La escalada del níquel por la guerra de Ucrania revienta la industria de las baterías

La LME ha tenido que poner límites a los precios de este metal debido a su volatilidad

Álvaro Estévez
Bolsamania | 21 mar, 2022 06:00 - Actualizado: 20:30
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Punto de carga de un coche eléctrico.PEUGEOT - Archivo

La invasión de Rusia en Ucrania sigue dejando su huella en los mercados, especialmente en los de materias primas. Uno de los mayores afectados por este contexto ha sido el níquel, cuya cotización escaló hasta un 111%, llegándose a negociar incluso por encima de los 100.000 dólares la tonelada. ¿El motivo? Rusia es uno de los principales exportadores mundiales, con MMC Norilsk Nickel como punta de lanza de la producción de este metal.

La escalada “sin precedentes” de precios obligó a la LME (London Metal Exchange) a suspender temporalmente la negociación de los contratos sobre este metal usado para fabricar desde acero inoxidable hasta baterías de coches eléctricos. Para evitar otro episodio similar, la LME ha decidido aplicar límites a los precios, en torno a los 45.000 dólares; un precio, sin embargo, que dobla al de hace un mes ($23.600).

“En esta subida influyó mucho el fortalecimiento de los fundamentos, ya que la demanda de los fabricantes de vehículos eléctricos ha aumentado rápidamente. Los inventarios han disminuido, mientras que las primas, un indicador de la escasez en el mercado físico, han aumentado. Además, hay preocupación de que el mercado pueda perder el acceso a las unidades de níquel de Norilsk, que representan el 9% del suministro mundial”, señala Michael Widmer, analista de Bank of America (BofA), a la vez que indica que “ni Norilsk ni el níquel se han visto directamente afectados por las sanciones, pero persiste la preocupación por la logística y los pagos”.

Este experto señala que la LME no solo está anunciando límites a los precios, sino también “compensando las posiciones cortas con las largas”. “Estamos analizando los distintos escenarios, como la entrega de metal físico. Esta puede ser la solución más 'limpia', pero la gran pregunta es de dónde sacarían las toneladas de metal los titulares de posiciones cortas, dado que están produciendo níquel de clase 2, no refinado, que no es aceptado por el LME, y siendo el mercado de níquel refinado ya de por sí escaso”.

LA INDUSTRIA DE LAS BATERÍAS, MUY AFECTADA

Si bien el del níquel ha sido un caso llamativo, no ha sido el único metal que se ha visto afectado por el rápido aumento de la inflación. Rusia es un importante proveedor, sobre todo de paladio, fundamental para la fabricación de baterías destinadas a vehículos eléctricos, así como de metales del grupo del platino, el aluminio, acero o cobre. Por su parte, Ucrania, es un importante productor de titanio y mineral de hierro, y además alberga algunas de las mayores reservas de uranio, titanio y manganeso de Europa.

Según Natixis, Rusia produce el 42,8% del paladio mundial, el 14,2% del platino, el 8,4% del níquel, el 6% del aluminio y el 4% del cobre. "Pese a que Rusia sólo produce el 4% del cobre, prohibir sus exportaciones puede provocar una gran subida de los precios debido a las tensiones sobre el suministro". Por ello, indican que un movimiento ruso puede suponer “un gran problema para los fabricantes europeos de automóviles”.

Volvamos, sin embargo, al caso concreto del níquel. De acuerdo a un informe de Nomura Holdings, en la fabricación de vehículos eléctricos, además de baterías LFP (fosfato de hierro y litio), en los últimos años se ha consolidado una tendencia de utilizar níquel en vez de cobalto en los materiales de los electrodos positivos de las baterías de iones de litio. La razón es la mayor densidad energética de las baterías NMC (óxido de litio, níquel, manganeso y cobalto) y NCA (óxido de litio, níquel, cobalto y aluminio).

Así, la firma japonesa señala que entre el 20 de diciembre de 2019 y el 10 de marzo de 2022 han aumentado su precio “en unos 39 dólares por kWh (aproximadamente 2,6 veces) para las baterías NMC 811 y en unos 36 dólares para las NMC 622 (alrededor de 2,4 veces)”.

Por ello, Nomura apunta que el aumento de los precios de las baterías de níquel “hará subir los precios de los vehículos eléctricos con estas baterías, lo que reducirá el volumen de ventas”. Además, esperan el aumento de “las ventas de vehículos eléctricos con baterías LFP (fosfato de litio y hierro) por sus ventajas en cuanto a costes” y apuntan que “los vehículos eléctricos LFP ya representan alrededor de la mitad del volumen de ventas de vehículos eléctricos en China”.

Con todo, la agencia nipona subrayan que las baterías “de iones de litio para teléfonos inteligentes y aplicaciones similares utilizan electrodos positivos de óxido de cobalto de litio (LCO) y, por tanto, no se ven afectadas por los altos precios del níquel”.

BENEFICIO PARA LA MINERÍA: EL REPUNTE SE EXTIENDE A 2023

En este contexto, parece que el gran beneficiado del aumento del coste de los metales será el sector minero. Según Scope Ratings, los precios al alza y los fuertes flujos de caja “aumentan el margen de maniobra en lo que respecta a los objetivos de política financiera de las empresas, refuerzan la liquidez y mejoran las perspectivas de crecimiento”, todo ello mientras “el gasto de capital sigue siendo relativamente moderado”.

“Las inversiones totales de Anglo American, BHP, Glencore y Rio Tinto, las cuatro grandes empresas mineras mundiales, aumentaron sólo un 5% en 2021 con respecto al año anterior”, señala la firma, que cree que “han demostrado su confianza anunciando una distribución de beneficios aún mayor para el primer semestre de 2022 (56% de la distribución total de 2021)”.

“Aunque todavía no se han impuesto sanciones a las exportaciones rusas de metales, tanto las operaciones mineras en Rusia como el transporte de metales se verán dificultados por la posibilidad de que las navieras, las compañías de seguros y los puertos suspendan operaciones con sus homólogos rusos”, explica Tommy Träsk, director de calificaciones corporativas de Scope, y puntualiza que esto no sólo afectará a los precios del mercado, “sino que los productores que hasta ahora han dependido de las materias primas de Rusia y Ucrania, podrían tener que buscar fuentes de suministro alternativas con un coste más elevado”.

Desde la calificadora europea subrayan que los precios de los futuros de los metales básicos se encuentran, en general, en retroceso, “lo que sugiere que se espera una respuesta por parte de la oferta que acabe dando lugar a un mercado más equilibrado”.

“Dicho esto, los precios de los futuros para 2022 y 2023 se mantienen en niveles muy altos en comparación con los estándares históricos”, añade Träsk, por lo que “dado que los suministros mineros adicionales tardan en entrar en funcionamiento, es probable que el repunte de los precios continúe en 2023, e incluso más tiempo para los metales básicos que se benefician de la transición energética”, como es el caso del níquel.

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