Las transferencias de dinero desde una sociedad a familiares del socio pueden tener consecuencias fiscales importantes. Si estos movimientos no están justificados, Hacienda los considera una liberalidad, lo que puede generar sanciones y una mayor carga tributaria en el IRPF del socio.
Es importante entender las formas correctas de realizar estas transferencias y las alternativas disponibles para minimizar los riesgos fiscales.
¿Qué significa que una salida de fondos sea una liberalidad?
Una liberalidad es un gasto que no tiene justificación económica ni reciprocidad en las prestaciones. En términos fiscales, si un socio extrae dinero de su empresa y lo entrega a familiares sin un motivo que lo respalde (como un salario, préstamo o contraprestación por servicios), se califica como una transferencia sin causa justificada.
Esto implica que no puede deducirse en el Impuesto sobre Sociedades y, además, se imputa al IRPF del socio.
La Audiencia Nacional ha ratificado esta interpretación en varias sentencias. Un caso reciente confirmó una sanción de la Agencia Tributaria por imputar como renta personal del socio una salida de fondos no justificada de 691.884,26 euros a favor de su entorno familiar. Este importe fue considerado una liberalidad y, por lo tanto, tributó en su IRPF como ganancia no justificada.
Cómo afecta al IRPF del socio
Cuando se detectan estas transferencias, Hacienda las reinterpreta como una renta del socio, lo que implica que:
- Se incluyen en su IRPF como ingreso. No importa que el dinero haya ido directamente a un familiar, ya que se asume que el socio es el beneficiario efectivo.
- Tributan a la escala del IRPF. En lugar de ser un gasto deducible para la sociedad, se consideran una renta personal del socio, aumentando su base imponible y, por ende, su tributación.
- Pueden generar sanciones. La Agencia Tributaria puede imponer sanciones si considera que hubo intencionalidad en ocultar la renta.
Diferencia con una apropiación indebida
Es importante diferenciar entre una liberalidad y una apropiación indebida. La primera ocurre cuando el dinero sale de la empresa sin justificación, pero sin que exista una denuncia penal de por medio. La apropiación indebida, en cambio, ocurre cuando se demuestra judicialmente que el socio ha extraído fondos sin consentimiento de los demás socios o administradores.
En el caso analizado por la Audiencia Nacional, la diferencia quedó clara en la sentencia. De un total de 933.584,26 euros extraídos de la sociedad, solo 241.700 euros fueron considerados apropiación indebida en la sentencia civil. El resto (691.884,26 euros) fue calificado como liberalidad y, por lo tanto, imputado al IRPF del socio.
Base legal: artículo 13 de la Ley General Tributaria
El artículo 13 de la Ley General Tributaria respalda la calificación de estas transferencias como liberalidades. Este artículo permite a la Administración tributaria analizar la naturaleza jurídica de una operación para determinar su tributación correcta. Si no hay una contraprestación económica que justifique la salida de fondos, se presume que hay una liberalidad y, por lo tanto, se le da el tratamiento fiscal correspondiente.

Cómo evitar problemas fiscales
Para evitar que una salida de fondos de la sociedad hacia familiares genere problemas con Hacienda, es fundamental:
- Justificar la operación. Si se trata de un préstamo, debe formalizarse correctamente con contrato y condiciones claras.
- Evitar transferencias sin respaldo documental. Todo movimiento de dinero debe tener una causa justificada, como un pago de nómina o una contraprestación por servicios.
- Tener una correcta contabilidad. Las cuentas de la empresa deben reflejar de manera transparente el destino de los fondos y su finalidad.
- Consultar con un experto. Un asesor fiscal puede ayudar a estructurar las operaciones de manera que sean fiscalmente seguras.
Las salidas de dinero de una sociedad hacia familiares del socio no son inocuas desde el punto de vista fiscal. Si no están justificadas, pueden ser consideradas liberalidades y generar una tributación inesperada en el IRPF, además de sanciones.
La clave para evitar problemas fiscales está en mantener una contabilidad clara y asegurarse de que cada movimiento de fondos esté debidamente respaldado con la documentación correspondiente.
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