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El entorno del mercado atraviesa una época difícil. El aumento de la tensión en Oriente Medio, unido a las perspectivas de que los bancos centrales lleven a cabo menos recortes de tipos de los previstos inicialmente ha enfriado el ánimo de los inversores. Todo ello ha llevado a las acciones a entrar en modo de consolidación. Y aunque el fondo sigue siendo positivo, ¿cómo posicionar las carteras en medio de tanta incertidumbre?

"Dada la oportunidad derivada de la debilidad temporal de los mercados financieros, hemos aumentado la renta variable y reducido los bonos con grado de inversión. En conjunto, la renta variable sigue ligeramente 'sobreponderada' y la renta fija ligeramente 'infraponderada' en nuestras carteras", afirma Claudio Wewel, estratega de renta fija de J. Safra Sarasin Sustainable AM.

La renta variable ha registrado un buen comportamiento en lo que va de año, dado que los mercados prácticamente han descartado el riesgo de recesión. Sin embargo, la persistencia de la inflación y la escalada de las tensiones geopolíticas han provocado una corrección moderada en abril.

Además, hasta el momento, los beneficios de las compañías estadounidenses se han mostrado sólidos en la actual temporada de presentación de informes de resultados. "Pero esta situación aún podría cambiar, ya que faltan aproximadamente la mitad de los informes de resultados", matiza el experto.

Es más, de cara al futuro cree que la fortaleza cíclica debería respaldar a la renta variable, pero las valoraciones actuales del mercado (medidas por la ratio precio-beneficio) ya reflejan unas expectativas de beneficios positivas y hacen que el mercado sea algo vulnerable a las decepciones.

"La renta variable europea y británica parece bien posicionada para beneficiarse de un repunte del ciclo manufacturero mundial. Del mismo modo, es probable que la renta variable europea se beneficie de su ventaja en el sector manufacturero, mientras que parece que la renta variable japonesa ya no se beneficia de la debilidad del yen", subraya Wewel.

Con todo, los últimos datos macroeconómicos apuntan a una ampliación de la tendencia alcista de la renta variable.

"De ahí que nuestro posicionamiento siga siendo 'neutral' en cuanto a regiones y sectores. Seguimos prefiriendo los mercados desarrollados a los emergentes y hacemos hincapié en la calidad de las compañías en las que invertimos", añaden en la gestora.

¿QUÉ HACER CON LOS BONOS?

Durante el mes de abril, los bonos también tendieron algo a la baja, ya que los mercados reevaluaron la trayectoria de recortes de tipos de la Reserva Federal (Fed), lo que provocó un aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro a más largo plazo.

Los últimos datos de inflación en EEUU han puesto en tela de juicio los continuos avances en la desinflación, lo que dificultará la capacidad de la Fed para empezar a flexibilizar su política monteria.

"La reevaluación de las expectativas sobre los tipos de interés también ha afectado al tramo más largo de la curva de tipos de interés, con un aumento del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años hasta cerca del 4,6%, el nivel más alto de los últimos seis meses. Dado que los mercados esperan actualmente que la Fed realice entre uno y dos recortes de tipos, es probable que el tipo de interés oficial se mantenga en territorio restrictivo hasta 2025", valora el analista.

Al igual que la Reserva Federal, es probable que el Banco de Inglaterra no empiece a recortar los tipos antes del tercer trimestre, mientras que los mercados son algo más optimistas sobre la trayectoria de bajadas del Banco Central Europeo (BCE) y se apuesta porque la primera llegue tan pronto como el próximo mes de junio.

"A corto plazo, creemos que el riesgo se inclina hacia unos rendimientos algo más bajos en el extremo más corto de la curva. Los diferenciales de crédito se mantienen muy por debajo de sus medias históricas. Es probable que se produzca una cierta ampliación de los diferenciales, pero el bajo riesgo de recesión sugiere que el aumento debería ser limitado", comentan en la firma.

Por todo ello, en bonos "seguimos prefiriendo los vencimientos a medio plazo. El aumento de los diferenciales de tipos de interés entre las distintas divisas de la cartera hace que pongamos más énfasis en los mercados de bonos nacionales. La mayor parte de nuestra asignación a inversiones alternativas sigue siendo en bonos de catástrofes, que siguen ofreciendo rendimientos atractivos", concluye Wewel.

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