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La renta variable estadounidense vive un 2024 de subidas, y la gran cuestión ahora para analistas e inversores es el recorrido que todavía pueda tener esta tendencia. En este sentido, en Bank of America (BofA) no observan signos de debilidad en Wall Street, y consideran que "este mercado alcista tiene piernas" para mantener su recorrido.

Savita Subramanian, estratega de acciones de BofA, recuerda que "los mercados alcistas terminan con euforia", una característica que por el momento no se cumple, ya que, según su criterio, "hoy la euforia se ha limitado a temas" concretos, como la inteligencia artificial (IA), que se ha convertido en uno de los principales catalizadores de los mercados financieros en todo el mundo,

"El sentimiento sobre las acciones se ha calentado desde mediados de 2023, lo que ha impulsado nuestro nivel ligeramente más bajo de convicción de un mercado alcista, pero no está ni cerca de los niveles alcistas de los picos anteriores del mercado. En nuestra opinión, este mercado alcista tiene piernas", destaca.

Mientras, continúa, "el mensaje neto de los marcos de sentimiento de los inversores es neutral sobre las acciones", aunque BofA ha decidido recientemente elevar a 5.400 puntos su pronóstico para el S&P 500 este año, por encima de su anterior previsión de 5.000 puntos.

"Revisamos nuestro objetivo de fin de año para el S&P 500 de 5.000 a 5.400 y hemos tenido una semana completa de comentarios y reacciones negativas. Hemos oído que el sentimiento es ahora 'totalmente alcista', que el mercado cotiza en territorio similar a una burbuja y que es hora de que algo más rompa con la agresiva política monetaria de la Reserva Federal", agrega.

¿ES POSIBLE UNA BURBUJA?

La presencia de una posible burbuja es una de las principales preocupaciones sobre el futuro de la renta variable estadounidense. Sobre esta cuestión, Subramanian recuerda que "las condiciones anteriores de la burbuja del mercado incluyen una brecha entre el precio y el valor intrínseco, la democratización de la clase de activos y la especulación desenfrenada, a menudo amplificada por el uso del apalancamiento".

Según el criterio de la analista, estas condiciones no se están cumpliendo en el contexto actual, por lo que descarta que las acciones se vean envueltas en una burbuja y apuesta por la salud del mercado alcista imperante.

"Vivienda en 2007, tecnología en 2000 y tulipanes en 1637 son ejemplos que cumplen estos requisitos. Pero el S&P 500 actual no lo hace: la propiedad pasiva/indexada (la mayor parte de la cual es un sustituto del S&P 500) representa poco más de la mitad de la flotación de acciones estadounidenses, pero las acciones pasivas japonesas alcanzaron el 80%", explica.

Además, añade, los datos de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC, por sus iniciales en inglés) "muestran posiciones cortas netas por parte de especuladores".

"La brecha entre el precio y el valor intrínseco es alta según los múltiplos de PE (precio/beneficio) instantáneos, pero el 'ex-Magnificent 7' cotiza más cerca de los múltiplos promedio a largo plazo y, lo que es más importante, el índice actual carece de comparabilidad con décadas anteriores, en nuestra opinión", valora.

LA IMPORTANCIA DE LA VALORACIÓN

Subramanian asegura que comparar los índices de precio/beneficio de las acciones con el mismo indicador de décadas anteriores "tiene poco sentido dado el cambio en la combinación del índice". Además, detalla que "las empresas se han visto obligadas a abandonar el crecimiento de las ganancias por acción (EPS) de baja calidad (recompras apalancadas, arbitraje global de costos/impuestos) para centrarse en la eficiencia, generando márgenes más predecibles y garantizando un múltiplo más alto".

Teniendo esto en cuenta, manifiesta que "la valoración es un mal predictor en el corto plazo, pero es lo único que importa en el largo plazo". En estos momentos "indica rendimientos de precios más bajos durante la próxima década con una mayor proporción del rendimiento total proveniente de dividendos".

Buscando paralelismos con otros periodos históricos, la analista subraya que "el sentimiento bursátil estadounidense está casi exactamente en el mismo nivel que en 1995", y no es "tremendamente alcista como en 1999".

"Los temas de eficiencia/productividad de hoy (IA, automatización) son incipientes como lo fue la revolución de las PC a mediados de los años 90. En 1999, la tecnología se valoraba a simple vista; hoy en día, la contribución a las ganancias y la disciplina de capital de TMT es similar a la del Nifty 50 de 1995", concluye.

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