Cómo posicionarnos para la reunión de la Fed: atentos a un "evento clave"

Morgan Stanley anticipa un banco central "más agresivo" en sus previsiones sobre tipos

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El presidente de la Fed, Jerome PowellRESERVA FEDERAL DE EEUU - Archivo

"Esperamos que la próxima reunión de la Fed sea un evento clave que impulse al dólar, con unas previsiones sobre los tipos de interés más 'hawkish' (agresivas) debido a una recalibración de las previsiones para Estados Unidos".

Son algunas de las interesantes previsiones de los analistas de Morgan Stanley sobre el encuentro de política monetaria que celebra la Reserva Federal de Estados Unidos, y cuyas conclusiones se conocerán a partir de las ocho de la tarde, hora española.

Según el banco de inversión estadounidense, "los mercados están preparados para un aumento de la volatilidad tras la reunión. Por tanto, unas previsiones sobre los tipos más agresivas no deberían sorprender al mercado, al menos no de la misma forma que en junio, cuando poca gente las esperaba".

El encuentro del banco central más poderoso del mundo llega en un momento complicado, con una inflación elevada y un crecimiento en desaceleración. Algunos analistas ya comienzan a hablar abiertamente de un periodo de estanflación, que consiste en un escenario económico de inflación elevada y bajo crecimiento.

Y aunque este no es el escenario base ni del mercado ni de la Fed, la reunión llega también después de una corrección del 5% en Wall Street, provocada por la incertidumbre sobre el gigante inmobiliario Evergrande.

En este escenario, los analistas de La Française AM esperan que el organismo recorte su previsión de crecimiento para 2021 hasta el 6% desde el anterior 7%, y que eleve su estimación sobre la inflación PCE hasta el 4,2% desde el 3,4% para el presente ejercicio. Para 2022, esperan que se eleve ligeramente tanto el objetivo de crecimiento como el de inflación.

"Esperamos que el presidente de la Fed, Jerome Powell, mantenga un tono acomodaticio y reste importancia a las posibles señales del diagrama de puntos (que muestran las previsiones sobre los tipos). También disociará el inicio de la reducción de la compra de activos de las subidas de los tipos de interés", afirma François Rimeu, estratega senior de La Française AM.

Todo ello mientras otros expertos, como los de Natixis, cada vez tienen más dudas sobre la tesis de la inflación transitoria de la Reserva Federal, en la que se basa la actual política monetaria acomodaticia.

En opinión de Axel Botte, estratega global de Ostrum AM, filial del banco francés, la tesis de la Fed "se contradice cada vez más con los datos de las encuestas y las mediciones de precios. Las presiones inflacionistas tienen una base amplia y se deben, sobre todo, a las limitaciones de la oferta, más que a una mayor demanda, y a la reapertura. El crecimiento de los salarios se ha recuperado. Las expectativas de los precios de los hogares han subido a niveles que quizá ya no sean coherentes con el objetivo de estabilidad de precios de la Fed".

En este escenario, la mayoría de analistas anticipa que el organismo monetario esperará a su reunión de noviembre para anunciar formalmente el proceso conocido como 'tapering', que consistirá en reducir entre 10.000 y 15.000 millones de dólares mensuales su programa de compra de activos, que actualmente asciende a 120.000 millones de dólares al mes. Así, la primera subida de tipos no llegaría como mínimo hasta 2023.

Aunque el consenso espera que la Fed mande alguna señal bastante clara sobre el inicio del proceso. 'The Wall Street Journal' publicó hace unos días que los miembros del FOMC, el comité ejecutivo que decide la política monetaria, tiene como objetivo alcanzar un acuerdo para comenzar el 'tapering' en noviembre.

"Powell utilizará la reunión para anticipar que probablemente iniciarán el proceso en la reunión del 2 al 3 de noviembre", anticipó el rotativo. Por tanto, es de esperar una clara señala en este sentido, después de que el presidente de la entidad comentara en Jackson Hole que deseaban iniciar el proceso "antes de fin de año".

Así las cosas, el banquero central deberá una vez más 'nadar y guardar la ropa'. Es decir, preparar al mercado para una retirada de los estímulos monetarios, pero sin asustar a los inversores sobre la inflación ni los riesgos que acechan a la Fed en un escenario económico todavía muy incierto.

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