoria futura de los beneficios de una empresa es también el motor clave de las cotizaciones a largo plazo. "En entornos de mercado difíciles, la resistencia de los beneficios es crucial. Eso no significa simplemente tomar posiciones en sectores defensivos con un enfoque macro, sino identificar empresas con modelos de negocio resistentes en una amplia gama de sectores mediante un análisis fundamental detallado".
Así, enfatiza que tener en cartera empresas resistentes y diversificadas por sectores da lugar a una mayor persistencia de los beneficios en comparación con índices de mercado más amplios.
"LA DISCIPLINA DE VALORACIÓN APORTA PROTECCIÓN"
Con todo, es importante combinar el énfasis en negocios de alta calidad con la disciplina de valoración para evitar "pagar de más" por las empresas y tener más posibilidades de obtener rentabilidades atractivas a largo plazo.
"El mejor comportamiento relativo que han registrado este año las acciones europeas frente a las estadounidenses es un ejemplo de libro. Estos mercados han demostrado cómo los factores de estilo contrapuestos pueden dar lugar a perspectivas diferentes para los valores cíclicos y defensivos", explica Ahmed.
En EEUU, el cambio de dinámica ha determinado el movimiento del mercado. Los valores tecnológicos estadounidenses de gran capitalización se encuentran rezagados este año, después de haber dominado el mercado en 2023 y 2024 y entrar en 2025 con un elevado riesgo de valoración.
"Las perspectivas económicas de EEUU también se han deteriorado tras el fuerte repunte de los sectores cíclicos del mercado estadounidense después de las elecciones, dado que descontaron una visión optimista sobre los efectos de la nueva administración. Ante el deterioro de las expectativas, las acciones defensivas han superado a las cíclicas", dicen en Fidelity.
Por el contrario, en Europa, las acciones cíclicas han batido a las defensivas, ya que el optimismo en torno a las elecciones alemanas, los estímulos presupuestarios y el gasto en defensa ha impulsado las perspectivas.
"Las expectativas incorporadas a los precios de las acciones explican estos movimientos. A principios de año, las valoraciones estadounidenses presuponían un panorama casi perfecto, mientras que los niveles europeos implicaban pocas esperanzas de mejora. Eso significaba que incluso un ligero cambio en el sentimiento desde esos extremos tenía muchas posibilidades de generar movimientos sustanciales en el mercado", concluye Ahmed.