Pimco, muy pesimista con Alemania: "Sube la posibilidad de recesión más prolongada"

En un mundo cada vez más proteccionista, la economía alemana está sufriendo claramente

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Angela Merkel, canciller de AlemaniaJakub Dospiva/CTK/dpa

Parece muy probable que Alemania experimente una recesión técnica en 2019, con un ligero descenso del PIB anualizado del -0,3% en el segundo trimestre, seguido de una caída más profunda posteriormente. "Y aumentan las posibilidades de que la recesión sea más prolongada, dada la profunda caída de la fabricación mundial y la consiguiente caída precipitada de los datos industriales alemanes".

Es la opinión de Nicola Mai, gestor de carteras en Pimco, uno de los mayores inversores mundiales en el mercado de bonos. En los últimos 15 años, Alemania ha pasado de ser el 'hombre enfermo de Europa' a ser el motor de crecimiento más importante de la región.

Y aunque el rendimiento superior alemán ha sido notable en los últimos años, los acontecimientos recientes desafían esta tendencia. "En un mundo cada vez más proteccionista, plagado de crecientes tensiones comerciales, la economía alemana está sufriendo claramente", añade este experto.

El conocido índice de confianza empresarial alemán IFO ha registrado una fuerte tendencia a la baja, con el componente de expectativas, altamente correlacionado con el Producto Interior Bruto (PIB), en el nivel más bajo de la última década. La caída en el IFO se ha producido junto a una bajada en el PMI manufacturero. "Combinadas, las encuestas PMI e IFO apuntan a un crecimiento trimestral negativo del orden del -1,5% anualizado a final del tercer trimestre", explica Nicola Mai.

El Bundesbank, el banco central alemán, no piensa lo mismo. Según su valoración, la ligera contracción del segundo trimestre no evidencia un deterioro significativo y generalizado de la economía. "Una recesión que implique una caída clara, amplia y sostenida en la economía aún no ha sido evidente", ha señalado el organismo.

Pero para Pimco, la economía alemana afronta varios desafíos:

1. Guerras comerciales globales: con exportaciones que representan alrededor de la mitad de la economía, las tensiones comerciales globales están teniendo un impacto descomunal en Alemania. Algún alivio en las tensiones entre Estados Unidos y China debería ayudar a las perspectivas, pero el fondo no espera una resolución completa del conflicto en el corto plazo. Esto significa que cualquier mejora podría ser solo gradual.

2. Contagio a los servicios: si bien el sector servicios alemán se ha mantenido mejor que el manufacturero, hay indicios de que la debilidad industrial se está extendiendo cada vez más al resto de la economía (como lo indica la reciente caída de 3,4 puntos en el PMI servicios alemán al 51,4). El sector bancario podría verse afectado aún más en este contexto, a la luz de la rentabilidad ya débil y la necesidad de varios bancos de reestructurar sus modelos de negocio.

3. Problemas estructurales: la venta de automóviles puede ser más difícil en el futuro a medida que las generaciones más sensibles al cambio climático renuncien a tener un automóvil u opten por vehículos eléctricos, donde otros países están actualmente a la vanguardia en términos de tecnología. Además, a medida que las economías occidentales se vuelven menos intensivas en capital y más dependientes de la tecnología, la demanda de maquinaria industrial puede verse afectada. Europa ha visto una escasez de salidas a bolsa en los últimos años.

4. Los vecinos europeos no serán de mucha ayuda: los vecinos de Alemania son apenas motores importantes de crecimiento. Italia experimenta importantes contratiempos de crecimiento estructural, Francia necesita recuperar las pérdidas de competitividad que se han construido desde el inicio de la eurozona, y España mejora pero no es lo suficientemente grande como para levantar la región. En este contexto, el PMI compuesto de la eurozona en septiembre cayó 1,8 puntos, hasta 50,1, un nivel consistente con el PIB estancado.

PERSPECTIVAS FUTURAS

Para 2020, Pimco es algo más positivo. "Nuestro caso base para Alemania durante el próximo año es una mejora gradual, debido a la posible disminución de las tensiones comerciales y a los efectos de los estímulos monetarios del BCE. Pero es probable que la reaceleración sea lenta", afirma Nicola Mai. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de embarcarse en un nuevo programa de flexibilización, pero los datos sugieren que es posible que esto deba reforzarse dado el creciente riesgo a la baja y la continua disminución de las expectativas de inflación.

Con las tasas negativas establecidas y las compras de activos que ya se han llevado a cabo durante algún tiempo, la política monetaria parece estar casi fuera de control. "La economía en dificultades de Alemania bien podría funcionar con algún estímulo fiscal, especialmente porque el país puede permitírselo (con un superávit presupuestario de alrededor del 1,5% del PIB). Pero comentarios recientes de funcionarios alemanes han enfriado esta perspectiva, lo que confirma nuestra expectativa de que es poco probable que ocurra un cambio de régimen fiscal en Alemania pronto", concluye este analista.

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