13 Reasons Why

13 Reasons Why: ¿Es realmente necesaria una tercera temporada?

Recién anunciada, la tercera temporada de 13 Reasons Why ya está dando mucho que hablar. En una entrada anterior ya os hemos hablado de como el CEO de Netflix, Reed Hastings, ha apoyado la decisión de su servicio de renovar la serie tras las primeras críticas por parte de asociaciones de padres, pero más allá de eso, la trama de la serie no parece dar para mucho más, (si nos basamos en su origen) de modo que es normal que más de uno se pregunte si realmente necesitamos una próxima tercera temporada del drama adolescente.

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Basada en la novela de Jay Asher de 2007, la primera temporada del drama ofreció una descripción inquebrantable de la experiencia de la escuela secundaria, abordando valientemente cuestiones importantes como la intimidación, la depresión y el consentimiento. Su segunda temporada también intentó enfrentar temas difíciles, pero con su misterio centrado en unas fotos Polaroid, y un personaje de capucha negra amenazando a la ciudad, parecía más una serie de misterio (al estilo Riverdale o Pretty Little Liars) que un auténtico drama sobre los problemas que afrotan a diario los adolescentes).

A partir de esa novela, la primera temporada ya explicaba precisamente el porqué de 13 Reasons Why. Esas 13 razones por las que Hannah Baker decidió quitarse la vida, quedaron explicadas en las cintas que dejó la joven antes de suicidarse de modo que ¿para qué hacer esta segunda temporada? y sobre todo ¿para qué hacer además una tercera?.

Vale, el showrunner Brian Yorkey logró que la segunda temporada quedara justificada con el juicio por la muerte de Hannah, pero esa historia también se ha completado y sabiendo que Katherine Langford (Hanna) no va a estar (evidentemente) en la nueva temporada, se hace complicado entender porque la serie ha sido renovada, al margen de saber perfectamente que seguirá adelante porque tiene audiencia y porque además da mucho que hablar (es importante que hablen de uno, bien o mal, pero que hablen).

Tampoco es que tengamos que poner el grito en el cielo porque Netflix haya querido continuar una serie de éxito (hay tantas series que siguen renovando cuando ya no dan más de sí hace tiempo) pero tal vez, el servicio streaming ha perdido una oportunidad de oro de haber logrado una serie de culto adolescente en estos tiempos que corren. De haber hecho la primera temporada de 13 Reasons Why, quizás dividida en dos partes, habrían logrado un drama juvenil de calidad, digno de ser utilizado con el tiempo como muestra  a los adolescentes para que vean de qué modo pueden afectar los comentarios y los actos que se comenten en la secundaria. Un drama que pese a algunos fallos en la trama podría haberse quedado para un recuerdo sobre algo a lo que acudir cuando se quisiera aleccionar a un joven.

En lugar de eso, 13 Reasons Why ha comenzado a extender su propio legado de manera innecesaria y si bien la segunda temporada es realmente ridícula en muchos sentidos, esta tercera deberá comenzar de cero para justificar el que sea posible.

Por otro lado, la serie tiene grandes interpretaciones ya que junto a Langford es digno de mención, el retrato adolescente que hacen de sus personajes  Dylan Minnette (Clay), Alisha Boe (Jessica), Miles Heizer (Alex) así como la desgraciada madre Kate Walsh (Olivia), y quizás por ello se salva y sigue adelante, pero ¿no sería mejor dejar la ficción en lo más alto y que todos estos actores prosigan con sus carreras en nuevos proyectos?.

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